23-Eres quien me puede calmar.

504 40 1
                                    

–Madi, ¿éstas bien?– Hunter rompió el silencio.–
–Si, yo solo estoy en un estado tipo de shock.– me levante de la banca.– sera mejor irnos. – Hunter se levanto tras de mi y camino a mi lado, despacio. –
–Se que te dolió lo que te dijo J.J., pero el es así, explosivo, nadie lo entiende.
–Es que ni siquiera se por que me molesto, nos estábamos llevando bien, no se que le pasa.
–No le hagas caso Madisson, tomalo de quien venga, el es así nadie lo entiende por más que intentemos, ¿le dijiste algo que lo alterara?
–Algo que el me dijo. –solte sin más. –
–¿En privado?
–Algo así, mi primer día de escuela cuando me trajo de vuelta a casa. – alce los hombros. –
–Pff, si cuenta como privado. – levanto su mano y rasco su nuca. – Escucha creo que ambos se pasaron de la raya al decirse algo del otro, de echo cuando te fuiste la casa se estaba quemando, y no es broma, literal Jordán comenzó a echar flamas, y incendio un sofá.
–Con eso te refieres a explosivo. – solté sarcástica. –
–Lo hemos visto peor creeme, solo hablenlo, ya tenemos una guerra, no queremos otra entre nosotros. – Hunter me sonrió de una forma tan cálida que me transmitió paz. –
–A todo esto, ¿cómo me encontraste?
–Es fácil, sólo seguí el rastro de olor, ya hueles como nosotros.
–¿A muerto? – reí.–
–Algo así. – río conmigo y seguimos caminando.–
Hablábamos de todo, de la escuela, y el me dijo que una chica de mi año le parecía linda, pero el no era bueno para ella, quise averiguar, quien era esa chica pero la dupla de cariño y amor, nos interrumpió.

–Jovencita, ¿quién te crees para salirte así sin más? – Shan me riño.–
–Acabas de despertar, por lo menos te hubieras llevado el maldito aparato que compraste y no te gusta.
–¿El celular? – Hunter se unió. –
–¡Si! – contestaron ambas, dan miedo cuando se ponen así. –
–¿No creen que lo último que quiere Madi, es que la regañen? – Jun llego a mi rescate, casi siempre lo hacía. –
–Si dejen a mi bombón en paz. – Andrew me vino a abrazar. –
–Mañana no te salvas niña. – Shan y Sharon sentenciaron en mi contra, yo solo reí y entre con todos a la casa, Andrew me llevo directo a mi cuarto. –
–Sana y salva en sus aposentos madam. – hizo una reverencia. – me recuerda tanto a mis tiempos. – río, su sonrisa era tan linda. – Bien bombón, descansa mañana yo te llevare a la Universidad, te verán con el más solicitado de la escuela. – me dio un beso en la mejilla y se fue dejando la puerta cerrada.–

Sinceramente la ultimo que quería, era volver a dormir, necesitaba poner en orden mis ideas, pero no podía.

(...)

Andrew cumplió su promesa, después de desayunar me llevo a la Universidad en su camioneta, no se ni de donde sacan dinero para estos lujos.
En toda la mañana no había visto a Jordán, ni si quiera en la casa, lo cual me desconcertó el siempre esta ahí para hacerme bromas en las mañanas, ni en las primeras horas de clase lo había visto, mi día de escuela estaba por acabar, pero me tope en los pasillos a la oxigenada mayor.

–Miren quien apareció después de un mes, ¿qué ya paso la vergüenza? – sus dos amigas rieron con ella. –
–¿Qué quieres Charlotte? – solté con pesar.–
–Que te quites de mi camino.
–Tu te puedes mover, yo no pienso hacerlo. – quise caminar pero una de sus amigas me detuvo. –
–Gracias Angi. – la oxigenada mayor, se paro enfrente de mi. – que te quites, ¿qué acaso no entiendes?
–Que te quites tu y claro que entiendo, no tengo una sola neurona como tu.
–Es suficiente para ponerte en tu lugar. – Charlotte me empujo, y causo que retrocediera unos pasos.–
–No estoy de buen humor, lo repetiré una sola vez ¡Quitate tu! – contenía la respiración para no  hacer uso de mis poderes. –
–¿Quieres que te vuelva a pegar? – río con insuficiencia –
– Te lo advertí.

Le solté un puñetazo en la cara, y sus dos amigas me tomaron por los brazo.
–Cometiste un grabe error. – me pusieron de espalda a la pared, y me inmovilizaron las manos.
No podía hacer uso de mis poderes, pero algo dentro de mi hizo sacar fuerza de donde fuera, empuje a ambas chicas, y quede cara a cara con la oxigenada.
La empuje hasta que cayo al piso, y ahí no deje de darle puñetazos, era demasiada mi furia que sentí como las nubes cada vez se nublaban más. Sus dos amigas me quitaron encima de ella, y me tiraron al piso, me dieron de patadas, y la lluvia comenzó a hacerse presente, vi como en la palma de mi mano comenzaba a brotar flamas, tome uno de los pies y cause que callera, no me importó quien fuera y le di puñetazos en la cara, no escuchaba nada, todo era irá, sólo sentí como alguien me cargo en su hombro como costal de papas, y me llevo por todo el pasillo hasta llegar al salón que era de laboratorio.
–¡Vez por que eres un peligro! – Jordán me dejo sentada en una mesa de laboratorio. –
–Y a ti que te importa. – quise bajarme de ahí, pero el puso sus dos manos a los lados de mis piernas, y su cuerpo entre estas. –
–¿Viste el diluvio que causaste? ¿Cómo quemaste a Amber?
–¿Qué acaso te importa Amber? – seguía sintiendo ira en todo mi ser.–
–Te dije que los humanos no.
–Lo vez. – lo interrumpí. –
–Nunca mencione nada de los vampiros. – aquello me dejo en un estado de silencio, la irá se había esfumado. – ¿ya tranquila fiera?
–Me di cuenta que eres quien me puede calmar.

Producto De Un ExperimentoWhere stories live. Discover now