Epílogo.

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Han pasado 2 semanas desde que me vine al ejército de Lucifer, no he visto de nuevo a ninguno de los Jhonson, tengo un dolor en el pecho, no he podido asumir que yo mate a Shan, tenía que aprender a vivir con ello.

–Madisson. – Lucifer me hablo.–
– ¿Qué quieres?
–Necesitamos de tus poderes, ven aquí. – fui a la sala de reuniones, todos los cazadores estaba ahí, y tenían a dos vampiros que se habían negado a unirse a Lucifer.– Oh querida, gracias por venir, necesitamos que los tortures. – me indico con su mano hacía donde estaban los vampiros. –
Comencé con bolas de fuego directo a sus cuerpos, ahogándolos con agua, dándoles vuelta con aire, todo mi poder, me pedían pediad, pero desde que J.J. me había dicho aquello, no tenia ya sentimientos, el me los había quitado.
–¿Y bien? ¿Confesaron quién los ayudó? – El entro a la sala. –
–No, no han querido hablar. – salí de la sala, caminando hacia el jardín, cuando volví a sentir un enorme dolor en el centro del pecho, de nuevo se me nublaba la vista. –
–¡Madisson! – Reconocí la voz de J.J.– ¿Qué tienes que te pasa? – me tomo de los hombros. – no me dejes por favor.

De nuevo todo se nublo, no veían, ni sentía, ni escuchaba nada, había muerto de nuevo, J.J. me lo había dicho, iba a morir en cualquier momento, el problema era saber, cuando iba a volver a abrir los ojos.

–Le dije eso para que no se desconcentrara en el momento, teníamos que pelear contra tu ejército. – escuche a lo lejos la voz de J.J. –
–Mientes tu no la quieres. – ese era Jun.–
–Si la quiero, y voy a hacer todo para que vuelva a vivir. – eso fue lo último que escuche y caí de nuevo en completa oscuridad.
El me quería.
Yo le importaba.

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