Capítulo 13. And we run.

459 24 9
                                    

»Harry

—Levanta, capullo.

—No quiero, los ensayos no son hasta las tres y cuarto —Me di la vuelta entre las mantas tibias de la cama de hotel, dándole la espalda a Lou.

—No tienes que ir a ensayar —Me quitó una de las mullidas almohadas blancas, aprovechando que mi cabeza descansaba casi en su totalidad en el colchón. Me atizó en la espalda desnuda.

—Para ser tan pequeña, eres muy molesta, querida Lou —Dije volteando, para observarla con los ojos apenas abiertos como rendijas. El comentario le quitó una risa aguda.

—Solo hago mi trabajo —Contraatacó atizándome otra vez, solo que escondí la cabeza y el impacto fue a dar en mi hombro.

—Puedes cortarme el cabello en otro momento —Consulté el reloj en la pantalla de mi móvil que se cargaba sobre la mesita—. ¡Son las nueve!

—No es por eso, ¿Lo olvidaste? —Arqueó sus cejas perfectamente depiladas y dejó caer la almohada al oscuro suelo alfombrado. A mí vez, arqueé las cejas en otra muda pregunta—. Hay una rubia con los labios carmesí esperando que vayas a buscarla para pasear cogidos de la mano por Central Park y luego escribir mil canciones sobre tí. Podemos ir contigo si quieres. Tom, Lux...

En efecto, lo había olvidado. La gira norteamericana tocaba a su fin y como despedida nos presentaríamos en el Today Show.

Mi mirada viajó instintivamente al almohadón con borlas que descansaba sobre un diván frente a mi cama. Toda mi atención estaba en el monograma del hotel, bordado en la tela color burdeos. Debajo de éste, claramente se leía "NYC".

—Dime que no es hoy — Insté a Lou.

Todo se me vino encima. La presentación, la firma de libros, Taylor... Annie.

—A juzgar por tu mirada... eso quisieras. Pero no, hoy debes ir en una cita publicitaria con Taylor Swift. Ahora venga, que te acomodo esos rizos.

¿Cómo lo había olvidado? La noche anterior la habíamos pasado jugando Fifa en el tourbus... o más bien, yo la había pasado perdiendo en Fifa. Recordaba haberme quedado dormido mientras tocaba el turno de Liam y Louis, quizá los dos mejores jugadores. Por la madrugada, muy tarde, habíamos llegado a Nueva York y había bajado casi sonámbulo al hotel. Llegar tan tarde una táctica para evitar las grandes masas de fans que eran tan peligrosas, y provocaba que yo nunca recordara que habíamos cambiado de estado —o continente, por qué no— durante la noche.

Resignado, con pies de plomo, aparté las mantas y fui hasta el escritorio donde Lou había desplegado su arsenal. Su pequeña figura me esperaba tras el respaldo de la silla a juego con los demás muebles.

—Haré algunos cortes y luego te bañas así no quedas lleno de pelos. Te voy a estar esperando con mi secador nuevo — Dijo a medida que me mojaba el cabello con un atomizador. Cerré los ojos, dejándome llevar. Los casi imperceptibles toques de Lou en mi pelo resultaban relajantes, con lo mucho que me gustaba que me tocaran el cabello—. Si quieres mi opinión... aunque esa chica no es para nada mi estilo, no tiene pinta de ser mala. Parece un angelito.

—Lo sé, no tengo nada contra ella. Además es muy talentosa —Comenté. Aun me costaba quitar ese ritmo de We Are Never Getting Back Together de mi cabeza y había advertido que no era el único.

—¿Entonces qué es? —Además de ser la mejor estilista del mundo, Lou era como mi mejor amiga. Compartía con ella cosas que nunca le mencionaría a nadie del staff.

—¿El qué? —Pregunté sondeándola.

—No quieres ir, pero no tienes nada en contra de la chica. Aquí hay gato encerrado, Harry —Lo que dijo tenía sentido. Me conocía bastante bien. Iba en un rango entre mi madre y mi hermana mayor.

—Mi problema es que me elijan las citas. Ya sabes, mis elecciones amorosas forman parte de mi vida privada y no me gusta que hagamos publicidad con eso. Por algo es privada.

—Pero llevas tiempo haciéndolo, ya sabes de qué va. ¿Qué es lo que ha cambiado?

Otra vez llevaba razón.

El intercambio se dio con rapidez.

—Vive en la ciudad.

—¿Taylor? No, había oído que ella es de...

—No, Taylor, no.

—¿Entonces quién?

—Annie.

—¿Qué?

**

—Eh... ¿quieres tomar un café? — Sugerí escondiendo las manos en mi abrigo verde. Tenía el beanie calado hasta las orejas, porque parecía que en esa tarde Nueva York intentaba igualar a Londres en frío.

Ella se veía adorable con su suéter tejido, de esos que se ponen de moda cuando todos empezamos a recordar lo cerca que está la navidad. Llevaba un pequeño zorro rojizo en el frente. Pero ni con mil kilos de maquillaje artístico alguien lograría que Taylor Swift no se viera adorable, en mi opinión.

—Claro, por qué no — Su voz sonó baja y su mirada bajó hacia el suelo mientras caminábamos. Por Dios deja de ser tan mona.

Repasaba mentalmente las canciones que conocía de ella mientras esquivaba la mirada de los papparazzi que intentaban ser discretos. Costaba entender que a esta dulzura de chica la hubieran pisoteado tanto en el pasado.

—¿Conoces algún café al que quieras...

Me sorprendió verme interrumpido.

—Ven — Me tomó de la mano y corrimos cruzando Central Park. Su tacto me resultó natural y muy suave.

Algunas palomas revolotearon a nuestro agitado paso. Los flashes se habían vuelto locos.

Nos perdimos juntos en alguna callejuela de Nueva York que desconocía. Ella pescó su móvil de su diminuto bolso y habló brevemente, mordisqueándose los labios pintados de un color cereza que, debía admitir, me gustaba mucho.

Allí, agitados, con los corazones latiendo desacompasados y el aliento saliendo de nuestras bocas como volutas de humo apenas perceptibles, nuestras miradas se cruzaron y nos sonreímos en medio del disparate.

—Nos van a echar la bronca del siglo a tí y a mí — Dijo y no sonó tan mal como debería, puesto que su frase fue seguida de nuestras risas.

—¿A dónde vamos? — Pregunté, atisbando la picardía en sus ojos.

—Aun es un lugar público, pero estaba fuera de sus planes. Y no pueden entrar los paparazzis allí — Su sonrisa se ensanchó.

----------------
Hola! Por fin volví a esto, ya no voy a dar más excusas. Solo quiero agradecerles su paciencia y las lecturas que ya van por los 4k.
Sé que esto es cortito, pero es apenas la puntita del iceberg, lo prometo.
¿Les gusta Tay? La verdad es qe a mí me encanta y 1989 me ha venido genial para entender lo que le pasaba a ella mientras nosotras moríamos por esas fotos. No shippeo Haylor.
Dejenme sus opiniones o lo que deseen en comentarios y si les ha gustado pueden regalarme una estrellita que no hace mal a nadie.
Las quiero y gracias por leer xx

                           Ana Paula

Pd: I still miss H.

Idol Zoned (h.s) // 2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora