E x t r a 1

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La mañana había llegado más rápido de lo que esperaba, se había pasado toda la noche haciendo las tareas pendientes, Uzui quería acompañarlo, pero le convenció de que él solo descansara. Lo veía trabajar día y noche, ahora comprendía su ansiedad y el por qué siempre andaba tomando mucho café. Hace unas cuantas horas nada más se había acostado finalmente, y ahora el despertador lo estaba torturando. Era día de historia y matemáticas, los dos profesores habían dejado tareas, las de historia eran teóricas, pero Sanemi se había excedido nuevamente. Tengen ya se encontraba despierto y arreglándose, salió del baño para empezar a vestirse, llamando la atención del rubio. Zenitsu se había quedado dormido con los auriculares puesto, pensaba que escuchar música relajante lo haría dormir al instante, y pues funcionó.

Miró detenidamente a su profesor, viendo cómo se colocaba su bata y esa cinta con piedras raras sobre su frente. Pensaba que era una bandana estilo ninja, igual que el anime que veía. Buscó en su reproductor la canción adecuada para el momento y se dispuso a escuchar con atención mientras seguía observando a su novio, su profesor. No tardó en ruborizarse, sentía ese calor bajo su vientre al ver a Uzui ordenando sus papeles y con su uniforme listo para ir a la academia.

- ¿Aún no te levantarás? - el albino ingresó nuevamente al dormitorio para buscar su celular. Se había extrañado al ver que su chico aún no salía de la cama ni parecía tener intenciones de querer hacerlo. Agarró su celular, iba a salir de allí, pero se frenó a mirarlo con una ceja levantada. Su rubio estaba con las mejillas encendidas, los ojos entreabiertos y mordiéndose los labios. Uzui lo miró con impresión, era una imagen digna de retratar. Se acercó a él aún embelesado y se sentó en el borde de la cama. - ¿Estás escuchando música? - preguntó quitándole un auricular para ponérselo.

- Percibo en qué momento te comienzas a mojar y entonces no puedo parar hasta sentir que te hago mía. En el papel de ingénua tú te luces de verdad y yo comienzo a sospechar que eres mi alumna preferida que caíste en mi trampa... - Uzui estaba más impresionado aún. Sintió cómo Zenitsu se acercó y se sentó a horcajadas sobre él, se apresuró en sostenerlo para que no cayera con cualquier movimiento repentino y lo agarró de la cintura. - Quiero ser tu profesor, quiero ser tu profesor... - sonaba aún esa canción que ruborizaba al albino. El rubio empezó a besarle el rostro y a mover sus caderas sobre la entrepierna de su novio mientras acariciaba sus mejillas. Ladeó la cabeza para besar su cuello y Uzui reforzó su agarre para subirse completamente a la cama aún con su chico sobre él.

- Conque escuchas este tipo de canciones, ¿eh? - sonrió socarrón a la vez que recorría con más fuerza el cuerpo del rubio con sus manos, las bajó hasta llegar a sus nalgas y así apretar esa zona, escuchando los sonidos que emitía su chico. Zenitsu besó con ansias a su profesor a la vez que seguía restregándose sobre él, bajó sus manos para desabrochar el pantalón del albino, se separó un poco, dejando que Uzui le baje la ropa interior para luego volver a meter su mano dentro del pantalón y sacar aquello que necesitaba. Se acomodó y descendió lentamente, escuchando los jadeos de Tengen, sintió los dedos hundiéndose en sus caderas y empezó a moverse. Se sujetó fuertemente de la bata de su profesor para apoyarse en él, suspirando con las manos que se colaban debajo de su camiseta, subiéndola para el deleite visual de Uzui.

- Haahh hah - Zenitsu se recostó sobre el torso del albino, rodeando su cuello con sus brazos una vez que sentía el cuerpo pesado para seguir moviéndose, pero indicándole que quería aún más. Uzui se recostó y acomodó sus piernas, lo agarró de las nalgas para empezar a embestirlo con más fuerza. - Profe, más... - murmuró mordiéndose el labio inferior y calentando más al albino. Unas embestidas más y el rubio soltó unos gemidos, fascinando a Tengen. Volvió a unir sus labios, esta vez, en un beso más lento, pero intenso, sintiendo ese tibio líquido bajando entre sus piernas.

- Dios, Zenitsu... - susurró Uzui dejando besos en sus mejillas. - Me calientas como no te imaginas - habló en su oído mientras acariciaba toda su espalda. Zenitsu sonrió satisfechó, ruborizándose con ese comentario, pero feliz por lo que le provocaba a su profesor.

- Me halaga, Uzui sensei... - respondió con una sonrisa inocente. El albino lo miró sorprendido.

- ¿Repetimos la clase de hoy luego de la academia? Aún tengo muchas cosas para enseñarte ya que eres mi alumno preferido. Déjame ser tu profesor... - murmuró siguiéndole el juego, dejando unos besos en su cuello, volvió a levantar la mirada para conectar con los ojos dorados. Zenitsu se mordió el labio.

- ¿Será muy estricto, profesor? - preguntó inflando las mejillas.

- Solo si tienes mala conducta - respondió con una sonrisa ladina. Zenitsu lo miró ladeando los labios.

Uzui volvió a cambiarse el pantalón, pensó que debió de quitárselo, pero eso solo acabaría con el encanto del momento. Zenitsu lo miraba divertido, mientras se hacía el nudo de la corbata. Lo agarró de la mano y salieron rumbo a la academia. Llegarían a tiempo, antes de la entrada, eso significaba que el rubio se atrasaría con su deber, pero no se arrepentía de nada. Caminó feliz al lado del albino hasta llegar a su aula y despedirse de él.

- ¿Por qué caminas raro? - Inosuke borró la sonrisa que tenía el rubio con esa pregunta. Tanjirou soltó unas risitas. Ah, cómo le gustaba el karma, su amigo se había burlado de él así que ahora era su turno. - CAMINAS RARO - eso provocó que el de cabellos burdeos se carcajeara ante la molesta mirada del rubio.

- Idiotas... - murmuró chasqueando la lengua. En realidad, sí, le costaba un poco, pero trataba de disimular. Se sentó rápidamente en su asiento y se cruzó de brazos escuchando cómo su amigos seguían burlándose de él. Por suerte callaron cuando ingresó el profesor de historia.

- Aw, ¡quiero saber el chiste! - habló Rengoku sensei al ver que sus alumnos contenían sus risas y se sorprendió cuando empezaron a reír libremente luego de su comentario. Zenitsu entrecerró los ojos y se ruborizó, ¿serían capaces...

- Es que Monitsu camina raro - respondió Inosuke. Rengoku levantó las cejas y miró de reojo al chico de su amigo. El rubio estaba rechinando los dientes.

- ¿Por qué? ¿Se lastimó? - preguntó con preocupación, no entendía por qué sus amigos se reían de él, cualquier golpe dolía, no era para ser blanco de burlas. Inosuke sonrió burlón mientras que Tanjirou se tapaba el rostro, conteniendo sus risas. Zenitsu resopló.

- No sé, pregúntele usted al profesor de artes - respondió levantando ambas cejas con burla. Rengoku sonrió nervioso y asintió con la cabeza para ir rápidamente a su escritorio. No debió preguntar.

Kyojuro también estaba apenado, no podía ver de ese modo a su amigo.






Profesor [[ e x t r a s ]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora