Prólogo

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Una figura encapuchada corría a toda prisa por el bosque buscando refugio de la lluvia, sus pies pisaban charcos que manchaban sus blancas botas que ahora mostraban un tono marrón. Su respiración era constante debido a que se movía muy deprisa. Apenas había luz y solo escuchaba lobos lejanos que por un momento, le parecían estar más y más cerca, y no solo uno, sino varios. Presentaba signos de cansancio y aunque era fuerte, no iba a poder plantar cara a tantos enemigos al mismo tiempo.

Para su sorpresa, encontró una cabaña. Dudo por unos momentos pero al volver a escuchar los aullidos, corrió con las pocas fuerzas que le quedaban y tocó a la puerta.

—¿Hay alguien ahí?, ¡por favor necesito ayuda!—gritó golpeando con fuerza.

Un par de truenos cayeron y le asustaron. Por fortuna, la puerta se abrió y dejo ver a un joven pelirosa comiendo un trozo de carne.

—¿Qué quieres?—preguntó comiendo con toda tranquilidad mientras entraba un aire gélido en la casa.

—¿Natsu?—ella se quitó la capucha—¿eres Natsu Dragneel cierto?.

—Oh, tu eres...esto...m...—trató de recordar—¡ah, eres Sakura!—dijo feliz.

—¡Es Kagura!—replicó—¿puedo entrar?—preguntó en un tono más calmada.

—¿Por?.

Ella parpadeó.

—Porque esta lloviendo.

—Oh...cierto—se echó a un lado y pasó dentro. Mientras este cerraba la puerta, ella se desprendió de las botas para no manchar el suelo.

—Gracias...la  verdad es que me he perdido en ese bosque...luego la tormenta y finalmente lobos...—dijo tiritando de frío.

—Dame eso—le tomó las botas para dejarlas en un rincón.

Ella se desprendió del abrigo y lo colgó en la percha. Luego, se acercó al fuego sintiendo como todo el frío desaparecía para poco a poco sentir que su cuerpo entraba el calor.

—¿Quieres algo de comer?—preguntó este.

—No...gracias...estoy bien—un sonido de su tripa le hizo avergonzarse—bueno...puede que un poco...

Ella se sentó a comer frente al fuego, Natsu se sentó no muy lejos a examinar una revista de magos. Happy estaba con Wendy y Charles de viaje así que estaba él solo.

—Gracias por dejar que me quede y darme de comer—dijo.

—No es nada, ¿pero qué hacías en el bosque?.

—Estaba buscando unas flores raras, era para una misión pero no las he encontrado...el bosque es demasiado extenso y yo no conozco tan bien el terreno—contestó.

—¿Cómo son?.

—Son rojas...con pétalos azules y una flor dorada en medio—explicó.

—¿Son parecidas a esas?—ella miró y casi se atraganta al ver que tenía un ramo de esas flores como decoración.

—¿De donde las has sacado?.

—Del bosque, las uso para decorar la casa. Llevo viviendo aquí desde niño así que me conozco el terreno.

—¿Me las darías?.

—Bueno...esta bien.

—¡Muchas gracias de verdad!—dijo.

Luego, estuvieron charlando un rato sobre las distintas misiones, además, quería saber sobre Erza. Un par de truenos más cayeron asustando a la joven, realmente no había cesado nada aquella tormenta ni disminuido.

—Si llego a perderme en sus profundidades...—un escalofrío le recorrió el cuerpo—no quiero ni pensarlo.

Este se asombró de que aquella joven que se había mostrado fría cuando la conoció en el torneo, ahora fuera así. Aunque todos tenían sus debilidades.

—Puedes quedarte esta noche aquí, sería peligroso para ti irte con esta tormenta. Además, no creo que pare en pocas horas.

—Gracias.

Ella esbozó una sonrisa ante tal amabilidad, siempre había pensado que era un cabezota o un monstruo visto el poder que tenía, pero como le dijo Erza, era alguien confiable. Natsu cerró las cortinas e incrementó el fuego para dar mucho más calor a la casa.

Entonces Kagura se puso en pie.

—Están aquí...los lobos me han seguido—ya con fuerzas y espada en mano, estaba dispuesta a luchar.

—No te preocupes por ellos—dijo ante su incredulidad.

Natsu salió afuera y lo siguiente que escuchó la maga fue un rugido de dragón que casi le deja sorda. Sintió que la presencia de estos ya no era cercana.

Entró a su casa mojado y ella, viendo aquello, le paso una toalla cercana para que se secase.

—Problema resuelto—dijo con una sonrisa.

Kagura no pudo evitar echarse a reír, realmente aquel chico era único.

—Eres de lo que no hay—dijo secando algunas lágrimas de la risa.

Este, que no entendía nada, solo se puso cerca del fuego.

Aquella noche, Kagura durmió en una cama para invitados que tenía el joven aunque tuvo que quitarle el polvo ya que nunca se usaba. Pudo ver que tenía un tablón con objetos y misiones de todo lo que habían hecho hasta ahora. Realmente tenían un gran grupo de amigos y aquello le saco una sonrisa.

Se tapó con la manta mientras escuchaba el sonido de la lluvia golpear el cristal de la ventana y la única luz era un farolillo cerca de ella en la mesita de noche. Dio un largo suspiro, realmente el haber encontrado la cabaña fue su salvación. Apagó la luz, dio un bostezo y se durmió sintiendo el calor de una buena cama.

Mientras tanto, Natsu hacia lo mismo en la otra habitación. Ambos, durmiendo bajo el mismo techo no sospechaban que aquello sería el inicio de una aventura que estarían destinados a emprender juntos para siempre.

Continuara.

Bueno, este es mi segundo Natsu x Kagura, espero que sea de su agrado ^^.

¿Princesa o Sirena? Natsu x KaguraWhere stories live. Discover now