2-Comienzo del amor

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Lastima, eso era lo que sentía Kagura regresando al gremio de Fairy Tail. Aquel grupo de magos a los que enfrentaron y dieron caza no duraron nada ya que Erza y Natsu se abalanzaron sobre ellos con tanta dureza y crueldad que no tuvieron ocasión de sacar armas y defenderse. Había peleado contra Erza pero lo del joven era muy distinto, destrozaba todo y luchaba con todas sus fuerzas fuese contra quien fuese.

Entre unas cosas y otras se hicieron tarde por lo que Kagura se quedaría en casa de Erza. Era mejor que volver al gremio a informar y luego ir a casa. Al día siguiente, y por insistencia de la pelirroja, se bañaron juntas.

—No quiero bañarme.

—Kagura, una buena maga limpia su cuerpo y lo mantiene aseado—dijo pasando las manos enjabonadas por las piernas de esta haciendo que dejara escapar ruidos extraños.

Una vez terminada esto, Erza salió con la toalla enredada a preparar el desayuna mientras la joven roja como un tomate, se quedaba en remojo un poco más de tiempo. Le avergonzaba que ella le tratase como a una niña pequeña.

Luego, salió y se secó un poco antes de ir a por el desayuno igual que ella, con solo la toalla. 

—Hermana, ¿donde tienes el secador?—le preguntó.

—Esta en uno de los cajones de la izquierda—respondió.

Al mirar la mesa vio el buen desayuno que había preparado, pero no solo eso.

—Hola—saludo Natsu comiendo.

—Hola Natsu—devolvió el saludo—¿Natsu?.

Entonces se dio cuenta de como iba, desnuda y solo con la toalla, dio un enorme grito avergonzada antes de meterse en el baño y cerrar de golpe.

—¿Qué le pasa?—preguntó este empezando a comer.

—Aún es joven, tiene que pasar por esa fase—dijo calmada.

Salió al cabo de un rato ya vestida y con un pequeño rubor en su cara.

—Podrías vestirte hermana—comentó.

—Es verdad—con su magia, se vistió en un momento.

Los tres comieron el desayuno, aunque Kagura estaba en silencio sin dejar de pensar que había sido la primera vez que un hombre la veía de esa manera. Aunque se trataba de Natsu y era como era en lo que a personalidad respecta, seguía siendo un hombre.

—¿Qué haremos hoy?—preguntó este.

—Podemos ir a una misión, hay muchas—dijo Erza.

—Yo debería regresar al gremio, seguro que hay faena allí—dijo Kagura.

—Venga, vamos a hacer otra misión—dijo Erza poniendo cara de corderito.

—Hermana.

Pero al ver aquellos ojos que le ponía, tuvo que aceptar antes de ser abrazada por ella.

¿Princesa o Sirena? Natsu x KaguraKde žijí příběhy. Začni objevovat