Capítulo 33.

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n/a: Hey! No me gusta cortar los capítulos a la mitad así que les traigo uno súper extra largo, espero que no les aburra. Tiene mucha reflexión (o sea hay mucho sentimiento y eso ahre)

Como estamos muy cerca del final, y estoy dando todo de mi para subirles seguido me voy a poner exigente (no quiero quejas ni reclamos, porfas) y voy a pedir mínimo +25 comentarios para subir el cap 34 ¿bien? Sé que pueden hacerlo, lo han hecho antes. Dicho eso las quiero, como siempre, y espero que disfruten leyendo.

Otra cosa importante: Se cuan incomodo de leer es así que si encuentran alguna palabra escrita a lo uruguayo, o algún “vos”  que se me escapa en este tipo de capítulos por favor corríjanmelo. Siempre se me pasa.

 ...

Abrí mis ojos cuando escuché el crujido que hizo la puerta de mi habitación al abrirse. Había mantenido mis ojos cerrados pero, de hecho, estaba despierta desde hacía media hora. Reconocí la figura de Natalie posicionada debajo del umbral de la puerta. Me quise mover para sentarme en la cama, pero para mi sorpresa—no tan sorpresa—estaba retenida bajo el fuerte agarre de Harry, quien dormía con respiración calmada mi lado.

Puse toda mi energía en quitar su pesado brazo de encima mío sin despertarlo. Soltó un quejido pero se dio la vuelta, dándome la espalda. Dejé escapar levemente un suspiro.

Natalie captó lo que estaba ocurriendo en mi cama y ahogó una exclamación. Tenía el ceño fruncido y me hizo señas de todo tipo con la mano. No logré escuchar lo que murmuró pero leí en sus labios algo como: «¿qué demonios está sucediendo?» . Negué con la cabeza y gesticule un «luego te explico» y dicho eso, le hice seña con la mano para que se marchara y cerrara la puerta. A ninguna de las dos nos convenía que Harry se despertara, y notara que—en realidad—mi prima estaba al tanto de toda nuestra extraña situación. Podía llegar a ser algo muy incómodo para los tres. Nat se encogió de hombros y luego de dejar muy en claro su desacuerdo, se marchó cerrando silenciosamente la puerta detrás de sí.

Observé el reloj sobre mi mesa de noche, las agujas marcaban las ocho y cuarto de la mañana. Me volví a recostar, no debía preocuparme por el trabajo ya que finalmente era sábado. Entonces sentí mis párpados pesados, y fui vencida por el sueño.

+++

Lo que me despertó tres horas después, fueron las caricias de Harry en mi hombro. Su dedo trazaba pequeños círculos en mi piel expuesta y sentí su respiración contra mi cuello. Sonreí levemente y me di vuelta para encararlo. Su brazo rodeó mi cintura y me atrajo hacia a el.

—Buenos días, dormilona—Murmuró contra mis labios obligándome a abrir mis ojos—comienzo a acostumbrarme a esto de despertar a tu lado—hice un sonido que sonó más bien como «mhm» y que provocó una sonrisa en él. Adorable.

Utilizó una de sus manos para apartar un mechón de mi cabello que caía sobre mi frente, y llevarlo hacia atrás de mi oreja.

—Deberíamos levantarnos antes de que Natalie regrese a casa y nos encuentre aquí—Decidí no comentar el hecho de que mi prima ya nos había atrapado horas antes. Mientras no lo supiera mejor.

—Me parece una gran idea.

No quise comentarlo para no arruinar el momento, pero teníamos cosas de las que hablar. Aún estaba dolida por la tarde anterior cuando encontré a Kelly saliendo de su oficina, y cuando ella se comportó conmigo como una verdadera perra conmigo y él no había dicho ni palabra. Podía ser tan confuso a veces. Los había visto tan...radiantes, por decir de algún modo, que me llegó en lo más profundo. Y realmente me hizo dudar de que él en algún momento pudiera acabar con ella.

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