Capitulo 5

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Victoria llegó a su casa y saludó a sus padres que estaban en el salón

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Victoria llegó a su casa y saludó a sus padres que estaban en el salón. Tomó el bastón que le tendía la doncella en los pies de las escaleras y subió sosteniéndose del bastón y la baranda. La pierna le dolía un poco. Con un baño caliente se le pasaría un poco. Sabía que ese dolor era porque se negaba a usar el bastón. 

  Mientras se bañaba no podía quitarse de la cabeza a Mikhail. Le gustaba, le intrigaba. 

  Svetlana era una joven bonita y simpática, Victoria supo que tendría varios pretendientes. No sólo por la dote alta que seguramente ofrecería su hermano si no porque estaba en la edad adecuada y era una joven nueva a las acostumbradas. Conocía cómo se manejaban, durante años había asistido a las fiestas y eventos sociales. En un momento ella había sido muy solicitada, hasta que todo había cambiado. Ya no estaba enojada, eso había sido hacía años. Cuando había llegado a casa lastimada y temerosa de su propia sombra. Ahora había cambiado, ya no pensaba en eso. Le había costado años sentirse nuevamente segura fuera de casa. Y cuando ya estaba lista había cumplido treinta años y su tiempo había pasado. Ahora era una solterona y no le importaba. Claro que le habría gustado casarse, pero aunque aún tenía algunas ofertas no eran de los buenos partidos, eran hombres solos o viudos que necesitaban una madre para sus hijos. Y aunque le gustaría ser madre no creía que se merecía casarse con un viejo que ni siquiera la tendría en cuenta más que para ser la educadora de sus hijos. Si querría ese trabajo se buscaría ser una institutriz y no era ese el caso. Claro que ese pensamiento chocaba con el de sus padres que estaban siempre buscándole alguna pareja. 

La mañana siguiente se levantó con ánimo, nada la ponía de tan buen humor que meter las manos en la tierra y hacer un rinconcito más hermoso. Después de subir algunas macetas más y otras plantas se fue a la casa de su hermano. 

  Al llegar su cuñada estaba con Svetlana en el jardín y Mila sentada en el suelo jugando con sus muñecas. Como si su cuerpo reaccionará a él Victoria lo vio saliendo detrás de la casa acercándose al invernadero y escondió una sonrisa de placer. Estaba para comerlo de un bocado, las camisas parecía que siempre le apretaban cuando hacía algún esfuerzo.  

Al llegar a la mesita saludo a las chicas. 

— Ya me voy a seguir con mi trabajo. 

— Tiene a mi hermano como un lacayo más. — Svetlana le sonrió encantada. 

— Mano de obra barata. — Contestó divertida. 

 

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Entre Orquídeas y Secretos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora