La vida para Mikhail Gurevich había perdido el encanto hacía muchos años, cuando había sido desprovisto de alma, familia, tierra y nacionalidad.
Pero conocerla a ella le había impactado, con sus suaves ademanes, sus ojos azules y sus flores.
El...
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Cuando el carruaje paró en la entrada Mikhail ayudó a su hermana y esposa a bajar. Cuando Svetlana se alejó subiendo las escaleras él aspiró su dulce perfume y le habló al oído.
— Te haré mía toda la noche.
Ella le sonrió tímida y subieron las escaleras. Svetlana frunció las cejas extrañada pues Ilya no había abierto la puerta, miró atrás viendo a su hermano y cuñada subir las escaleras y abrió la puerta.
Fue rápidamente tomada de los brazo, la mano de Mikhail rasgó su falda cuando la tomo para acercarla a él. Varios hombres aparecieron en ese momento y redujeron a Mikhail, con terror vio que tomaban a Victoria y la alejaban de él acercándola a su hermana que estaba rápidamente siendo amordazada y atada.
Peleó con todas sus fuerzas para quitárselos de encima. Ilya estaba amordazado y encadenado observando sin poder hacer nada.
Mikhail comenzó a desesperarse cuando sintió el ruido de las cadenas y el frío metal en sus muñecas, miró hacía arriba y se chocó de lleno con la imagen que lo perseguiría durante mucho tiempo. El rostro de su hermano Vladimir lo llenó de temor, a pesar de no verlo hacía diez años. No solo su rostro si no el temor que vio en el rostro de su hermana y esposa. Ambas lo miraban asustadas.
— Has tardado en venir. — Exclamó su hermano riendo.
Hizo una seña y dos hombres lo tomaron de los brazos arrodillandolo.
— ¿Qué crees que estás haciendo? — Preguntó en ruso tratando de quitarse de encima a sus captores. — Sueltenme.
Pero el terror se hizo presente cuando las cadenas le apretaron el pecho, miró a Victoria que lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, vio en su mejilla una mano marcada y se revolvió furioso. Svetlana estaba con el labio partido mirándolo con las mejillas surcada de lágrimas.
— Te explicare. — Dijo Vladimir mientras observaba como amordazaban a su hermano. — Resulta que tuve que marcharme de Rusia por unos problemillas que espero que tu presencia resuelva.
Él se removió inquieto, los ojos de su hermano rayaban la locura.
— Me los arrebataron. — Dijo Vladimir arrodillándose enfrente de su hermano. — Mataron a mis hijos y a mi esposa. Pero esta vez fue diferente Mikha, esta vez casi lo logre. Aunque se dieron cuenta. Mientras yo me revolvía en la desesperación tú estabas tranquilamente viviendo la vida matrimonial. ¡Felicidades! — Dijo riendo. — Pero se que estarías de acuerdo en lo que voy a hacer. Escucha mi magistral plan.
Mikhail miraba a Victoria, sus ojos azules estaban asustados y desesperados.
— Tu iras a Rusia y ¡tan,tan! Te culparan a ti ¡otra vez! — Vladimir lo miro alegre. — Nadie se dará cuenta de que ahora estoy en tu lugar, después de todo, por lo que oí, casi nunca sales de esta hermosa propiedad que tienes. No haces vida social y tu esposa y hermana vivirán aquí conmigo. No te preocupes, las tratare bien si me obedecen. Contratare a alguien que se ocupe de mis negocios y finalmente podré vivir en paz.
