Capitulo 23

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Mikhail supo cuando entraron a Rusia, porque le pusieron una bolsa en la cabeza

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Mikhail supo cuando entraron a Rusia, porque le pusieron una bolsa en la cabeza. Fueron parados varias veces en el camino. Varios preguntaron por él y siempre era la misma contestación. 

— Una entrega para Oleg Petrov. 

— ¿Para uno de Ojrana?* — Preguntaban sorprendidos. 

Cuando le quitaron la capucha de la cabeza miró el oscuro lugar que no conocía y se removió inquieto. 

— Aquí está el hombre que se hace pasar por Zhnets. *— ( * La parca) Dijo su secuestrador en ruso. 

 Lo miro con los ojos abiertos. No lo buscaban a él, buscaban a quien se había pasar por la parca. La rabia de Mikhail se incrementó. 

— ¡ublyudok! — (hijo de puta) Gritó furioso. 

  Lo último que vio fue como el palo se acercaba a su rostro y recibía el golpe en la sien. Mikhail cayó desmayado. 

  El frío no lo dejaba descansar, no lo dejaba dormir, no lo dejaba de atormentar. Había hablado, dicho todo lo que sabía, explico lo que le había hecho su hermano y nadie le había creído. Cuando Oleg Petrov llegó trato de convencerlo; pero a ojos de los demás era un traidor que aunque no se había demostrado sus pecados años atrás, ahora si podían hacerlo. 

Las palizas lo remontaban a diez años atrás, las preguntas eran diferentes. Le pedían detalles y mas detalles sobre lo que habían dicho o hecho. Repetía una y otra vez su inocencia. 

  No sabia cuando era de día a veces. Los primeros días o semanas, en realidad no sabia cuando hacia que estaba ahí, lo habían metido en un agujero negro, sin ventanas, sucio. Lo despertaban con baldasos de agua fría, y después lo llevaban arriba para interrogarlo otra vez. Horas y horas las mismas preguntas, las mismas respuestas. 

— Esa es la magia de la ignorancia. —  Le habia dicho a Oleg cada vez que le hacía preguntas. — Ni siquiera se de que estas hablando porque no estuve presente. 

— Me sorprende tu sorpresa ante cada pregunta. 

— Ya te lo dije. — Susurro y se encorvó porque el vientre que le dolía. 

 Estaban sentados en una silla destartalada, con una lámpara como toda claridad. 

— Hace diez años que no piso Rusia. 

— ¿Y que te hizo volver? 

— Me trajo mi hermano. 

— Tu hermano… tu hermano te envió con una carta diciendo que había encontrado al traidor, a la parca. — Lo señalo. 

— Mi hermano es la parca. ¿Por que crees que no esta aquí? Esta en mi casa con mi mujer y mi hermana. 

— Secuestradas. — Le dijo despectivo. 

Entre Orquídeas y Secretos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora