Capitulo 6

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Cuando llegaron a la casa el suspiro satisfecho, después de diez años por primera vez había añorado esa enorme y vacía casa. Svetlana parecía una niña corriendo alrededor de los setos. Al mirar mejor debía admitir que de jardín no tenía nada, eran solo setos recortados prolijamente.

Al entrar a la enorme casa sus pasos hicieron eco y su hermana comenzó a mirar encantada.

- La casa es hermosa.

Él la acompañó en silencio mientras la recorrían. Subieron las majestuosas escaleras al segundo piso, de un lado estaban las dependencias de él decoradas de forma sobria y masculino, del otro lado estaba amueblada espartana. En el pasillo de ambos lados estaban las paredes llenas de iconos familiares.

La primera noche que cenaron solos Svetlana lo miró triste.

- Extraño a Mila. - Apoyó la barbilla en sus manos y lo miró triste.

- Estas hablando de la hija de Larissa.

- Si.

- Deberás acostumbrarte a pasar mucho tiempo solos en esta casa.

- ¿No haces fiestas?

- No.

- ¿Por qué no?

- Porque no. Pero... - Él miró incómodo el salón. - Ilya me ha aconsejado asistir a algunos eventos para que puedas elegir un marido.

Su hermana hizo un silencio incómodo.

- Además de no mentir... jamás piensas en los sentimientos de los demás ¿Verdad?

-¿He dicho algo malo? - La miró realmente sorprendido.

- Aún no he decidido si quiero casarme.

- Aún así asistiremos a algunos eventos. - Le dijo sin mirarla.

Victoria llegó a la casa de su hermano en un horario que sabía que no estaba

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Victoria llegó a la casa de su hermano en un horario que sabía que no estaba. Debía revisar cómo iban las cosas en el invernadero y después de la discusión que habían tenido esa noche no habían vuelto a hablar.

Ethan estaba furioso por haberla encontrado besándose con Mikhail y ella había cortado su perorata yéndose y dejándolo hablando solo.

Había pasado una semana y media y aún no podía dejar de pensar en el. No sólo por ese beso que la había desarmado, si no porque extrañaba verlo y tratar de hacerlo reír o cambiar su estado de ánimo haciendo brillar sus ojos tristes.

Beso a su sobrina Milá y se sentó con su cuñada.

- ¿Cómo estás? - Preguntó Lara sirviendo el té.

- Bien. ¿Como están las cosas por aquí?

- Nosotras bien. Si preguntas por tu hermano... - Lara le sonrió. - Ahora está más tranquilo.

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