Capitulo 8: Diferente al amor

1.9K 396 199
                                    


Denki, Denki, Denki.

A ti no necesito hacerte un preámbulo, porque ni siquiera fuimos "algo". Sin embargo, te considero parte importante de mi historia por estar a mi lado cuando necesitaba de un amigo y, más aún, porque sin ti, no hubiera llegado a él.

Lo nuestro da inicio tras mi ruptura con Eiji. Fue un año y medio hermoso el que viví a su lado y al que me prometí, atesoraría en mi corazón. Terminamos un viernes, pero en la práctica nuestra relación no estaba del todo finiquitada. Continuamos en idas y venidas un tiempo más. No dejas de querer a alguien de un día para otro y yo, sobre todo, me aferraba a lo poco que quedaba. Intentaba hacer caso a los consejos de Hitoshi y mudarme de ahí, pero terminaba por ponerme excusas y posponer el momento.

En nuestra sesión, dije que iría con Ochako. Sin embargo, la llamé y ella estaba viajando a Okinawa por una mejor oferta laboral. Busqué lugares que se adecuaran a mi presupuesto, pero con lo poco que tenía ahorrado, solo conseguía verdaderas pocilgas. El hecho de que Eiji me dijera que no tenía inconvenientes en que me quedara, tampoco me alentaba mucho.

Solo tomé la decisión de irme con firmeza, un mes después, luego de leer el mensaje de una mujer en su teléfono. Y no, estaba vez no era mi imaginación. Eiji tenía derecho a rehacer su vida, así como yo, la mía.

Hitoshi me ofreció temporalmente la habitación vacía en su apartamento. Él vivía con su pareja, eso me hacía sentir incomodo, pero era lo mejor que conseguiría. No vi venir que aquello despertaría celos en Eiji. Ya le había comentado que Hitoshi fue mi novio en secundaria, había asimilado bien que pasáramos tiempo juntos, mas no fue así al saber que viviría en su casa.

Entonces, un día apareciste de la nada en casa. Siempre supe que eras amigos de Eiji y que solían reunirse una vez al mes todo el grupo de su escuela, yo nunca quise formar parte. Antes de vivir juntos, solo te había visto un par de veces de pura casualidad y ahora venías y me hablabas como si nos conociéramos de toda la vida. Dijiste que trabajabas hasta muy tarde y necesitabas de alguien que te ayudara en casa. Curiosamente, cabía la coincidencia que tenías una habitación vacía por la que no necesitaba pagar nada, mientras te diera esa ayuda que tanto necesitabas.

Eiji y tú eran pésimos actores, estaba claro que él te había hecho venir para que te hicieras cargo de mí. Acepté, porque entre estar de mal tercio con Hitoshi y tú, eras mi mejor opción. Empaque mis cosas, descubriendo que toda mi vida entraba en una maleta.

Le di un último abrazo a Eijiro y salimos rumbo a tu departamento.

Denki, siempre supe que tenías novia, pero pudiste avisarme antes que vivías con ella. También informárselo a Kyoka, que al verme entrar lucía tan sorprendida como yo. Luego fingió naturalidad y me mostró mi habitación. Un futón en medio de cajas almacenadas seria mi nuevo inicio por el tiempo que tardara en conseguirme un lugar propio.

Quizás no fuera la gran cosa, pero al menos a mí, aquel ambiente de sentirme un extra en ese hogar, me deprimía.

Creo que solo la primera semana acabé con mis lágrimas de tanto llorar. No era solo el ambiente o haber dejado a Eiji aun cuando le quería, sino el ser consciente de lo patética que era mi vida. Estaba por cumplir veintiocho años, vivía de arrimado en la casa del amigo de mi ex, casi no tenía ahorros y mi mente repetía que todo aquello era mi culpa; pues teniendo la oportunidad de ser un médico, había abandonado la universidad ilusionado con alguien. Touya me había enseñado a ganarme la vida tatuando y, aunque en un inicio mi trabajo había empezado a sobresalir, con tantas idas y venidas, ahora solo era un tatuador más del montón.

Mis emociones empeoraban cuando te veía ser cariñoso con Kyoka y oía los ruiditos de noche que provenían de tu habitación.

Amor, dinero, éxito; sentía que mi vida se acababa y no había logrado nada de eso.

Entre espinas, tú [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora