cinco

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Había pasado una semana desde que Magnus había visto a Nathan, era domingo otra vez y se encontraba triste porque no pudo aparecer por el bar ese sábado ya que Jocelyn había insistido en que debía hacer aquel hechizo en Clary pero cuando entró y lo observó charlando con un par de hadas, su tristeza se esfumó. Nathan era amable con todos, Magnus no podía imaginarlo gritando o tratando mal a alguien, a pesar de haber sufrido tanto a tan temprana edad el rubio se mostraba de buen humor y considerado con todo el mundo.

El brujo se quedó parado en la puerta, observando a lo lejos al menor interactuar con los aquellos seres cuando sintió que alguien lo empujaba levemente y se disculpaba. Makayla, al ver que el hombre mayor no respondía, frunció el ceño.

— ¿Magnus? — preguntó en voz baja.

Magnus movió su cabeza, saliendo de su trance y dejó de mirar a Nathan para posar su vista sobre la pelirroja.

— Oh, um, hola — contestó confundido y sonrió —, lo siento.

Makayla le devolvió la sonrisa.

— No te preocupes pero, ¿Te quedarás aquí parado observando de lejos como un acosador a Nathan o pasarás?

— No soy un acosador, sólo me detuve en la puerta un segundo.

— Eso es lo que un acosador diría.

Magnus sonrió y negó con la cabeza de manera divertida. Makayla lo tomó del brazo y lo arrastró dentro del bar, dirigiéndolo hasta la barra donde el rubio actualmente se encontraba solo, las hadas se habían dispersado.

— Te traigo un regalo — la pelirroja habló llamando la atención de Nathan, el menor dejó de mirar su celular y levantó la vista.

Pinche regalo culero — Nathan habló en español haciendo reír a Makayla y fruncir el ceño a Magnus.

— ¿Estás de mal humor? — Magnus preguntó nervioso.

Nathan negó con la cabeza.

— No, lo siento. Es que estoy cansado.

Magnus hizo una mueca y vió que el menor comenzaba a alejarse en dirección a la cocina. Makayla suspiró.

— Ayer estaba esperándote, no lo dijo pero estuvo toda la noche observando la entrada.

— ¿De verdad?

— Sí, o al menos fue lo que mi hermana dijo.

Magnus sonrió.

— ¿Dónde está ella?

— Está cuidando de Nolan, él se cayó de las escaleras y tiene una pierna rota. Mckenna se quedó con él para que yo pueda escapar de sus garras, ya sabes.

Magnus asintió y Nathan volvió a la escena, llevaba una bandeja con varias flores en ella, no miró ni a Makayla ni a Magnus al pasar a su lado. La pelirroja susurró algo sobre que iría a limpiar y se alejó, Magnus observó a Nathan dejar las flores en la mesa de las Hadas que habían hablado con él anteriormente y caminar hacia él nuevamente.

— Entonces — Magnus habló cuando lo tuvo cerca —, ¿Me extrañaste?

— Ya quisieras.

El brujo rió, no podía explicar la ternura que el pequeño hombre lobo le provocaba y esta versión malhumorada de Nathan estaba empezando a gustarle.

MOONLIGHT, magnus bane³.Where stories live. Discover now