MOONLIGHT, magnus bane³.

ocho

Las luces del lugar estaban apagadas, los únicos que se encontraban en el bar eran Nathan, Mckenna y Makayla quienes estaban limpiando todo para esa noche. Una banda hecha por hombres lobo tocaría, venían desde Las Vegas y querían que todo se viera perfecto.

— ¿Entonces no vas a contarnos sobre tu cita con Magnus? — Makayla preguntó mientras barría el improvisado escenario.

Nathan rodó los ojos.

— No fue una cita, sólo comimos.

— ¿Y hubo postre? — fue el turno de Mckenna para preguntar, el rubio frunció el ceño y la miró para notar que su pregunta no era culinaria exactamente.

— ¡Mckenna! — Jones contestó horrorizado —, no tuve relaciones con él, ¿Por quién me tomas?

— Apuesto que muchas personas tuvieron relaciones con Magnus en la primera cita y eso no te convierte en nada.

— Sí, bueno — el chico contestó a la defensiva — no es como que me importe eso realmente, él y yo somos amigos.

— ¿Y Magnus sabe que son sólo amigos? — la pelirroja de ojos marrones preguntó —, estoy seguro de que oírlo le dolería.

Nathan estaba por contestar cuando la puerta del bar fue tocada dos veces y se podía observar la sombra de alguien detrás de esta, ambas hermanas se miraron de reojo antes de que el rubio se encogiera de hombros para luego ir a abrir.

El chico detrás era un adolescente de más o menos 13 años, un pequeño hombre lobo. Nathan ya lo conocía, Luke lo había acogido cuando la familia del pequeño fue asesinada por un grupo de demonios.

— Hey, Thomas, ¿Verdad? — Nathan le sonrió.

El castaño asintió mientras estiraba su brazo izquierdo, una caja negra con un moño plateado estaba en ella. Nathan no la había notado hasta ese momento.

— Me dieron órdenes de que te entregara esto, por favor, tómalo o no me pagarán — Thomas respondió de forma ruda, no parecía a gusto con la tarea que le habían encomendado hacer.

Nathan frunció el ceño y tomó la caja, no tuvo tiempo de preguntar algo más ya que el chico había salido corriendo. Cerró la puerta tras él y se acercó a sus amigas quienes habían dejado de realizar sus actividades para observar la escena.

— Me enviaron esto — el chico de ojos azules habló mientras levantaba el objeto para que las chicas lo vieran mejor —, no estoy seguro de qué es.

— Podría ser una bomba — Mckenna hizo una mueca, lucía algo desconfiada —, he visto muchas series policiales como para confiar en situaciones como esta.

— Tiene un moño — repuso Nathan.

— ¿Una bomba formal? — la pelirroja no parecía querer dejar ir su idea.

— Es una bomba — Makayla coincidío —, pero para tu estómago, son bombones.

— ¿Cómo sabes que son bombones? Aún no la he abierto.

— Nolan me regala bombones del mismo lugar, si no me crees ábrelo.

Nathan hizo una mueca y tiró del listón plateado para abrirla, la depositó sobre una de las mesas y sacó la tapa. Pequeños bocadillos en color llenaba la caja, la mayoría en forma de corazón; se veían realmente elaborados y el rubio podía apostar de que eran de un lugar costoso. Usualmente en esta situación el se tiraría de cabeza sobre los bombones para comerlos pero el chocolate blanco le causaba repulsión.

— Definitivamente es de alguien que no te conoce lo suficiente, sería como enviarle kryptonita de regalo a Superman.

Él asintió, no había escuchado lo que dijo su mejor amiga realmente pero intentaba pensar en quién podría haberle enviado aquello. Nadie nunca le había hecho un regalo anónimo, eso sólo sucedía en las películas que veía con Makayla y no estaba seguro de qué opinas al respecto, ¿Por qué enviarlo de forma anónima y perderte la reacción de la persona que quieres agasajar? Sonaba algo estúpido en su mente pero al mismo tiempo estaba emocionado, siempre había tratado de imaginarse dentro de una película ya que las cosas que usualmente le sucedían parecían ser sacadas de una película de terror pero este gesto quería transformar su filme terrorífico en una comedia romántica, especialmente comedia ya que los bombones de chocolate blanco parecían ser una especie de broma.