seis

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Magnus suspiró antes de sentarse sobre el taburete de madera, el lugar estaba increíblemente lleno. Había vampiros en una esquina bebiendo un líquido color escarlata, sangre y vino supuso el brujo, dos hadas rubias estaban charlando al lado de él acerca de las decisiones que la Reina Seelie estaba tomando y varios grupos de hombres lobo estaban desparramados por el lugar, él y una joven de cabello negro azabache eran los únicos brujos.

Magnus no era fan de estos lugares, el prefería restaurantes lujosos en el centro de New York o algún bar tranquilo y refinado a las afueras, pero de alguna forma el moonlight de Nathan lo hacía volver cada fin de semana, no sólo porque Nathan estaba allí (aunque era una gran parte de la decisión) sino también porque le recordaba aquellos bares prohibidos de 1870 en Londres, la gente sobrenatural amontonada charlando sobre cualquier cosa que ellos consideraran importantes, fumando y bebiendo alcohol, algunas veces jugando a las cartas. El moonlight tenía un ligero parecido a eso, pero obviamente la época no era la misma y las cosas habían cambiado, para bien o para mal.

— ¿Qué vas a beber? — Una voz masculina habló haciendo a Magnus levantar la vista, sabía que no era Nathan. Reconocería la voz del pequeño hombre lobo donde fuera.

— No te lo tomes personal — Magnus se disculpó —, pero prefiero que me atienda el dueño del lugar.

Caspian rodó los ojos y frunció el ceño.

— Nathan está ocupado atendiendo a los vampiros.

— Tengo toda la eternidad para esperarlo, no te preocupes.

— ¿Es que acaso no vas a rendirte? Ya te pedí amablemente que lo dejaras en paz, Nathan es un niño.

— Tú y yo tenemos la misma edad — Nathan contestó impidiendo que Magnus lo hiciera, apoyó la bandeja con varios vasos vacíos sobre la barra —, no soy un niño, deja de tratarme como tal.

Magnus sonrió satisfecho.

— Ya lo escuchaste, Clark.

Caspian bufó y se alejó de ellos en dirección a las hadas quienes parecían estar algo aburridas. Magnus posó su mirada gatuna sobre el rubio.

— ¿Necesitas ayuda?

— De hecho, sí — Nathan lo observó con una mirada apenada —, el bar está lleno como podrás ver y hombres lobo están esperando hace 30 minutos, ¿Te importaría alcanzarle esta bandeja al grupo de vampiros del fondo?

Magnus miró sobre su hombro al grupo de vampiros, Raphael Santiago se encontraba allí junto al mismo vampiro rubio que había conocido la otra vez, ambos reían. Probablemente estuvieran borrachos, los demás vampiros parecían ajenos a la imágen, mientras que la pequeña bruja pelinegra que él había visto al llegar se encontraba al lado de ellos con un celular en sus manos, daba la impresión que no quisiera estar en aquel lugar.

— De acuerdo — Magnus contestó volviendo a mirar a Nathan —, con una condición, por supuesto.

Nathan suspiró mientras comenzaba a llenar los vasos con sangre y vino.

— ¿Qué condición?

— ¿Te parecería salir conmigo a tomar algo? Tal vez un café, charlar.

El rubio dudó, luego de cinco segundos que para Magnus parecieron siglos, Nathan asintió.

— Necesito la ayuda así que supongo que puedo hacer eso.

Al brujo no le gustó el tono de voz con el que Nathan dijo aquello, como si Magnus sólo fuera un medio para un fin, pero no le dijo nada. Se limitó a asentir y y tomar la bandeja con las bebidas para los hijos de la noche.

Magnus no le tenía miedo a los vampiros, pero los encontraba tediosos y vaya experiencia se había llevado con Camille Belcourt en el pasado. Pero debía admitir que tal vez uno o dos de ellos le caían bien como Raphael Santiago y Lily Chen a la cual no había visto hace tiempo, todavía no se decidida si el vampiro rubio, Dante, recordó, pertenecía a los privilegiados que le caían bien o al grupo de tediosos.

— Aquí están sus bebidas — Bane pronunció sobre el bullicio, algunos vampiros hicieron un asintieron con la cabeza y se acercaron a la mesa a tomar algunas copas, pero los dos vampiros del centro parecían no prestar atención en absoluto.

Magnus estaba listo para alejarse cuando notó que la vista de la pequeña bruja estaba sobre él, los ojos negros de la chica brillaban con algo que Magnus no fue capaz de distinguir.

— Eres Magnus Bane, ¿verdad? — susurró lo suficientemente fuerte para que el brujo la escuchara.

— En carne y hueso — Magnus sonrió de forma descarada, la chica se sonrojó.

— Es un gusto conocerte al fin, ¡admiro tu trabajo desde siempre! — la bruja sonrió y se levantó para estirar su mano hacia Magnus —, mi nombre es Tauriel.

Magnus le devolvió la sonrisa y tomó la mano de Tauriel para depositar un pequeño beso en ella haciéndola ruborizar.

— Es un gusto conocerte también, ¿Eres nueva?

— Algo así, llegué hace unas semanas de Texas — Tauriel exhaló, como tomando valor —, ¿Te gustaría salir algún día? ¿Tal vez este fin de semana?

Magnus hizo una mueca de disculpas antes de volver a hablar.

— Lo siento, tengo una cita este fin de semana — repuso mirando hacia la barra, Nathan estaba sonriéndole a una mujer lobo con cabello rojo, probablemente Mackenna o Makayla, Magnus no pudo diferenciarlas desde esa distancia.

— Oh — Tauriel contestó sorprendida —, está bien. Veo que saldrás con Nathan, el chico tiene suerte de salir contigo. Es como salir con Maddona.

Magnus rió levemente y luego hizo una mueca similar a una sonrisa, esperaba que Nathan comenzara a verlo de aquella forma que Tauriel lo veía, que se sintiera afortunado de tener al gran brujo de Brooklyn a sus pies.

MOONLIGHT, magnus bane³.Where stories live. Discover now