once

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Magnus suspiró antes de empujar la puerta para entrar al bar, una sonrisa se dibujó en su rostro cuando notó a Nathan detrás de la barra de espaldas a él. El brujo lo había visto la noche anterior en el cine, por supuesto que también había conseguido entradas para él y así ver la película lo más alejado del rubio posible, quería tener un nuevo tema de conversación pero no quería ser muy obvio.

Cuando faltaban 5 pasos para llegar a Nathan, Caspian lo detuvo. Magnus ni siquiera sabía de dónde había salido el pelinegro pero allí estaba, sosteniendo su brazo y haciendo que dé unos pasos atrás de Nathan quien seguía dándole la espalda, ajeno a la situación.

— Ya he hablado contigo, ¿Verdad? — Caspian susurró, el enojo filtrándose en su voz.

Magnus frunció el ceño.

— ¿De qué hablas? — fingió no saber, no quería admitir que le había prestado la atención suficiente.

— Te he dicho que te mantengas alejado de él, brujo. Pero no me estás escuchando y estoy cansado de ser amable.

Magnus rodó los ojos pero no miró a Caspian, su mirada se posó en Nathan que seguía acomodando algunas bebidas en la gran estantería detrás de la barra. Bane notó dos pequeños cables negros que comenzaban en su cintura y se unían a sus orejas, auriculares. Debió haberlo notado antes.

— Pues, — Magnus volvió su vista a Caspian sin mostrar mucho interés. Magnus era mayor, cuando Caspian estaba aprendiendo a caminar, él ya estaba rodando por el mundo — por lo que he escuchado tú no eres muy amable con nadie, ¿No le has hecho frente a Luke ya? Eso ha sido malo considerando que si no fuera por él estarías en la calle.

Caspian dudó, había sido un golpe bajo y Magnus lo sabía. Pero ¿Quién se creía que era para decidir sobre su vida y la de Nathan? Ser el mejor amigo de alguien no significa eso, no te da el poder de elegir el ambiente en la que la otra persona quiere desempeñarse.

— Tú tampoco eres muy respetable — el hombre lobo contraatacó —, he oído una cosa o dos sobre tu vida amorosa y no han sido buenas. Sólo quiero asegurarme de que Nathan no sea uno más en tu enorme lista.

— ¿De verdad? — Magnus rió — ¿Quién te ha dado jugosos chismes sobre mí? ¿Luke? ¿Catarina?

— No, Camille Belcourt me lo ha dicho todo. Me ha contado sobre tú y ella, sobre el cazador de sombras, William Herondale.

-— ¿Te ha hablado a tí sobre Will? — el brujo se burló —, vaya, no sabía que Camille tenía un perro.

-—¿Nos estás insultando? — la voz de Nathan sonaba sorprendida, en algún punto de la discusión él se había quitado sus audífonos y había girado.

Magnus dejó de mirar al pelinegro para ver a Nathan, los ojos azules mostraban decepción y algo más que Magnus no pudo descifrar. Dejó una botella de lo que parecía ser whiskey sobre la barra y frunció el ceño.

— Él acaba de llamarnos perros, Nathan — Caspian habló, parecía sorprendido pero Magnus supuso que una persona como él estaba acostumbrada a actuar —, lo has escuchado.

— Agradecería que salgas de mi bar, Magnus — el rubio habló claramente para luego cruzarse de brazos —, espero que sepas entender que los perros no desean compartir un lugar con alguien que piensa así de nosotros.

Magnus quería hablar, defenderse, pero sabía que con el pelinegro allí sería imposible. Se limitó a asentir y caminar hacia la salida, estaba jodido. Había jodido todo, todo en lo que había estado trabajando este tiempo por Nathan estaba dañado. Quería entrar y gritarle al rubio que sólo se estaba refiriendo a Caspian pero sabía que ellos eran mejores amigos desde que habían nacido e insultarlo a Clark no era una buena idea, tal vez él se pondría igual o peor si alguien dijera cosas horribles sobre Catarina o Ragnor, no podía culparlo a Nathan.

Comenzó a caminar de nuevo a su loft, la mirada que Nathan le había dado seguía fresca en su memoria. Nunca nadie lo había mirado de aquella forma y no quería volver a experimentar esa mirada sobre él nunca más, mucho menos que Nathan volviera a hacerlo. Lucía decepcionado y triste, como si Magnus hubiera demostrado que no era la imágen que él tenía. La vida le había demostrado a Magnus que era difícil superar algunas decepciones, él se había decepcionado de tanta gente y algunas nunca llegó a perdonarlas pero esperaba que eso no sucediera con aquel rubio, deseaba poder explicar todo lo que había sucedido y que Nathan lo comprendiera. Porque, después de todo, Nathan era su más reciente alegría y no quería perderla.

MOONLIGHT, magnus bane³.Where stories live. Discover now