Trato || Joerick

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Sus ojos derraman lágrimas a mares, lo miro esperando a que me diga que es lo que le sucede pero su rostro aún se esconde en mi pecho.

Rodeo su cuerpo con mis brazos acariciando con mis manos su espalda en forma de consuelo, mis manos suben y bajan tratando de calmar su llanto.

Después de unos minutos, sus lagrimas comienza a cesar al igual que mis nervios, suelta pequeños hipidos sorbiendo su nariz.

—¿Ya estás mejor? —pregunto con sierto temor, proceso lo que sucedió tratando de averiguar si hice algo mal.

—Ujum —murmura aún si levantar su cabecita.

—¿Qué pasó bebé? ¿Por qué te pusiste a llorar? —pregunto levantando su mentón, sus ojitos se encuentran rojos y un poquito hinchados.

—E-es que, t-tú...

Volvió a sollozar.

—Bebé, dime por favor qué te pasa. Tranquilizate.

Después de cinco minutos de espera, logró tranquilizarse.

—¿Estás bien?

—Sí. Lo siento, no sé que me pasó, cre-creo que me puse un poquito emocional —sus mejillas se sonroja causandome ternura—. ¿Vamos a ir a la boda de tu amigo?

Preguntó repentinamente cambiando de tema. Él aún no sabia nada de mi pasa con Yoandri y a decir verdad, era algo que no me gustaba recordar.

—Mmm, no lo sé, tengo que checar algunas cosas de la empresa —respondí dudoso.

—¡Joey! —reprochó—, yo quiero ir a la fiesta de tu amigo, hace tanto tiempo no que salgo.

Puse los ojos en blanco mentalmente por la tonta excusa que dijo.

—Joel —chillo mi nombre alargando la "e"—. Quiero ir a esa fiesta. ¡Ay que ir!

—Deja de molestar con eso Erick, si tengo tiempo iremos y si no, no —hable en tono amargo bajándolo de mi regazo.

Estaba comenzando a fastidiarme el tema de la boda de Yoandri y Johann.

Al final el muy idiota si se quedó con él.

—Pero no es para que te enojes Joel, no es mi culpa de que seas un maldito amargado que se la vive encerrado —contraatacó molesto, se cruzó de brazos y se colocó frente a mí.

—Tú no tienes idea de nada Erick.

—¿Tienes algún problema con él? ¿Fueron ex o algo? No me has dicho nada de ti Joel, no se nada de tu pasado. En cambio tú, maldito infeliz, me has estado vigilando toda mi maldita vida.

—Me estás hartando con ese tema Erick —me levanté del sillón decidido a marcharme y dejar está estúpida pelea—. Si vas a seguir discutiendo mejor me voy.

—¿En serio? ¿Por qué no tienes el valor de hablar conmigo? Eso hacen las parejas, Joel.

Lo mire unos segundos analizando su rostro, se notaba angustiado, pero eso no va hacer que cambie de opinión.

—Ni siquiera somos pareja Erick.

[...]

Erick

¿Es normal que esté llorando por un idiota como Joel?

—Deja de llorar Erick, tal vez dijo eso porque estaba molesto.

—Pe-pero hirió mis sentimientos Chris —volvi a sollozar.

—Lo se, pero también lo estuviste provocando. El no te dijo de patanerias, en cambio, tú sí.

Cerré los ojos con fuerza pensando en Joel.

Hace unos 50 minutos que salió de casa y yo ya estaba como una Magdalena llorando.

—No me estás ayudando mucho Christopher.

—Lo siento Erick, pero sabes que yo no soy tan sentimental como tú.

Me recosté en la cama frustrado, Christopher era mi única opción para desahogarme y no me está ayudando mucho. Joaquín aún se encuentra de viaje con su familia y no quiero interrumpir su momento.

—Esta bien, nos vemos luego —murmure en voz baja.

—Adios Erick, te quiero mucho.

Termine la llamada y coloque mi teléfono en el mueble de madera que se encontraba a un lado.

Mis ojos comenzaron a pesar y decidí que lo mejor era acomodarme en la cama para poder dormir.

Desperté al escuchar sonidos en la cocina. Frote mis ojos con la palmas de mi mano tratando de retirar el sueño.

Baje las escaleras hasta llegar a la cocina, la puerta del cuarto se encontraba abierta y con la luz encendida. Frunci las cejas tratando de recordar quien más se encontraba en la casa.

De pronto el miedo se apoderó de mí, que tal si estaba siendo víctima de algún robo o peor aún, un asalto.

Con las piernas temblorosas me decidí cruzar la puerta y enfrentar a cualquier persona que se encontrará dentro del lugar.

Mire el lugar estupefacto

Al menos no era un robo ni mucho menos un secuestro, pero era aún peor.

—¿Joel?

[...]

Christopher

Puse los ojos en blanco con fastidio. Tadeo era muy romántico y eso a mí me hostigaba.

—Bebé, porque no vamos a un lugar más privado.

Propuse con un tono pícaro.

—¿No estás cómodo aquí? —preguntó preocupado.

Ah, pero que tonto es.

—Ring, ring —fingi el sonido de una llamada mientras Tadeo hablaba con el chico del bar—. ¿Bueno?... ¿Mamá?... Oh, lo siento tanto, me olvidé de la cena... Esta bien mamá, trataré de irme lo más pronto posible —mire de reojo a Tadeo viendo como él me miraba preocupado—... Nos vemos mamá.

—¿Te vas? —pregunto en tono triste, evite gritarle en la cara "Es obvio maldito imbécil"

—Sí bebé, se me olvidó la cena que tenía con mi madre y no quiero que se enoje porque no me dará permiso para salir contigo —hable fingidamente.

—Esta bien, no quiero tener problemas con mis suegra —me guiñó un ojo y yo quise rodar los ojos pero en cambio le di una sonrisa.

—Adios Tadeo.

Salí del bar y el frío de la noche se hizo presente. Camine una cuantas calles esperanzado de encontrar algún taxi cerca.

Estaba tan consentrado mirando las calles oscuras y vacías que no me di cuenta de la presencia de una segunda presencia.

—Mentir esta mal, Christopher —me sobresalte al escuchar su voz. La conocía tanto que podría distinguirla a kilómetros de mí.

—Todos hemos mentido en nuestra vida, si de mentiras hablamos, tú no te quedas atrás.

Sonreí mordiendo mi labio inferior al sentir su aliento en mi cuello, se sentía tan bien.

—Pero a veces mentir es mejor que decir la verdad.

Me tomo de la cintura y cerré los ojos disfrutando del tacto.

—¿Por qué no vamos a un lugar más privado? Como dices tú.

—¿Siempre vijilandome Zabdiel?

—Esta ocasión, fue casualidad.

☁️
Actualice :D

100 comentarios y continuo, ya saben, comenten en los párrafos.

Por cierto, haré una adaptación y estaré publicando Cincuenta Sombras Pimentel.

Besos en sus mejillas ;3

Pd: La canción nada que ver con el capítulo, pero me gusta mucho 😔👊🏻