Capítulo 2: ¡Se acabó!

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El cielo amaneció con un gris opaco que avivaba la tristeza, la melancolía y la depresión en él. La intensa lluvia golpeaba con fuerza los cristales de la enfermería en un atronador sonido que le emulaba a una película de terror.

Por primera vez en mucho tiempo, se sentía vulnerable. No tenía ganas de hacer nada. Su sueño acababa de ser destruido hasta los cimientos. Las dudas se agolpaban en su mente y él se sentía incapaz de razonar. Estaba agotado y sólo quería salir de allí, meterse en una cama y no volver a levantarse.

— Todoroki, ¿entiendes lo que esto conlleva?

La voz profunda de Eraser no le ayudaba en absoluto. Hablaba con mucha tranquilidad y Shoto supo que lo hacía para intentar calmarle. No funcionaba.

Todo su ser tembló al recordar el cuerpo ensangrentado de Bakugo por culpa de las múltiples heridas que había recibido en la batalla. La imagen de Iida, inconsciente y tirado en el suelo, llegó una vez más con intensidad a su mente y recordar a Deku intentar levantarse sin éxito, con sus brazos y piernas destrozados... Apretó los párpados y dejó escapar un leve sonido que ninguno de los presentes supo cómo interpretar.

— ¿Todoroki? ¿Te encuentras bien? – esta vez fue una voz femenina la que habló. Recovery Girl lo había acompañado esos dos días de aislamiento en la enfermería.

Eraser y Recovery Girl se miraron mutuamente de soslayo. Debía ser duro para el joven afrontar su nueva situación y no querían presionarle. Shoto Todoroki, al que Eraser llegó a considerar el número uno de la clase por su habilidad, acababa su carrera como héroe demasiado pronto. Era un mal trago para todos. Siempre era deprimente decir adiós a alguien.

Shoto pensó en su intento por proteger a todos y cómo había acabado en ese desastre. ¿Qué era un héroe sin su Quirk? ¡No era nada! Un inútil, así se sentía en este momento. ¿Qué podía hacer? Mejor dicho, ¿qué iba a hacer ahora? Nació, creció y entrenó para ser un héroe, se dedicó en cuerpo y alma a sus habilidades de combate y ahora... ¡Se había acabado!

Sentado sobre la camilla, con sus piernas colgando aunque inmóviles, Shoto miraba los azulejos del suelo. No podía hacerse a la idea de que ya no volvería a usar sus habilidades para ayudar a nadie. Se acabaron los entrenamientos, se acabó el volver con sus compañeros, trabajar para alguna empresa de héroes... se terminó todo lo que era. ¡Vacío! Se sentía completamente vacío, como si le hubieran arrancado el alma y sólo quedase esa carcasa de nervios, tendones y músculos que obligaban al cuerpo a seguir moviéndose sin voluntad alguna.

El rostro de Eraser apareció en su campo de visión. Arrodillado frente a la camilla, se había interpuesto en el punto donde tenía fija su mirada, obligándole a prestarle atención.

— ¿Todoroki?

— Lo entiendo – susurró sin fuerzas con una voz inexpresiva.

¡Se acabó! Era la palabra que debía asimilar y que, sólo de pensarla, le hacía cerrar los párpados y apretarlos con fuerza para evitar que las lágrimas salieran. Debía mantener la compostura.

— Quiero que comprendas que esto es provisional –. Eraser trató de llegar a él. Todavía recordaba lo distante y frío que era ese chico cuando llegó por primera vez. Se distanciaba de todos debido a una educación abusiva y una complicada vida familiar. Ahora que ese chico había conseguido abrirse un poco a sus compañeros, que incluso le vio sonreír alguna vez pese a sus malas dotes para socializar, ocurría esto. No quería que Shoto volviera a encerrarse en su soledad, pero parecía que así ocurriría de nuevo.

La voz de Eraser sonaba con suavidad. Por algún motivo, a Shoto le recordó a su madre. Ella utilizaba ese tono cuando de niño lloraba desconsoladamente tras los entrenamientos con su padre. Cerró los párpados una vez más. No era un recuerdo agradable tampoco. Inspiró profundamente y soltó el aire con lentitud. Vacío, sí... estaba vacío. Pensaba en ello para mantenerse estable y tratar de fingir que todo seguía como siempre.

Quirk (Boku no hero: Baku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora