Capítulo 5: Amaneceres

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Deku se acercaba hacia el sofá y, por eso mismo, Bakugo se puso en pie para alejarse de Shoto. Había sido un accidente quedar prácticamente encima de él. Se lanzó para agarrar la taza. Caía tan cerca del cuerpo de Shoto que no se había dado cuenta de que estaba cargando su peso sobre él para llegar a la taza. Cuando se dio cuenta, ya estaban en esa posición.

Evidentemente, no le importó demasiado quedar encima de Shoto, de hecho, ese acercamiento le gustó, sin embargo, Deku vería ese momento no como un accidente, sino que era capaz de verlo de otra manera más romántica de lo que realmente era. ¡En realidad, lo era! Porque si Deku no hubiera entrado... le habría besado. Bakugo estaba convencido de ello.

Bakugo se agachó con cuidado de no pisar el líquido esparcido, pero recogiendo los trozos de la taza que se había roto. Deku se acercaba lentamente y, finalmente, Shoto también se incorporó para ayudar a recoger.

— Ten cuidado, no te cortes – susurró Bakugo.

Los dedos de Shoto que estaban a punto de agarrar un trozo se detuvieron. Bakugo se dio cuenta en ese momento, de que su aviso había sonado demasiado proteccionista. Tampoco pasaba nada si se cortaba, pondría una tirita y de hecho... seguramente Shoto tendría cuidado, sabía que debía tenerlo, pero la frase había salido antes de que pudiera pensarla. Los dos se miraron fijamente. Se habían paralizado. Se perdían en los ojos del otro.

Sus corazones latían con fuerza y esta vez, fue Shoto el que acercó su rostro hacia el de su compañero. Tan sólo lo movió unos milímetros. ¡Deseaba besarle! Pero entonces, se detuvo. Bakugo no era sentimental y seguramente, se enfadaría con él si se pasaba de la raya.

Se entristeció ante un único pensamiento: ¿cómo podía pensar en besarle cuando ya no tenía quirk? Si una vez pensó que quizá en un futuro podría llegar a declararse y ser alguien a su lado, ahora lo único que sentía era que ya nunca podría alcanzarle. Sería un estorbo para él y, de hecho, Bakugo seguramente no vería nada más que debilidad en él. Ya no era un héroe y no lo sería. Le habían quitado toda posibilidad de serlo. Con ese pensamiento, Shoto agachó el rostro y volvió a recoger los pedazos de la taza.

Bakugo observó el rostro cabizbajo y melancólico de Shoto mientras recogía los pedazos de la taza y los dejaba sobre la palma de su otra mano. Si Deku no hubiera entrado... si sólo hubiera tenido unos segundos más en ese instante en que Shoto bajó su fría coraza con él...

— Dejadme que os ayude a recoger esto – sonrió Deku antes de agacharse a su lado.

En ese instante, Bakugo deseó gritarle. Era su culpa y verle en ese momento le ponía de mal humor, sin embargo, Shoto sonrió sutilmente y agradeció su gesto. Él siempre era amable y cortés cuando Bakugo habría deseado explotarle la cara allí mismo por su intromisión.

Estuvo tan cerca de sus labios... tan cerca de saciar su deseo por besarle y ese imbécil le había arrebatado la posibilidad de hacerlo. Cabreado como estaba, Bakugo terminó de recoger los pedazos y buscó papel de cocina para recoger el poco líquido que se había esparcido por el suelo.

***

El despertador ni siquiera había sonado todavía cuando Bakugo abrió los ojos. No tenía más sueño. A su espalda sentía el calor que desprendía el cuerpo de Shoto. Él debía estar profundamente dormido, aunque no se giró para comprobarlo. Era muy incómodo compartir una cama tan pequeña, aunque agradecía que Shoto se pegase todo lo posible a la pared tratando de darle más espacio a él. No debía ser tampoco nada cómodo para él.

El aroma varonil de Shoto llegó a su nariz. No es que fuera un aroma agradable del estilo frutal o algo similar, tan sólo el suyo propio y, aun así, le gustaba. Era sumamente atrayente y le provocaba cierto problema allí abajo. Bakugo elevó la manta y miró bajo ella hacia sus pantalones. ¡Estaba excitado! No le ayudaba en absoluto estar durmiendo al lado de ese chico.

Quirk (Boku no hero: Baku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora