✔Min dynasty [Yoonmin]

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Yoongi recorría los las pasillos del Palacio siendo acompañado por varios sirvientes y su general Jackson Wang, este último lo ponía al tanto de sus soldados y del avance de los nuevos reclutas, las noticias eran buenas muchos de ellos ya estaban preparados para ir a la guerra.

Varios ya habían sido enviados a las murallas la mayoría de ellos eran Buenos arqueros, otros habían sido enviados a vigilar los alrededores del Reino, aunque no había amenaza de que el Reino sufra un ataque enemigo, siempre debía de estar preparado para cualquier cosa, y Jackson lo sabía, le había quedado de experiencia desde la última vez que los hombres de Jaehyung atacaron el Reino, ese día no se lo esperaban fue un ataque sorpresa que le costó la vida de varios de sus hombres, pero gracias al cielo lograron obtener la victoria y ninguno de los soldados de Jaehyung regreso vivo y vivió para contarlo.

Yoongi asintió satisfecho él mismo había sido testigo del Gran trabajo de su mejor soldado y también general, sabía que podía confiar en él, ya que le había demostrado lealtad a él y al reino.

Muchos soldados ya habían ido a la guerra antes, eran los de mayor edad feroces y experimentados, que habían puesto en alto el nombre Goguryeo y luchado con honor, también habían nuevos y jóvenes que habían demostrado su buen desenvolvimiento con las armas, tal era el caso de Taehyung y Jungkook.

El rey visitaba a menudo los campos de entrenamiento y había visto a ambos jóvenes pelear como si de un hombre con experiencia se tratase, no había temor en sus movimientos y sus manos no temblaban al empuñar una espada, no negaba que esos dos Jóvenes eran los mejores y ya estaban listos para partir a su primera pelea.

Era un día bastante tranquilo, el cielo se encontraba nublado, pero aún faltaba bastante para que lloviera.

Sin embargo el corazón de Jimin no se encontraba tan tranquilo, se encontraba sentado en el suelo desigual de su desgastada casa, mientras qué con sus brazos sostenía sus piernas dobladas, las lágrimas recorrían sus mejillas bajando por su mandíbula hasta morir en su cuello. estaba tan preocupado y triste, tenía una horrible sensación de impotencia, su madre se había desmayado esta mañana y hasta hace poco había despertado, pero no había sido ese horrible percance el que lo tenía así, pues cuando sus hermosos ojos cafés se abrieron y lo miraron estos no lo reconocieron.

Su madre se había olvidado completamente de él, lo había desconocido y eso le dolió. Era la primera vez que le había pasado eso, y solo apuntaban a una cosa, una que no quería aceptar, la enfermedad la estaba consumiendo y no podía hacer nada para ayudar, se sentía tan inútil, si tan solo pudiera encontrar a un buen doctor, pero luego recordaba que ni prostituyéndose lograría pagar uno como el que necesitaba.

No tenían ni un solo centavo, nadie quería prestarle, y lo que le decían las personas a las cuales pedía ayuda lo terminaban de decepcionar, "Jamás lograrías pagarnos, eres tan pobre que ni siquiera tienes para comer" "No molestes niño ni siquiera tienes un buen trabajo".