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Sintió como la mano del rey tomaba la suya, la diferencia de tamaño fue algo que no pudo ignorar, sonrojandose cuando el cálido sentimiento de protección se instaló en su pecho.
Yoongi era grande e imponente, lo hacía sentirse seguro y protegido, por primera vez en sus cortos diecinueve años sentía que alguien cuidara de él, no quería hacerse falsas ilusiones pero incluso se sintió amado por el rey.

Yoongi sostenía su mano, y lo guiaba por unas escaleras hacia arriba, los faroles iluminaban el oscuro pasillo, facilitando su camino.

El silencio los inundaba, pero era un silencio cómodo y agradable que incluso estaban disfrutando, Yoongi ansioso por mostrarle su lugar favorito, donde tantas veces se había desahogado y otras incluso había llorado, a el jamás lo habían visto llorar, ese lugar era el único testigo de la única que vez que había llorado, esa ocasión hace tres años cuando perdió a su consorte y compañera de vida, ese lugar fue el único testigo de las lágrimas que derramó.

Jimin curioso por saber de ese lugar secreto, del cual ahora él también sería conocedor, sintiéndose afortunado y agradecido con el rey por tenerle la confianza suficiente para mostrarle algo tan íntimo para él.

Llegaron a una gran puerta, el doncel se quedó parado esperando haber lo que haría su mayor.

Yoongi quitó el seguro, en ningún momento soltó la mano de Jimin, abrió la puerta y sonrió al sentir esa brisa helada pero agradable, inmediatamente sintió el cuerpo de Jimin aferrarse a su brazo.

Jimin pudo sentir la brisa fría, y su cuerpo se estremeció, sus vellos se erizaron y sin poder evitarlo estornudo al igual que un gatito mojado, se sonrojo al escuchar la risa de Yoongi, a todas estas no había podido poner atención al lugar.

Sus ojos se iluminaron y su boca se abrió asombrado y maravillado ante la hermosa vista que estaba presenciando, sin duda ver la majestuosidad del reino cuando es de noche era digno de admirar, Jimin ahora lo comprobaba, luces por doquier, las casas que desde ahí se veían diminutas.

Era el lugar más alto del palacio, la vista y tranquilidad su mayor cualidad, observo el cielo estrellado, si pudiera grabarlo en una imagen sin dudar lo haría, la Luna en su mayor esplendor iluminando agradecida todo el panorama.

─ Wow, ¿como nadie me había mostrado este lugar antes? ─ dijo sin poder creer que en los días que llevaba viviendo en el Palacio nadie se hubiera dignado en mostrarle un lugar tan hermoso y pacífico como este.

Yoongi sonrió, sabía que Jimin estaría feliz con algo tan sencillo como esto, jamás se decepcionaba si de él se trataba ─ Por lo general a las personas algo tan simple y sencillo como esto no les llama la atención, siempre se inclinan por cosas más lujosas y vanas ─ espeto contemplando la hermosa vista del pueblo que le pertenecía.

─ Tonterías, yo no cambiaría esto por nada ─ mencionó seguro.

Una leve brisa helada lo hizo temblar y abrazarse a él mismo, ese acto no pasó desapercibido por Yoongi, de pronto se sintió mal por exponer a Jimin ante el frío que estaba haciendo, no lo había pensado en su momento y ahora que veía al menor titubeando y con su nariz roja no lo pensó para acercarlo a su pecho.

Jimin se sorprendió por la acción, su espalda se recargo en el pecho del rey, el sonrojo en sus mejillas fue inevitable al estar tan cerca del mayor, Yoongi intentó cubrirlo con su abrigo el cual era un poco grande, y bastante caliente para darle calor al doncel.

─ Cuando no soportes el frío podemos regresar para que descanses ─ susurro cerca de su oído.

Jimin negó quería seguir un rato más admirando de la maravillosa vista, además se sentía demasiado bien estar tan cerca de Yoongi, no quería despegarse todavía de él, quizá esto no se vuelva a repetir y quería aprovechar todo lo que le fuera posible.

✔Min dynasty [Yoonmin] Where stories live. Discover now