Capítulo 8

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Mini-maratón 1/2


8 - LA VERDAD DUELE

(Somebody else - The 1975)



Durante un instante, sentí que sus palabras no tenían sentido.

No había dicho "mi marido".

¿Verdad?

Era imposible que hubiera dicho, precisamente, eso.

Quizá... quizá había dicho mi novio. O mi amigo. O lo que fuera. Cualquier cosa menos mi marido.

Como en un mundo paralelo, percibí que Aiden se acercaba prácticamente corriendo haca nosotras. La rubia levantó la mirada por encima de mi cabeza, lo que me indicó que estaba justo detrás de mí, pero no se atrevió a acercarse, ni a tocarme demasiado. Aunque podía notar su mirada clavada en mi nuca.

—Eres un hijo de puta —le espetó la rubia sin siquiera pensarlo, furiosa—. Vengo aquí, a verte para celebrar contigo que te han aceptado en la liga... ¡Y mira cómo te encuentro!

Una parte de mí seguía esperando a que Aiden dijera algo. Preferiblemente, algo como ¿qué dices? No estamos casados.

Pero no lo decía.

Solo estaba en silencio, detrás de mí.

Y yo encontré por fin mis cuerdas vocales.

—¿Has dicho marido? —pregunté lentamente, con voz grave.

Ella bajó la mirada hacia mí y, por un momento, pareció furiosa. Solo que después frunció ligeramente el ceño, como si algo la sorprendiera.

—No te lo ha dicho, ¿verdad? —me preguntó, y esta vez ya no sonaba tan furiosa conmigo.

No pude responder. Aparté la mirada hacia Rob, Mark y Samuel, que nos estaban observando desde la distancia. Rob sacudía la cabeza.

Y, entonces, Aiden por fin habló.

—April —empezó—, ¿te importa dejarnos solos un momento para que...?

—¿Que os deje solos? —repitió ella con voz chillona, como si no pudiera creérselo—. Pero... ¿tú quién te crees que soy? ¿Te crees que voy a permitir que me humilles de esa forma, en público, y luego me apartaré para que puedas hablar con tu nueva novia?

—No soy su novia —solté en un tono muchísimo más brusco de lo que pretendía.

Me aparté un paso de Aiden y noté que él me miraba, pero no pude devolverle la mirada. Tenía una extraña sensación amarga, fría y... de traición... recorriéndome todo el cuerpo.

Ni siquiera estaba segura de por qué me sentía traicionada. Quizá para él no había dejado de ser en ningún su amiga, ¿no? Nunca había hecho una ademán de besarme. Lo había hecho yo. Quizá esas bromas se las hacía a todo el mundo. Quizá lo había malinterpretado.

O quizá es un gilipollas infiel.

—Vaya —April me señaló con una sonrisa rabiosa—, menos mal que ella es más lista que yo. ¿Quieres un consejo, querida? Aléjate de este imbécil. O acabarás como yo, teniendo que ver cómo besa a otras delante de ti.

—Eso no es verdad, April —le soltó Aiden, y sonaba enfadado.

Oh, nunca lo había escuchado enfadado, eso hizo que levantara la cabeza y lo mirara por fin, pero él estaba ocupado fulminando a April con la mirada.

Tardes de otoñoWhere stories live. Discover now