7. Familia

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Una hora después, el Expreso de Hogwarts partió de la estación en Hogsmade, mientras el humo que despedía, se perdía entre las nubes.

Habían decidido viajar en el tren y no desaparecerse fuera del colegio, como habían hecho todos los adultos, a quienes verían en la estación, por lo que Draco, Potter, ambos hermanos Weasley, Granger, Longbottom y Lovegood apartaron un compartimento solo para ellos.

La luz se escurría por las ventanas y el sol se alzaba con gracia sobre el firmamento. Aquél clima estúpidamente cálido parecía parte de la justicia poética que los consumía en ese específico día de verano.

Justicia poética tal como el hecho de que, en vista de que Draco estaba del lado de "los buenos" y su madre se encontraba escondida en quién-sabe-dónde (sumado a que su padre seguía en la cárcel, muchas gracias), no sería capaz de regresar a la mansión Malfoy aquél verano. En vez de ello, tendría que esconderse también, en alguna casa custodiada por miembros de la Orden. Por supuesto, como el universo lo odiaba, o éso le parecía últimamente, Draco tendría que ir a la madriguera con todos las comadrejas Weasley.

Luego del funeral, había intercambiado algunas palabras con Potter, en las cuales, creía, se había sobrepasado un poco y le había confesado, de cierta forma, que él lo amaba o alguna mierda así.

Draco estaba seguro de que últimamente había perdido un poco el control sobre lo que hacía con respecto a Potter y éso, lo atribuía a que había pasado mucho tiempo rodeado de Gryffindors, seguro que su impulsividad era contagiosa.

Fuera lo que fuese lo que Potter le estaba causando, hacía que su cabeza se convirtiese en un maldito lío.

Claro, aquello no era suficiente castigo ya, porque después de haber sido groseramente interrumpidos por el Ministro, Scrimgeour, se había topado con la pareja del siglo: el licántropo y su novia metamorfomaga, con quienes se había visto obligado a entablar una conversación con respecto a lo que sucedería a partir de allí. Le preguntaron sobre la tarea asignada por Dumbledore, la cual Draco se negó a revelar. No pensaba traicionar una de las últimas voluntades del viejo director del colegio, no.

Fue entonces cuando le informaron de la situación y de que, dadas las circunstancias, tendría que refugiarse en otro lado durante el inicio de las vacaciones, al menos hasta que Potter se dignara a comenzar su viaje. Y claro, como Draco tenía una suerte horrible, Molly Weasley se había acercado y había ofrecido acogerlo en su casa.

Por supuesto, aquello solo podía significar que, si Potter no decidía emprender su viaje aquella misma tarde, tendría que pasar más tiempo entre un montón de Gryffindors, y aún peor, ¡con los Weasley!

En todo caso, Draco habría preferido pasar aquellos días con Potter, en la casa de sus tíos muggles. Estaba seguro de que necesitaría algo de apoyo en aquél infierno, sin embargo, y obviamente, el auror Moody sentenció que de ninguna manera podría hacer aquello, ya que implicaría un riesgo doble con respecto al transporte una vez Potter hubiera terminado lo que sea que iba a hacer allí y fuese a la madriguera también con motivo de celebración de la boda de Fleur Delacour y Bill Weasley. Posteriormente, Draco sugirió que podía quedarse en casa de su tía Andrómeda, ya que la casa de los Tonks también recibía protección por parte de la Orden, sin embargo, aquella tampoco era una opción.

Una vez en el compartimento, se sentó en el sitio que se encontraba más próximo a la ventana, Potter se sentó a su lado, lo cual agradeció. Frente a ellos estaban Granger y Weasley, y del lado opuesto del compartimento estaban Neville Longbottom, Luna Lovegood y Ginny Weasley.

Draco le contó a Potter (aunque claramente sus amigos se enteraron) acerca de su agradable plática con Lupin, Moody y Tonks, y cómo tendría la fortuna de ser huésped en el adorable hogar de los Weasley. Suerte que los Gryffindors no entendían el sarcasmo.

Legeremens (fanfic drarry/harco)Where stories live. Discover now