MORRIGAN. [Seth Clearwater]

━━━━ 006. LUNA NUEVA.

| the imprint of the pack. |

Morrigan gimió de dolor al sentir como el puño de Jared impactaba en su rostro, la hizo tambalear unos pasos hacia al costado pero eso no significó que tenga piedad de ella; pateó fuertemente su pierna izquierda haciendo que caiga de rodillas.

—Levántate y entrena. 

Morrigan levantó su cabeza para observarlo parado frente a ella, respirando agitadamente, escupió sangre hacia los pies de Jared aunque este no se inmutó.

—¡Morrigan! ¡Jared! Déjense de juegos— el grito de Paul desde la entrada al patio trasero de la casa de Emily, la hizo voltear.

Se levantó con ayuda de Jared pero en el momento que iba a sacar su mano del brazo del hombre lobo, soltó un jadeo al observar que estaba dentro del bosque y aferró su agarre a Jared.

El hombre lobo la miró con su ceño fruncido hasta que se dio cuenta que los ojos de Morrigan estaban reluciendo en dorado.

—¿Mo...?— inquirió Jared dándole una mirada Paul, quien no tardó en acercarse.

Morrigan observaba el bosque a su alrededor, extrañada ante la imagen que tenía frente a ella, teletransportándose a un lugar completamente ajeno.
Se aferró aún más al brazo de Jared mientras que el lobo observaba como ella movía su cabeza hacia todos lados con el ceño fruncido.

—Es la conexión, necesito sentarme— murmuro Morrigan sin mirarlos.

Camino a medida que veía el bosque en primera persona, se sobresaltó al sentir como atras de ella se escuchó un brusco movimiento que la hizo voltear rápidamente en guardia, pero la bajó al ver al lobo blanco con gris maullando asustado mientras se miraba el cuerpo. Asocio que debían ser uno de los nuevos cachorros que se le habían escapado en la noche a Sam.

—¡Morrigan, Paul, Jared, vengan a poner la mesa!

El grito de Emily desde el interior de la casa la hizo salir de la conexión, tomando una calada de aire al darse cuenta que había dejado de respirar mientras estaba en los bosques.
Pestañeo algunas veces tratando de salir de la ensoñación, y miró a los dos lobos; estaba uno a su lado sentado en el porche trasero del hogar, mientras que Paul se limitaba a estar parado observándola con curiosidad.

Morrigan frunció su ceño y los analizó.

—¿No sintieron nada?

—¿Además del hecho que creí que eras una sanguijuela? ¡No!— exclamó Jared levantándose del porche cruzando sus brazos.

—Que exagerado eres, Jared. Ya recuerdo porque Kim dejo de venir— se burló la muchacha.

Jared abrió su boca ofendido. —Mi hermosa impronta tiene deberes y exámenes que aprobar— mientras decía todo esto, Morrigan solamente le asentía sarcásticamente.