Frappé

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La palabra odiar nunca había sido parte de su vocabulario, sin embargo, el tener montones de exámenes y trabajos finales era algo que, sin duda, le adjudicaba cada sílaba de odiar.

Podía agregarle que el calor hacia que todo se volviera insoportable, pero que el Frappé entre sus manos aliviaba un poco de aquel desastre de sudor que empezaba a correr por su frente.

—Deberías ir a descansar—la amonestación cálida solo ocasionó que despegara por leves segundos su mirada de sus desastrozos apuntes antes de volver a centarse con una sonrisa divertida.

—Falta poco, lo prometo—aun con la seguridad en sus palabras, no podía fiarse de ella, pues ambos sabían que no podía estudiar lo que debió hacer hace semanas.

Con un bufido incrédulo, la chica se sentó en el lugar vacío enfrente suyo, y recargando su mejilla contra la palma de su mano, volvió hablar con la pereza tiñendo su tono:—Vamos Tae, eso dijiste hace una hora.

—Me distrague, eso es todo—murmuro avergonzado, dirigiendo un vistazo rápido a la persona que se encontraba estudiando en unas mesas más allá, aclaro su garganta en busca de distraer a su amiga.

—¿Es la chica de la cafetería?—una indescriptible molestia quedó bailando entre los labios rosados de la rubia, quien, sin poder evitarlo, preguntó por algo que estaba harta de escuchar.

—Joder, ¿soy tan obvio?—alarmado preguntó y, sin tomar en cuenta a la blanquecina, dejó que un rubor apareciera en sus mejillas.

Todo parecía una mala fortuna, después de todo, ninguno de los dos era correspondido por la persona que les gustaba.

Forzando una sonrisa, acomodo nuevamente su bolsa sobre su hombro. Las acciones toscas y rígidas, dejaron desconcertado a Taehyung; hace semanas que notaba el extraño comportamiento en su amiga pero prefería evitar cuestionarle aquello. 

—¿Te vas?—frunciendo el ceño, dejó aun lado el frappé para pasar una mano por su cabello y rascar la parte trasera de su nuca, todo en un símbolo nervioso y confundido.

—Tengo cosas que hacer—se limitó a decir, pues la inseguridad sobre la firmeza de su voz la dejo a la deriva. En cualquier momento podría llorar y quería evitar a toda costa hacerlo enfrente del moreno.

A veces el destino era una mierda, dejándote conocer al amor de tu vida pero a la misma vez haciéndote saber que jamás estarás con ella.

Taehyung era descuidado y torpe, tierno y cálido, pero muchas otras veces, era frío con una mezcolanza de amabilidad. Kim Taehyung se parecía demasiado al frappé que tomaba en los días calurosos.

No More|kth, jjk (Coffee #1)Where stories live. Discover now