Capítulo 12

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Lunes, 27 de abril.

Su habitación se iluminó en el minuto en que salió el sol. La luz del sol calentó el suelo de madera y causó que la organizada colección de joyas de Harry brillara en la parte superior del cofre compartido sobre sus cajones. El aire acondicionado estaba encendido y soplaba en las cortinas abiertas, el suave murmullo del aire fresco filtrándose por encima de cualquier piel desnuda no cubierta por el pesado edredón.

Harry aspiró por la nariz y acurrucó su trasero hacia atrás. Algo caliente y firme presionó contra su espalda. Se despertó lo suficiente como para darse cuenta de que los brazos envueltos alrededor de él no eran los suyos. Él tenía sus propias manos ligeramente curvadas en el edredón frente a su pecho, las palmas de las manos de Louis en la parte superior de su estómago.

Sus ojos se movieron bajo sus párpados, pero mantuvo los ojos cerrados, sus labios haciendo pucheros hacia adelante. Movió su cabeza en la almohada, la nariz del ojiazul cepillando contra la curva de su cuello y desplazándose sobre él. Él tarareó y recibió un zumbido somnoliento de Louis como respuesta, la boca del rizado curvada hacia los extremos.

Harry comenzó a volverse a dormir lentamente, el aire acondicionado un perfecto y fresco contraste con los rayos de luz del sol calentando su hombro desnudo. Louis hizo otro murmullo somnoliento, el sonido cada vez más fuerte y más alto mientras sus pies desnudos comenzaron a moverse de un lado a otro.

"Maldita sea. ¿De nuevo?"

Louis fue a moverse, pero la mano de Harry salió disparada, agarrando su antebrazo. Louis humedeció sus labios y con voz ronca dijo, "¿Qué?"

"Quédate. ¿Por favor?" Harry frotó sus pies juntos y cruzó sus tobillos, abrazando su cara contra la almohada. "Me siento cómodo así."

Louis suspiró.

"Supongo."

Louis se estableció en su lugar, la mitad de su línea de visión bloqueada por el cabello suave y salvaje de Harry. Parpadeó un par de veces, sus ojos empezando a enfocarse en su habitación iluminada por el sol. Vio sus creaciones de cerámica sentadas en el alféizar de la ventana. La creación de Harry era una vela votiva perfectamente simétrica pintada de púrpura con franjas uniformes y lisas. Su propia creación era una mancha verde grumosa con un agujero cavado en él, un último esfuerzo por hacer que su trozo de arcilla se viera algo así como la votiva de Harry. El rizado declaró que era el recipiente perfecto para sostener las llaves y no hizo mención alguna de su horrible aspecto.

Louis sonrió para sí, presionando su cara contra la piel de vainilla dulce de Harry.

"¿Estás listo para las Ziall-limpiadas?" susurró Louis, el rizado zumbando profundo en su garganta y moviéndose hacia atrás contra él.

"Tan listo como jamás lo he estado." Acarició la huesuda parte posterior de la mano de Louis, trazando círculos alrededor de sus nudillos, su tacto ligero y suave. "¿Lo estás tú?"

"Cada vez que había una actividad de grupo que requiriera compañeros, por lo general era pareja con una de mis tías, que son todas certificadas de la tercera edad." Harry comenzó a reír, la sonrisa de Louis ampliándose. "No nos importaba ganar. Sólo queríamos hacerlo por diversión. No me importa ganar hoy, tampoco. Sólo quiero que tú- quiero decir, nosotros. Sólo quiero que nos divirtamos haciéndolo."

Harry asintió, tirando del brazo de Louis hasta su pecho. Apoyó la mano de Louis en el hueco de su cuello, acurrucándose contra su brazo.

"Nos divertiremos. Vamos a dormir. Los Ziall-límpicos necesitan descansar." 

Escapade - (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora