[6]

2.2K 288 10
                                    

Descubrir que es la felicidad 

Corría lo más rápido que sus pies le permitían, emocionado era poco para describir como se encontraba, solo sabía seguir desesperadamente aquella rojiza estrella, la sonrisa en su rostro indicaba lo eufórico que se encontraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Corría lo más rápido que sus pies le permitían, emocionado era poco para describir como se encontraba, solo sabía seguir desesperadamente aquella rojiza estrella, la sonrisa en su rostro indicaba lo eufórico que se encontraba.

Había estado esperando casi una semana para poder ir a ese lugar, y todo por aquel ridículo calendario de vistas que sus amigos habían organizado, todo sería más fácil si le dejaran ir junto a Izuku todos los días, como desearía estar a su lado a cada momento solo para contemplarlo y llenar su corazón.

Ahora que estaba ahí, en la entrada de aquel hermoso lugar, sin respiración y cubierto de una delgada capa de sudo, contemplando a aquel pequeño sol durmiendo plácidamente en el césped podría asegurar que era realmente feliz. En posición fetal, con sus manos por debajo de su esponjoso cabello, su rostro estaba impregnado de una total calma con un sonrisita dibujada en aquellos delgados y rosados labios, respiraba tranquilamente y el viento movía ligeramente las fibras de su cuerpo. Era la imagen de la perfección.

No quería despertarle, se veía tan relajado, y parecía tener sueño tan dulce que le era imposible siquiera pensar en perturbarlo; así que solo se recostó a su lado y se dedico a observarle, a delinear en su mente cada peca que adornaba su rostro, a contar uno a uno sus verdosos cabellos, y perderse en sus largas pestañas, quería conocer cada rincón de él hasta que fuera la única imagen que se reprodujera en su mente.

¿Por qué era que le gustaba tanto? Tal vez era aquella apariencia delicada, siempre amo las cosas frágiles porque disfrutaba de cuidarlas con esmero, pero había algo más en él, tal vez era el aura infantil que desprendía, como si estuviera dispuesto a devorarse al mundo, como si lo suyo fuera correr y tropezarse en cada campo existente. Tal vez era un poco tonto encapricharse tanto con una persona que solo ha visto dos veces en su vida, pero había algo en él que le hacía quedarse a su lado todo lo que su terrenal vida le permitiera.

Y entre más pensaba más deseaba permanecer junto a aquel mágico ser de millones de años, ¿se lo permitiría? ¿realmente tendría permitido ser quien acompañe a esa hermosa criatura? Quizá estaba llevando su fantasía muy lejos, por ahora le bastaba con estar recostado a su lado.

Pero, ¿podría ser un poco atrevido? Solo quería sentir la suavidad de su piel, fundirse en la calidad de su cuerpo por unos pequeños segundos, solo un poco, un poco de avaricia de su parte no estaba mal ¿cierto? Elevó con lentitud su mano y como si de una pluma cayendo al suelo se tratara poso su palma en la mejilla del peliverde, incluso se tomó el atrevimiento de acariciar aquella regordeta mejilla. Y era tan suave como lo imagino.

-Eres el chico tiburón- el tono adormilado del pecoso lo trajo a la realidad- tardaste mucho en venir- no despego su mano de su cálida mejilla, ni siquiera cuando el más pequeño froto sus ojos con sus manos ¿podría permanecer con aquella imagen toda su vida? Puede que los dioses le hayan bendecido

En el corazón de bosque [Dekubowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora