[7]

1.8K 254 74
                                    

Se adentró en el bosque cuando el sol ya estaba por ocultarse en el horizonte, y el brillo del día era reemplazado por los tonos naranjas del atardecer

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Se adentró en el bosque cuando el sol ya estaba por ocultarse en el horizonte, y el brillo del día era reemplazado por los tonos naranjas del atardecer.

Lo había pensado demasiado, se había negado a ir a aquel bosque después de haber desperdiciado la oportunidad de ser la persona más rica y poderosa en aquel lugar; se reusaba a ver al causante de tan fatídica decisión, toda su vida se había repetido que jamás debía cambiar algo tan pasajero como el amor por el placer que traía el dinero, y lo primero que hizo fue dejarse llevar por aquel seductor ángel. No debió de estar en sus cinco sentidos aquella vez.

Y tampoco lo estaba en ese momento, pues no sabía cómo se había visto arrastrado hasta aquel lugar otra vez, ¿qué era lo que buscaba realmente? Si bien sabía que lo único que ahí encontraría sería a aquel estúpido peliverde, ¿por qué había vuelto?

Fue la melodiosa voz, que tarareaba con las más simples notas una canción que nunca había escuchado, lo que le dió un motivo para estar ahí. Tal vez aquella noche no se había equivocado, quizá contemplar a aquel hermoso ser recostado en la copa de un árbol, tarareando un canción, con los ojos cerrados dejando camino a sus largas pestañas, con el movimiento de sus rosados labios y la acompasada respiración que movía delicadamente su nariz cubierta de pecas, como sus mejillas, era algo más placentero que el dinero.

Tuvo el impulso de correr hasta aquel árbol, escalarlo y llegar al lado de el pecoso, pero al mismo tiempo tuvo la sensación de que si daba un solo paso más aquella hermosa imagen se esfumaría, como si solo fuera una ilusión. ¿Debería acercarse?

Claro que debía acercarse, no por nada cambio una vida de riquezas por aquel precioso peliverde, lo mínimo que podía obtener a cambio sería la sensación de su calidez, lo mínimo

Así que dio el paso decisivo, y camino hasta la sombra de aquel árbol, contemplando más de cerca la belleza de aquel mítico ser, tal vez él fuera la definición de perfección. Joder, estaba comenzando a sonar como un estúpido enamorado, justo como sus padres.

-¡Oye! ¿No se supone que tú eres el guardian de este lugar? Porque a mí parecer eres un guardian bastante cuestionable si no eres ni capaz de percatarte cuando alguien llega al bosque- quizá debió haber pensado mejor sus palabras, ¿cómo era que las personas entablaban una conversación normal?

-¡Eres el rubio enojado! ¡Creí que nunca vendrías, que alegría que te decidieras a visitarme!- la efusividad en su voz distaba mucho de la tranquilidad en la que estaba envuelto hace tan solo un momento- No es que sea un mal guardian, es solo que ahora eres un amigo del bosque y también mío, las puertas están abiertas para tí- nunca en su vida se había sentido bien con palabras, pues las palabras no compraban nada, pero tal vez si las palabras provenían de aquel peliverde pudieran vales una fortuna

-¡No soy ningún rubio enojado, soy Katsuki! ¡Kat-su-ki! ¡Y sabes que ya estoy aqui ¿por qué no bajas a recibir a tus visitas apropiadamente?!- él solo quería decir lo encantado que estaba con la simple presencia del pequeño, hablar tendido sobre cómo cada rasgo de él atrapaba su mirada, y sin embargo, las palabras se habían atorado en su garganta.

En el corazón de bosque [Dekubowl]Where stories live. Discover now