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Habían días en los que Bang Chan despertaba simplemente sin ganas de nada, sin motivaciones suficientes como para abrir los ojos, levantarse e ir a la escuela

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Habían días en los que Bang Chan despertaba simplemente sin ganas de nada, sin motivaciones suficientes como para abrir los ojos, levantarse e ir a la escuela. Y es que, este suele ser un modo de vivir y pensar común entre los jóvenes, más en los de su edad, pues un chico en antepenúltimo año, lo único que quiere es acabar con ese infierno llamado escuela secundaria.

El australiano es bien conocido por su responsabilidad y puntualidad, pero hoy era justamente uno de esos lunes donde el ruido incesante de la alarma parecía ser completamente ignorado dentro de los profundos sueños en los que se encontraba su dueño.

Sus padres y hermanos sabían exactamente a que hora el ruido de la ducha debía llegar a sus oídos, por lo que un par de minutos tarde, eran suficiente alerta como para que su madre gritara un claro.

— ¡Christopher Bang despierta!

Alarmado por su sorpresiva mención, acabó sentado en su cama, perdido en un punto fijo, unos segundos antes de mirar la hora en su celular y pararse rápidamente a tropezones para entrar al cuarto de baño.

Luego de una ducha fugaz y con su uniforme ligeramente mal puesto y desordenado, se encontraba corriendo a la cocina para tomar la manzana que solía llevar en esos casos para no quedarse sin comida.

Antes de cruzar la puerta principal, alcanzó a oír la voz de su madre nuevamente gritándole que tuviera cuidado y que le quería, como rutinariamente sucedía.

Sabía que no eran muchos minutos los que se había retrasado pero esos pocos minutos significaban la pérdida del autobús que llegaba a tiempo a su escuela, y entre esperar el siguiente y correr, la segunda opción era más viable.

Ahondando más en su vida estudiantil, Bang Christopher Chan era el famosísimo presidente de su clase, y llevaba siendo así desde primer año. Era un papel que implicaba bastante esfuerzo, pero sinceramente le gustaba, por más demandante que se volviera en temporadas.

La mayoría en su escuela le considera un líder nato, un chico capaz de velar por el bien de todo un grupo de adolescentes con opiniones diferentes, que en cualquier otro caso causarían problemas, pero con él frente a ellos siempre habría un punto beneficioso para todos.

Se podría decir que gracias a él, su salón no era mucho problema para los superiores.

El puesto en la directiva le había llevado a conocer a todo el centro estudiantil, donde la mayoría de sus amigos se encontraban.

La primera era Jimin, mejor conocida como Jamie, la presidenta de la clase A, con quien compartían año de nacimiento, además del ingles fluido que acostumbraban a hablar siempre que conversaban.

❝ Dear boy of the stars ¡! ChanlixWhere stories live. Discover now