❝ Dear boy of the stars ¡! Chanlix

❝ 5 ¡!

Desde la perspectiva de Lee Felix, su día había sido completamente normal. La acostumbrada rutina a la que se veía sometido, consistía en su mejor amigo bromeando en compañía de su novio, Minho, y él junto a Seungmin compartiendo como siempre.

Podía asegurar que lo único que desafiaba ese patrón, era la puntual presencia del pequeño Jeongin, quien por momentos se convertía en objeto de jugarretas ante todos, excepto él, quien solo se encargaba de mimarlo un poco.

Iba camino a su última clase, y usualmente con dicho suceso sentiría una felicidad extrema o un alivio al saber que se libraría de la escuela por el día de hoy, pero algo extraño estaba impidiéndole pensar así.

Existen días, horas o minutos, donde las cosas más simples que siempre nos causan la efímera y alabada felicidad, se vuelven vanas, dejándonos a nuestra merced. Muchas veces sin explicación alguna, y a pesar de no salir de la rutina con malos momentos, tenemos el derecho de sentirnos... mal.

Un día tan tranquilo, como al que se había enfrentado, para algunos puede significar una dicha, no hay problemas, no hay preocupaciones. Pero para otros es la puerta abierta a la lucha contra fuerzas internas que casi siempre nos destruyen.

No hay mayor juez que nosotros mismos, así como no hay destructor más fuerte que nuestros propios pensamientos.

Felix era el vivo testigo de ello, así como podía asegurar que la mayoría lo era.

Con toda esa falta de ánimo, y cierto miedo a pensar demás, se adentro en su salón detrás de sus amigos. Era inevitable la sensación de soledad en compañía, y ciertamente le causaba culpabilidad sentirse así, aun más cuando sus amigos no habían cometido ninguna atrocidad en su contra y ni estaban cerca de ello.

Tomó asiento en su respectivo lugar y espero a que la simple y ordinaria clase de historia comenzara.

Estaba concentrado en jugar con un lápiz, cuando un suave color amarillo en la punta de la mesa llamó su atención.

Frunciendo levemente el ceño en gesto de duda y sorpresa, se estiró para alcanzar el pequeño sobre, que había captado toda su curiosidad.

¿Qué era eso? ¿De qué se podía tratar? ¿Sería una invitación a un cumpleaños? ¿O siquiera una broma?

Las respuestas a todo lo que su cabecita cuestionaba, se encontraban tras el lindo papel de color, pero un miedo azotó su cabeza antes de abrirlo. Sabía que podía tratarse de una confusión de banco, por lo que le dio la vuelta para intentar encontrar algún nombre escrito, siendo el único indicio del receptor una pequeña grabación de un sol en él.

Hace un par de años, su corazón fue entregado a la persona incorrecta en forma de una carta y roto de la misma manera que el papel que adentro se hallaba, pero ¿No podía tratarse de eso? ¿O si?

Con cierto recelo, abrió poco a poco el sobre, intentando no dañarlo, pues podía tratarse de una equivocación y si era para otra persona, quería entregarlo en buenas condiciones.

Sus ojos curiosos viajaron entre las líneas escritas con una hermosa caligrafía, mientras las palabras allí reflejadas entraban poco a poco en su mente y movían su corazón.

Querido chico de las estrellas:

Se que ha de parecerte extraño que de un día para otro, este sobre llegué a tus manos, pero no podía seguir ocultando mi admiración hacía ti, Lee Felix.

Con esa sonrisa tan brillante, con tu amable personalidad, con la belleza de tus ojos, y el cálido tono de tu voz, mi corazón cayó rendido a tus pies. Eres como el cielo del que mis ojos no
pueden apartarse, el universo que quiero apreciar día a día.

Cada vez que te cruzas ante mi, siento como si el tiempo se detuviera, como si el mundo por un par de minutos se congelará, permitiendo únicamente el movimiento de tu anatomía y el
latido de mi corazón.

Jamás había experimentado el sentimiento tan grande y puro de admiración que tengo por ti, y no puedo negar que me encanta.

Hay algo en ti, que simplemente me vuelve loco, que causa una tormenta en mi interior al mismo tiempo que pareces ser una luz y una calma en este infierno.

No sé que resultara de esto, no entiendo el miedo que azota mi cuerpo cada vez que intento dirigirte la palabra, jamás he sido en extremo tímido, pero me robas el aliento y termino por pensar y decir boberías en tu presencia.

Espero que no pienses que esto es una broma, ya que eres el ser más hermoso que he tenido la oportunidad de conocer, pero mi valentía se desvanece cada vez que directamente te diriges a mi por mi nombre.

No me siento capaz de expresarte mis sentimientos a la cara, no aún y menos sin saber exactamente qué causas en mi al punto de transformarme por completo, pero te prometo, Felix, mi chico de las estrellas en el rostro, que mientras me preparo para dirigirme a ti, recibirás una carta cada día, expresando lo bello que eres ante mis ojos.

Una carta llena de ilusiones y cariño inexplicable. Solo para ti, solo para el chico que se apoderó de mi mente.

atte.
C.

Espero les haya gustado, si encuentran algún error ortográfico, por favor, señálenme donde, ya que estaré corrigiendo todo prolijamente de esta forma.

como siempre

gracias por leer ¡!

﹫ttchrry.