"Las mentiras más crueles son dichas en silencio"- Jhon Holbein.
Connor Holbein. Un joven cruce entre razas de dragón y lobo, va de vacaciones a su Ciudad natal de la cual se crió y creció. Es un chico divertido, con un trabajo estable y soltero. Au...
—Oh, me encantaría, ya sabes, tu y yo solos...Pero mañana comienzo a trabajar en la Pizzería.
—Entiendo, ¿De mañana o de tarde?
—De tarde a noche.—Skye se rasco la nuca mientras se levantaba junto a Connor.
—¿Estas nerviosa?
—No realmente, es mi primer trabajo, y como ya te dije me gustaría tener experiencia, amados trabajar en un restaurante Francés por la zona. ¿Cada uno tiene sus metas cierto?
—Si...tienes razón, las metas...
Skye arqueó una ceja por su repentino comportamiento y le dio una sonrisa, abrazándole.
Skye le dio una pequeña nalgada a Connor y se dio la vuelta, sentándose en la cama.
—Ya nos hablaremos querido.—Le dijo Skye al híbrido.
El miró hacia abajo y salió de su habitación, dirigiéndose hacia la salida.
Había más o menos dejado de llover, pero llovía suavemente, pequeñas chispas.
Le fue realmente fácil encontrar un taxi y dirigirse al apartamento que compartía con Coby. El entró a la casa con la llave bajo la maceta que había puesto el recientemente. Entró y busco a Coby, el cual no estaba.
El se quitó la ropa y se metió en la pequeña y vieja ducha, ya comenzó a echar de menos los baños de la casa de Skye. El reposo su espalda en los azulejos del baño sintiendo su frío, pero gracias a la ducha caliente comenzaron a calentarse un poco. Reposo su cabeza y se puso a pensar.
...
—No, Connor, eso no es así.
Un pequeño Connor jugaba con las figuras, tratando de meter una figura en forma de estrella en un hueco circular.
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(Soy tan especial que a los 4 años aprendí a hacer eso, como comprender la diferencia entre izquierda y derecha a los 11 lol Brrr)
El lobo negro sonrió ayudando al pequeño Connor a colocar las figuras. Este abofeteó su mando, quejándose en voz baja en que lo haría el solo.
Finalmente lo hizo. Jhon no supo ni cómo pero metió una estrella en un triángulo.
Jhon se sentó en el sillón y observó en silencio su alrededor. La casa estaba sola, como siempre lo estaba. Connor tenía 3 años, y hacia ya 3 años que su madre no había aparecido más en sus vidas. Dependió mucho de una de sus más leales "Amigas". Una leoparda llamada Maby, la recepcionista de el viejo Club ya cerrado. Ella había tenido también un hijo con otro hombre (O eso es lo que se cree) tiempo atrás, similar al de Connor, y había estado amamantando al chico también. Jhon luego de tener a Connor, había salido de la vieja banda donde el estaba.
La puerta del edificio sonó aquella noche en la nueva ciudad de Fonstern. Jhon miró la hora, era ya tarde y le impresionó. "Quizás podría ser Maby" pensó.
El abrió la puerta con total confianza, para encontrarse con un Zorro y un conejo con trajes negros.
—Disculpe, buenas noches.—Dijo el Zorro.—Sentimos interrumpirle, pero, ¿Usted conoce a un tal; "Michael L'vern"?
Jhon se petrifico. Habían pillado a alguno y abría soplado. Siempre dudo del nuevo y estaba en su derecho de dudar.
—N-no me suena. Tengo muchos amigos llamados Mike, pero son por Internet y...
—¿Cuál es su nombre?
Jhon se quedó mudo y cerró la puerta en la cara del hombre de negro.
La puerta comenzó a ser golpeada fuertemente. Jhon corrió hacia donde su hijo estaba y lo agarró del torso. Tomo la cartera, abrió una extraña habitación cerrada con llave, y lanzó una cerilla.
La habitación se incendió en llamas, comenzando a expandirse hacia la habitación donde Jhon y Connor estaban.
Jhon corrió hacia la ventana, la abrió y llego hacia unas escaleras, subiéndolas y llegando a la cima del edificio.
Corrió hacia otro edificio cercano, y luego hacia otro en obras. Comenzó a bajar las escaleras, mientras escuchaba a Connor llorar. Llegó al sótano del edificio en obras, y ahí había un túnel de alcantarilla, uno que se habían topado los obreros días atrás. El de metió en este mientras de su bolsillo sacaba un chupete y se lo daba al niño, este callandose al instante.
No supo cuántas horas, incluso días había estado caminando simplemente había perdido la noción del tiempo. Quizás horas, no sentía hambre y su hijo tampoco se había despertado. Suspiraba suavemente y tranquilamente como si nada pasará, como si fueran tras el por los crímenes que este había cometido años atrás.
Llegó al final del túnel, el cual daba a la playa. cuando llegó a la arena recostó al chico en ella y el se tiro en ella para descansar un poco. Sus piernas temblaron y comenzó a sentirse un poco mareado. Desmayándose en la fría arena de la madrugada.