19 Niño ciego adivino (II)

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Xuan Min era muy alto y ese pequeño ladrón sólo llegaba hasta su cintura, era delgado como un mono y no tenía más de ocho o nueve años. Después de haber sido agarrado del collar de su ropa, se retorció mostrando los dientes y garras, pero no pudo alcanzar el cuerpo de Xuan Min y gritó con ansiedad. "Ayuda... un ladrón... ahhh... suéltame..."

El ladrón había gritado al abrir la puerta y cuando había sido atrapado gritó con más violencia, este niño era un desvergonzado y Xue Xian estaba asombrado.

Era una pena que el burro calvo era casi inhumano y, en sus ojos, no parecía haber diferencia entre hombres y mujeres, jóvenes y viejos, completamente diferente a como un monje ordinario debería ser. Xuan Min seguía sin inmutarse, cargó al pequeño ladrón con una mano y sacó con la otra mano un talismán de una de sus mangas, palmeó suavemente la cabeza del pequeño ladrón y dijo. "Silencio."

El pequeño ladrón. "..."

Los gritos vigorosos se detuvieron abruptamente y el pequeño ladrón quedó suprimido como un muerto, su rostro se sonrojó.

Xue Xian se cubrió la boca con sus patas mojadas, sintiéndose inexplicablemente empático, pero como sus patas estaban empapadas, se habían pegado a su boca. Si las jalaba con rudeza, corría el riesgo de rasgarse las manos o arrancarse la boca, cualquiera de las dos opciones podría ser muy grave.

Xuan Min simplemente volteó a mirarlo y vio que esa criatura malvada se quedaba inmóvil manteniendo esa postura boba.

Xue Xian cerró los ojos ausente. "..." 'La presencia de mis ancestros ha quedado arruinada, alguien présteme una cuerda, nadie sabe qué tan avergonzado estoy, voy a colgar a este burro calvo hasta la muerte.'

Xuan Min bajó la mirada hacía el pequeño ladrón y le dijo con indiferencia. "Extiende la mano."

El pequeño talismán en la frente del pequeño ladrón tembló un poco y el niño extendió la mano como si fuera un títere colgando de unos hilos, su mirada era desoladora.

Cuando Xuan Min agarró la pepita de oro de su mano, el pequeño ladrón no sabía si estaba avergonzado o enojado. Estaba sonrojado desde la punta de la cabeza hasta el cuello, incluso las cuencas de sus ojos estaban enrojecidas. Sin embargo, su expresión era bastante testaruda y lucía como si estuviera pensando. 'Si tienes un poco de bondad, me matarás.' Lucía realmente contrariado.

Cuando consiguió lo que quería, Xuan Min dejó de sostenerlo, levantó la mano y le quitó el talismán de papel que tenía pegado en la frente, lo dobló de nuevo y lo guardó concienzudamente.

Xue Xian miraba ausentemente la pepita de oro en la mano de Xuan Min, esperando que el burro calvo se la diera.

No esperaba que el burro calvo lo ayudara de esta manera, inmediatamente reveló su pequeña y lastimera conciencia escondida de bajo de su vientre, y dijo en su corazón. 'De acuerdo, una vez que recupere la pepita de oro, trataré de comportarme mejor de ahora en adelante y debo darle al burro calvo un poco de dignidad, si no me comporto, le daré otra escama de dragón, de todos modos tengo unas cuantas más.'

Sin embargo, Xuan Min apretó la pepita de oro, la examinó con cuidado y sus cejas se fruncieron de pronto.

En ese momento, su expresión denotaba una extrañeza indescriptible, parecía estar entre pensativo y confundido.

Después de observar la pepita por un momento, la frotó con su pulgar de nuevo, frunció las cejas y la acercó para olfatearla.

Xue Xian. "..............."

Xue Xian volteó los ojos sintiéndose un poco incómodo inexplicablemente.

Era debido a que aún no había recuperado su condición física y aún no había establecido una conexión física y espiritual con la pepita de oro, de otra manera... el que estuviera frotándolo y oliéndolo, Xue Xian probablemente no habría podido contenerse y lo pisaría justo en la cara con su pata.

-Monedas de Cobre- Libro 2 Sin NombreWhere stories live. Discover now