26 Hueso en el fondo del río (III)

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Esa cosa regordeta vomitó un charco de agua clara, sin decir una sola palabra y ese líquido estaba a punto de llegar hasta las suelas de Xuan Min. Se quedó mirando la pepita, con una expresión fría y ausente, pero con un sentimiento escondido que no era posible describir. "¿Quieres vomitar el lago de regreso?"

Xue Xian lo ignoró, aun escupiendo agua, con una actitud completamente desagradable.

"¿Entonces ahora te vas a remojar en agua vomitada?" Xuan Min abrió la boca y habló sin enojo ni indiferencia.

Xue Xian. "..."

La pepita de oro se detuvo inmediatamente.

Después de un rato, Xue Xian habló con voz queda. "Puedes ser realmente desagradable..."

"No tengo ese talento, gracias." Xian Min desvió la mirada suavemente, levantó el pie y caminó hacía la estatua más cercana.

Xue Xian dudó por un momento y luego rodó hacía él, siguiendo sus pasos. "Primero recógeme, estoy muy mareado."

Xian Min miró las marcas brillantes de humedad en la superficie de la pepita. "Cuando se haya secado el agua de tu cuerpo."

"..." Xue Xian se quedó pasmado en el mismo lugar por un momento y le contestó con enojo. "Me desagradas demasiado, perseguirte por mi propia cuenta me da ganas de vomitar, ¡¿me crees o no?!"

"Te creo." Xuan Min se detuvo, miró hacia abajo con una expresión más bien intolerante y lo levantó a fin de cuentas. Lo aventó inmediatamente dentro de la bolsa de cintura, como si quisiera tocarlo lo menos posible.

"¿Tienes el descaro de sentir desagrado por mí?" La voz de Xue Xian se escuchó amortiguada por la bolsa. "Tú también estas remojándote en esa agua, ¿no estas empapado?"

Xuan Min se detuvo por un momento, hizo un corte en la punta de uno de sus dedos sin decir una sola palabra, presionó hasta que un hilo de sangre brotó de la herida y dibujó un signo aparentemente sencillo en la palma de su mano. En un instante, toda el agua que lo rodeaba se secó sin dejar una sola gota. El delgado lino de sus ropas de monje se había secado inmediatamente, lucía tan ligero como las nubes y la nieve, e incluso los restos de agua en el cuerpo de Xue Xian habían desaparecido.

Una vez que había logrado su cometido, Xue Xian se sentía bastante satisfecho con el resultado.

Lo que lo hacía sentir incluso más satisfecho era que sentía que el estar cerca de la cintura de Xuan Min, parecía que le ayudaba a hacer la digestión. Claramente podía sentir que la cosa que se había tragado del lodo negro se estaba combinando poco a poco con la pepita de oro.

El tiempo que había permanecido inconsciente, había devorado sin darse cuenta, algo que estaba enterrado en el suelo negro debajo del fondo de piedra del lago. Sólo en este momento, podía sentirlo un poco mientras se disolvía en el interior de la pepita... Lo que había estado enterrado en ese lodo, tenía que ser una parte de su cuerpo, sangre, esqueleto o tendón.

No era mucho y no estaba completo, pero conforme se iba fundiendo lentamente con la pepita de oro, sentía una sensación inexplicable de satisfacción, a tal grado que de repente sintió que su espina que había estado desconectada por más de medio año, finalmente comenzaba a sentir un poco de tacto y temperatura.

Tanto si era porque su mente o su energía se estaban recuperando, como si fuera que sus huesos y carne eran los que se recuperaban, al menos era un punto de partida. Igual que al pintar las flores y los árboles, siempre se debe empezar con una semilla.

Xue Xian había pasado más de medio año refinando su Qi y transformando su cuerpo, y solamente había podido establecer una delgada conexión con su espina, con lo que había logrado recuperar la movilidad de la mitad superior de su cuerpo. Pero el enojo era diferente al hueso y el vacío no era real después de todo. Esta vez, realmente sentía que había plantado la semilla.

-Monedas de Cobre- Libro 2 Sin NombreWhere stories live. Discover now