31 Piedra labrada (III)

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Con un movimiento del dedo de Xuan Min, las ropas de monje se secaron inmediatamente, al igual que el cuerpo de Jiang Shining. Luego caminó rápidamente para alcanzar a Niànqī e ir hacía la orilla del río, donde estaban reunidos los botes.

Xue Xian estaba enrollado alrededor de su muñeca y su delgada cola caía descuidadamente, sobresaliendo un poco de la manga, mientras se balanceaba. Se estiró debajo del dobladillo de la manga y finalmente asomó su cabeza de dragón, la inclinó para mirar a Niànqī.

Aunque este niño era extraordinariamente delgado antes, pero más enérgico que Shíjiŭ, era probablemente porque se la pasaba corriendo y su temperamento era un poco testarudo. Siempre había aparentado tener buenos músculos y huesos, como si fuera un osezno temperamental.

Pero ahora, cada paso que daba, parecía que le costaba mucho trabajo. Sus pasos eran ligeros y temblorosos, como si en cuanto tocaba el suelo, no podía evitar retirar el pie, como si se sintiera incomodo de utilizar demasiada fuerza. Lucía bastante agotado... como si estuviera sufriendo un gran dolor.

Después de dar sólo diez pasos, su rostro estaba tan pálido como un papel y las gotas de agua del río que descansaban en su frente se habían secado completamente, pero habían sido reemplazadas por una capa de sudor frío.

"¿Acabas de decir que tu cuerpo se siente extraño? ¿Qué está pasando?" Xue Xian lo miró con una expresión terrible, suponiendo que esto no sólo era causado por el duelo, por lo que no pudo evitar preguntarle.

Los labios de Niànqī ya estaban tan blancos que parecía que había perdido toda su sangre, lucían como si tuviera una enfermedad severa y no pudiera calmar una fiebre alta. Entre más palidecía su rostro, más parecía que sus ojos se estaban obscureciendo, tanto que parecía que no reflejaban ninguna luz y no lucía como una persona viva. Sus pestañas temblaban, sacó la legua y se lamió los labios que había comenzado a cuartearse, sacudió la cabeza y dijo. "No es nada, no lo entiendo del todo, es sólo... es sólo que me duelen los huesos y, cuando mis pies golpean con el suelo, el dolor sube desde los dedos de mis pies hasta la punta de mi cabeza, por eso no me atrevo a usar mucha fuerza."

Respondió con una voz baja y, sin esperar a que Xue Xian le respondiera de nuevo, susurró otra vez. "Es tolerable... no es más incómodo que la muerte."

Jiang Shining lo miró con premura y dijo. "Tampoco es absoluta."

Lù Niànqī recordó algo de pronto y volteó la cabeza para mirar a Jiang Shining. Aunque en realidad era un poco mayor a lo que aparentaba, a los ojos de Jiang Shining, aún seguía siendo un pequeño niño y le había hablado con un poco de descuido. Le preguntó a Jiang Shining abruptamente. "¿No eres una persona viva?"

En ese momento, incluso Xue Xian que estaba encogido debajo de la manga, sintió que los ojos de Lù Niànqī se habían iluminado inmediatamente, como si se hubiera aferrado a una cuerda salvavidas.

Las personas con un temperamento como el de Jiang Shining, difícilmente podrían responder como Xue Xian y no estaba familiarizado con los niños. Se quedó aturdido, asintió y dijo. "Bueno, llevo muerto tres años, pero mi deseo aún no ha sido cumplido, por lo que estoy temporalmente viviendo en un pedazo de papel."

Cuando Lù Niànqī escuchó eso, sintió que el piso debajo de sus pies se tambaleaba. Las suelas de sus pies pisaron en el suelo con la fuerza equivocada y soltó un llanto doloroso, otra capa de sudor frío brotó de su frente. Sin embargo, no le importó en lo absoluto, se quedó mirando a Jiang Shining y dijo. "¿De verdad? De esta manera, incluso si él murió, ¿puede ser que no necesariamente ha desaparecido sin rastro?"

Jiang Shining miró a Xuan Min, luego a Lù Niànqī de nuevo y dijo vagamente. "El alma se queda por un tiempo, si es una situación especial, está bien que se quede por un corto tiempo, ¿no es así maestro?"

-Monedas de Cobre- Libro 2 Sin NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora