1

83 3 0
                                    


—Steven, chicas...—Perla dudaba. — ¿Están seguros de esto?

Rubí tomaba la mano de Zafiro, Steven se mantenía junto a León, que miraba la escena sin mucho interés, el cuarto de fundición se sentía particularmente caluroso ese día.

Era Jaspe, el monstruo, el cuarzo final, el arma favorita del planeta madre, encapsulada, convertida en una bestia sin cerebro.

—Debe empezar por alguien—Confeso Steven acercándose a Perla y tomando su mano. —Quiero que sea ella.

— ¿Lapis y Amatista están al tanto de esto?

Rubí miro a Zafiro.

—Lo sabrán a su debido momento.

Lo sabía, no los haría cambiar de opinión, y no podía confiar en que estaban en lo cierto, no era Peridot, no era Lapis, no era una gema débil que necesita comprender sus fortalezas.

Era Jaspe.

Perla suspiro, y junto a Steven, rompieron la burbuja, la gema golpeo el suelo con un tintineo, al principio, nada ocurrió, y luego, una serie de hebras de luz comenzaron a emerger, tomando al principio la forma de una mujer alta y fornida, y luego la figura comenzó a deformarse, adquiriendo un tamaño similar al de León.

Una garra emergió de la luz y Steven protegió a Perla con su escudo.

— ¡Ahora, Zafiro! —Grito.

No hacía falta repetirlo, Jaspe, corrupta y enfurecida, se arrojó contra ambos, Steven no pudo sostener más tiempo su escudo y fue arrojado por los aires. Zafiro planto sus manos en el suelo y al contacto, este se cubrió de escamas de hielo, que corrieron en dirección a Jaspe subiendo por sus piernas.

Steven aterrizo en la espalda de Jaspe, sujetándose de su cuello y distrayéndola para evitar que continuara moviéndose.

— ¡Rubí, quita a Steven del camino!

Rubí corrió tras la bestia y salto, evadió un zarpazo y tomo el brazo de Steven a la vez que invocaba su manopla. Huyeron de Jaspe, sin sus ojos para orientarse, olfateo el aire a su alrededor unos segundos, Perla se había puesto a cubierto, protegiendo a Zafiro, León lamia el rostro de Steven y Rubí admiraba la escena boquiabierta. Jaspe había sido congelada, a solo centímetros de que su garra atravesara el pecho de Steven.

—No ha...salido tan mal ¿Cierto?—Pregunto Steven incorporándose cojeando.

—Ha sido mucho peor de lo que esperaba. —Comento Zafiro.

— ¿Estaba esto en tu visión futura?—Le pregunto Perla.

—No—Confeso Zafiro con un nerviosismo muy presente en su expresión. —En mi visión, corrías a defender a Steven y Jaspe te arrancaba un brazo: todos muertos.

La pequeña gema azul se froto las manos.

—¡Pero ha salido genuinamente bien! Ha sido un buen trabajo, todos deberíamos estar orgullosos—Se alejó de Perla, tarareando como si nada, hasta llegar a Steven. — ¿Estás listo para tu parte?

Steven miro nervioso a su amiga y asintió. Aproximándose a hacer frente a Jaspe. Rubí y Zafiro se tomaron de las manos.

—Hey, amiguito...—Garnet alzo a Steven del suelo.

Steven lamio su mano, pero antes de actuar, admiro con tristeza aquella gema corrompida ¿Estaba haciendo lo correcto? Garnet había dicho que un buen líder pensaba en sus aliados antes que en sí mismo ¿Por quién estaba haciendo eso? ¿Por sí mismo? ¿Por las chicas?

—Hola otra vez, Jaspe...si me escuchas, significa que sabes que esta es la quinta vez que intentamos esto—Deposito su mano sobre la frente de Jaspe, nunca lo había expresado, intentaba hacer pensar a las chicas que creía fielmente y que su fe no había flaqueado. Pero realmente se sorprendió cuando el cuerpo de Jaspe comenzó a brillar. —En nombre de las Crystal Gems, todos tus crímenes contra la tierra han sido perdonados.

Peridot retrocedió asustada al ver como la enorme bestia cornuda que había sido alguna vez su obstinada y gruñona compañera de viaje caía de rodillas al suelo, y al intentar ayudarla a incorporarse, apartaba de un empujón a Garnet y retrocedía como un gran gato asustado, oprimiéndose contra el muro y jadeando, con una expresión de dolor en el rostro, observando sus manos convertidas ahora en garras, mientras estas se hacían más pequeñas hasta recuperar vagamente su aspecto original.

Había conseguido colarse a tiempo, se apoyó un poco más contra la entrada del cuarto de fundición, intentando inútilmente que su cabello no sobresaliera y sujetándoselo con las manos para evitarlo. Cuando Steven empezó a mover los labios, se oprimió todavía más contra el muro, intentando escuchar...

Su grito apagado sonó como una bombilla al fundirse cuando una mano de dedos finos le cubrió la boca y la otra la tomaba de los hombros, oprimiéndola contra una cintura de caderas finas. Cuando Perla rio a sus espaldas y acerco su rostro al suyo, se debatió en el aire y cayó al suelo.

La gema le sonreía con picardía y un rubor leve en sus mejillas, ahora de color celeste.

— ¡Estas mal de la cabeza! ¿Sabías?—Chillo lo más bajo que pudo, intentando controlarse.

Aunque no podía esperase demasiada profesionalidad de una perla, aquellos encuentros "fugaces" eran una muestra de lo que Peridot alguna vez había considerado una profunda insubordinación, aunque ahora, siendo una integrante más del equipo, empezaba sospechar que el lado oscuro de Perla iba mucho más allá de no saber realmente la diferencia entre el sistema métrico de las gemas y el sistema de los humanos. La primera vez había sido un accidente, origen de una de sus muchas discusiones, en realidad, cada vez que peleaban en cualquier tema terminaba del mismo modo, y quizás Peridot había deseado que Perla se comportara de ese modo travieso con ella desde un principio, aunque solo la gema, que había coexistido con rebeldes, la había ayudado a hacerlos aflorar.

La última vez habían mantenido una sesión de besos en el granero, tan aterradas como conmovidas por la necesidad prohibida, mientras Steven y Lapis veían una película. Perla la había animado a darle unos consejos sobre reparar un motor para Greg, la discusión había terminado con Peridot medio encogida contra la mesa de herramientas y los labios de Perla acariciando los suyos.

—Oye—Perla la ayudo a levantarse, los juegos habían terminado y lucia mucho más maniática y seria de lo usual. —Es importante para Steven que nadie sepa de esto hasta que Jaspe se calme un poco. Lo entiendes ¿Verdad?

Por la expresión en el rostro de Perla supo que su última declaración venia realmente a ser: "Debes entenderlo ¿De acuerdo?". Y que de algún modo, ella tenía razón, especialmente Lapis no debía enterarse.

— ¿Guardar un secreto? Ahora soy más Crystal Gem de lo que fui en el pasado, no te preocupes por eso...

Y se retiró en dirección al portal, mientras Perla conseguía interpretar el sentido de sus palabras y regresaba cabizbaja devuelta con Steven, Garnet, y Jaspe.

La táctica barataWhere stories live. Discover now