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"Me cago en...". —Pensó Steven cuando aquella pinza le atrapo el brazo, pinchando y rasgando la tela de su camisa como dos bisturís afilados.

Giro su brazo con fuerza y la hormiga se elevó por los aires, aterrizando de espaldas al otro lado de la calle, a solo unos palmos de un auto aparcado junto a la pizzería, que empezó a arrojar un desagradable estruendo cuando activo la alarma anti robos. Estaba retrocediendo para buscar a Connie cuando escucho un chillido sobre su cabeza.

Otras dos hormigas cayeron encima de él antes de que pudiera invocar su escudo.

—No pasa nada...—Murmuro la chica alzando su mano.—Esta bien.

Quizás no podía mirarla, pero al presentir la cercanía la criatura se apartó, su gema, un dado de cristal traslucido con algo similar a un disco dorado en su centro, se ilumino. La gema alzo una de sus manos, que era casi del tamaño de la chica, y la aproximo a la suya. Por un momento pareció realmente vulnerable, confundida, llena de miedo. Un molesto estruendo, como el de la alarma anti robos de un auto, sobresalto a la gema, que le llevo las manos a la cabeza, chillando de dolor al ser incapaz de apartar el sonido. Volvió a gruñir, enseñando los dientes, mientras se inclinaba de forma amenazadora hacia ella, como un perro herido y confundido por el dolor.

Sus piernas temblaban mientras la criatura se aproximaba hacia ella, en lugar de arrastrarse empezó a caminar hacia atrás usando las manos. Cuando la mano de la criatura intento sujetarla cerro los ojos con fuerza y grito el nombre de Steven, esperando que realmente el pudiera acudir en su ayuda.

Aunque pudo escuchar el silbido de la bestia al morderla, no experimento dolor alguno, y aunque al abrir los ojos pudo distinguir una figura frente a ella, se incorporó, todavía deseando saber quien la había salvado.

—¿J-Jaspe?

La gema naranja gruño mientras tensaba sus músculos, esforzándose por mantener separadas las mandíbulas de la gema blanca. Giro rápidamente, pateándola en la quijada y enviándola entre tropiezos contra un costado de cine.

Jaspe la miro de reojo.

— ¿Estas bien?

Tímidamente asintió, ella la imito.

Con un gruñido, la criatura aparto a Jaspe de un manotazo y salto por encima de ambas, el suelo se sacudió mientras se encaramaba encima del cine, para pasar rápidamente al otro lado y desaparecer de la vista.

—¡Connie, Jaspe!

Garnet, Perla y Amatista iban corriendo en dirección a ellas, Connie observo de reojo a Jaspe con preocupación, y se sorprendió de ver que la gema sonreía.

—Llegas algo tarde, chica del futuro—Se mofo.—¿Te perdiste en los caminos de la vida?

Se rio de su propio chiste, y para la sorpresa de las demás, Garnet dejó escapar una carcajada, llevándose las manos a la boca.

—Bueno, ya sabes cómo es el destino ¿Verdad?—Le dijo la fusión. — ¡Uno tiene que agarrarlo por los cuernos!

Solo los gritos de Steven las hicieron parar de reír, Garnet hizo a un lado a Jaspe y las gems, junto con Connie, corrieron a ayudarlo. Luego de verlas desaparecer en la esquina, examino con interés las marcas dejadas por las garras de la gema blanca y dorada ¿Por qué la criatura tenía interés en regresar a la ciudad? Las gems eran gemas predecibles, gemas que para ella, alguna vez una general, podía distinguir perfectamente una distracción, lo que buscaba la gema no lo había encontrado.

Y mientras las gems arrancaban hormigas de los alrededores de Steven Universe y lo ponían a cubierto, Jaspe frunció el ceño y se dispuso a caminar, sin seguir otra cosa que su propio instinto.

Al ver que otra de aquellas criaturas se acercaba por el punto de ciego de Garnet, Lapis consiguió manipular el agua dentro de una de las cañerías, y de los alrededores de la tapa se arremolinaron varios tentáculos de agua verdosa, formando un puño que sujeto a la gema el tiempo suficiente para ser acribillada por los golpes eléctricos de la gema.

¿Cuántas de esas cosas podían haberse introducido a la ciudad mientras ellas no miraban? Previo a la llegada de ambas gemas se habían hecho con al menos nueve de ellas, pero continuaban apareciendo, en ocasiones, desde distinto sectores de la ciudad y solo atacaban en grupo cuando había suficientes de ellas, las últimas dos hormigas, al verse reducido el número, habían escapado en direcciones distintas, por lo que Steven y Perla se habían separado de Garnet y Connie, Amatista, Lapis y Peridot irían detrás de la misteriosa gema blanca.

Aunque era más que obvio que estaban rastreando a Jaspe.

La táctica barataWhere stories live. Discover now