Capítulo 12

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Anastasia

—Chris... Christian... —gimo— más rápido.

Siento como da sus estocadas, estoy a punto de llegar y el también lo siente.

—Juntos Ana —y en ese momento ambos estallamos en un estupendo orgasmo.

...

—Señorita Steele.

La modista me saca de mis pensamientos, esos que tuve ayer con Christian, suspiro y Grace me mira, me da unas palmadas en la pierna para que vaya a donde me llaman, le sonrió y sigo a la modista.

Me colocan el vestido y lentamente me doy la vuelta hacia donde está el espejo. Observo a otra Anastasia, no es la misma de hace año y medio, la llegada de Christian vino a cambiar mi vida en todos los sentidos, en verdad deseo de todo corazón ser muy feliz a lado de Christian Grey.

Grace entra al probador y a través del espejo puedo notar sus lágrimas, se tapa la boca y me sonríe.

—Te ves hermosa hija, Christian no pudo equivocarse al escogerte como su esposa.

—Tu suegra tiene razón —menciona Cloe la modista mientras inspecciona en donde tiene que poner los detalles que faltan.

Suspiro y asiento, ya no hay marcha atrás, en cinco días voy a ser oficialmente la señora de Christian Grey para siempre.

.

Los días pasan demasiado rápido, en cuestión de horas seré la mujer de Grey por el resto de mi vida. Miro el vestido que está colgado y suspiro. Ya no puedo arrepentirme de esto, Christian ya pago todas las deudas de mi familia al saber que yo lo aceptaba como mi esposo, con eso mi padre y el cerraban el trato.

Un remordimiento de conciencia llega a mí. Me voy a casar con un hombre que prácticamente me compro y yo acepte, que me ha dicho que me ama y que ha cumplido todo lo que le he pedido, que le puso un precio a mi amor.

—Señorita Ana —Gretchen me distrae de mis pensamientos— Christian está en la sala, ¿lo hago pasar?

Trato de recomponerme de inmediato. Estoy de espaldas a ella así que no se da cuenta que llore.

—En un momento bajo.

Escucho como cierra la puerta y mi aire sale expulsado, me limpio de inmediato las lágrimas y me miro al espejo para retocarme el maquillaje. Al terminar tomo mi bolso y salgo de la habitación. Al llegar a la sala lo encuentro mirando su celular, pero al verme lo guarda y se acerca a mí.

—Mi amor —me besa—. No puedo esperar más tiempo para que seas mi mujer.

Le sonrió, aunque sale más como una mueca, de reojo puedo mirar a mi padre en la puerta de su despacho mirándome serio, sé que piensa que me estoy arrepintiendo y es verdad, pero no digo nada, ya no puedo hacer nada.

— ¿Nos vamos?

Asiento y se despide de mi padre. Subimos al auto y entramos a la carretera, todo el trayecto al restaurante es un silencio por mi parte, solo se escucha la música de fondo.

En la cena todo es tan tranquilo, me cuenta los planes que tiene después de que nos casemos, solo le contesto con monosílabos o le sonrió, no sé qué más hacer. Salimos del restaurante y de nuevo el camino a mi casa es silencioso no menciono nada y escucho a Christian bufar.

— ¿Se puede saber que te sucede Anastasia?

No le contesto y miro hacia el cristal. Quiero que todo esto ya termine o que solo sea un sueño, pero sé que no es así. La escena de él que vi ayer me vuelve a romper el corazón y hace que mi mente se llene de coraje.

Amarte es mi destinoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu