Capítulo 30

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Duele dejar a la persona que más amaste, pero es lo mejor si ella dejo de amarte. Es mejor aceptar nuestro destino que complicarlo más.

Anastasia

Termino de ayudarle a Mia con los últimos detalles de su boda. Mañana mi hermana estar feliz mente casada con el amor de su vida. Al menos ella va a poder ser feliz después de todo esto.

—Voy a buscar más encaje para los floreros —le menciono a Mia y ella asiente, sigue viendo el orden de las mesas.

Camino hacia la casa, al llegar a la sala escucho voces.

—Vengo a buscar a Ana.

Miro hacia donde proviene esa voz, al verlo todo dentro de mí se descompone.

—La señora no creo que quiera verla —responde Gretchen seria. Quien diría quien una vez lo recibió con sonrisas ahora lo recibía con miradas de desaprobación.

—No Gretchen todo lo contrario, déjanos solos —ella me mira y trata de decir algo, pero se calla.

Asiente de mala gana y se marcha. Observo a Luke y él lo hace lo mismo conmigo. No mencionamos nada, no sé por dónde empezar.

—Ana yo...

—No digas nada —suspiro— toma asiento.

El niega y se acerca a mí, lo detengo.

—No Luke.

—Ya sé que ese miserable te corrió, que sabe la verdad acerca de quién soy yo.

Me siento y el hace lo mismo, se sienta a mi lado, me muerdo el labio. Es tan doloroso recordar.

—Así es —me llevo las manos al vientre y me acaricio lentamente— después de que te fuiste él se enteró de todo.

Cierra los ojos y su mandíbula se tensa, me mira con enojo queriendo mil explicaciones que no le voy a dar.

—¡Infeliz! —se levanta— ¿Te hizo daño?

—Eso ya no importa —sé que lo tengo que decirle adiós para siempre—. Luke tú sabes muy bien que cuando estuvimos juntos te quise demasiado, pero creo que llegó el momento de soltarnos para siempre. De que cada uno siga con su vida, yo estoy embarazada de otro hombre, del hombre que amo y que tal vez el ya no lo haga, pero eso no importa, tú mereces ser feliz a lado de una mujer buena, que te ame como una vez nos amamos.

—Pero Ana...

Me acerco a él y lo tomó de las manos. Sus ojos se llenan de lágrimas, sé qué será el adiós más doloroso. Dejo ir a una de las personas que más he amado, quien me enseñó que con o sin dinero se puede ser feliz si existe amor de verdad.

—Fuiste una de las cosas más lindas que me pasó. Yo tengo de ti tantos momentos hermosos que con nadie más. Me enseñaste el amor sincero y tal vez si no hubiera existido el accidente ahora tú y yo estaríamos juntos y tal vez con hijos, pero no fue así. Nuestro destino cambio, no estábamos hechos el uno para el otro.

Me mira y puedo ver el dolor en sus ojos, me duele verlo así, sus lágrimas empiezan a correr por sus mejillas.

—¡Es que yo no puedo dejarte cerca del hombre que atento contra nuestras vidas! —grita y yo lo miro sin creer lo que dice.

—¿Qué?

—Christian atento contra nuestra vida. Me llegaron unos mensajes en donde se escucha como él manda las instrucciones.

—No, eso... eso no puede ser...

—Christian atento...

—Si. El me mando a matar.

Amarte es mi destinoWhere stories live. Discover now