4: Llegando a casa.

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   Dejé todas mis cosas en manos de Katsuki y corrí hacia ls escaleras. Abrí la puerta de la habitación número 13 de un tirón.

   _... es terrible ¡Terrible!_ decía mi madre con ansiedad_ De verás podría matar  alguien. ¡Izu! Qué sorpresa... No te esperamos aún, cariño._ me dio un beso fuerte de madre- Espero que no hayas tenido mucho tráfico.

   Empecé a dudar de la palabras de mi padre. No había llanto. Momo no estaba tirada en la cama llorando porque su prometido la dejara plantada. Envuelta en su albornoz rojo, estaba sentada delante del tocador mientras la peluquera le peinaba.

   _ Hola, ¿qué tal?_ dijo.

   _ Mamá ¿qué sucede? Papá estaba al borde de un ataque.

   _ No me extraña_ dijo Momo con rintintín_ Mamá estaba desquiciada, todo porque la señora Amai apareció hace diez minutos y llevaba el mismo vestido que mamá.

   Debí suponerlo. A sus años, a mi padre aún le encantaba poner a todos de los nervios.

   _ Es que no puede ser más típico de Amai_ dijo mi madre malhumorada_ Solo porque ella gasta una talla 40 me quiere poner en ridículo.

   Dato: mamá gasta una talla 46.

   La peluquera hacía un esfuerzo enorme por no reírse. En el espejo, vi s Momo blanquear los ojos.

   _ Mamá, estoy segura de que no tenía ni idea. Las dos vais a las mismas tiendas, es una simple coincidencia.

   _ Lo dudo mucho, Momo. Ha tenido que enterarse, seguro, pero no se cómo.

   _ La imitación es la mejor manera de halagar a alguien, date cuenta mamá_ señalé_ De todas formas, a ella la ropa no le luce tan bien como a ti. No tiene buenas curvas.

   _ Al menos no tiene un sombrero como el mío. Además ¿para qué viene tan pronto? ¿Ha buscar fallos?

   Momo volvió a alzar los ojos.

   _ Mamá, ya vale.

   _ Lo siento, cariño... es que me enfurece tanto. Izu, cariño ¿dónde has dejado a Kat?

   _ Abajo, con papá.

   _ Entonces, bajaré un momento a saludarlo. He reservado una habitación para que los dos podáis cambiaros tranquilamente. Ah, casi se me olvida decírtelo. No te vas acreer quién viene... Kyoka llamó ayer por la noche y dijo que iba a quedarse unos días, para ver si podía venir con él...

   _ Mamá, ¿quién?

   _ ¡De Dabi, cariño! ¿No te acuerdas? Es el primo o algo así de Kyoka ¿no se habían conocido a través de ella?

   _ ¿Dabi?

   _ Desde luego hacen falta agallas ¿pero cómo iba a decirle que no? Espero que no te importe, Izu.

   _ No, no hacen falta agallas... hace falta tener una cara que te la pisas_ dijo Momo indignada_ Kyoka sabe de sobra que él te dejo. Ni siquiera debería habérselo ocurrido traerlo.

   _ Puede que no venga. Pero no es como si Izuku siguiera coladito por él ¿verdad que no, cariño?_ dijo mamá.

   _ ¡Claro que no!

   Me senté en la cama, pensando en todas las veces que había visto un chico alto con piercings en la calle o en el metro y se me saltaba el corazón, y la punzadita que se me quedaba al darme cuenta que no era él. No lo había visto ni una sola vez desde que rompimos.

Please, be my boyfriend.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora