𝟏𝟒

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–Chloe, estoy llegando a Bakersfield, ¿estás?

–Estoy en Los Ángeles– Escuché del otro lado del teléfono– ¿Puedo llegar mañana?

–Sí claro, no me urge que estés aquí, tómate tu tiempo.

–Gracias, te veo mañana.

–Hasta mañana– Colgué la llamada y me recargué por completo en el asiento del carro.

Suspiré pensando en que le diría a Dylan cuando lo viera. Ayer me marcó diciendo que las grabaciones habían terminado y que volvería el día de mañana. Es claro que quiero terminar con él, pero es difícil, nunca se que decir o como abordar el tema.

Después de otra hora de camino llegamos a mi casa, bajé mi maleta con ayuda del chófer, le agradecí e ingresé a ésta.

–Ya extrañaba mi cama– Hablé en voz alta cuando me acosté sobre ella– Nada como estar en tu casa.

Desperté por un ruido proveniente de la planta baja y tomé mi celular para ver la hora, vaya, supongo que estaba cansada, ya era otro día. Bajé para investigar el ruido que había escuchado momentos atrás.

–¿Dónde está?– La voz cansada de Chloe se escuchó desde la cocina.

–¿Dónde está el que?– Hablé haciendo que se asustara y se golpeara en la cabeza con la barra de la cocina– Ay por Dios, ¿estás bien?– Corrí hacia ella tomando su cabeza.

–Auch, sí estoy bien– Se masajeó en la parte lastimada– No es nada, se me cayó uno de mis aretes, pero ya estoy aquí ¿Necesitas algo?

–En realidad sí, ¿Podrías conseguirme un desayuno?– Hice una cara de lastima– También necesito que me mandes el libreto a mi celular, no me lo han mandando supongo que tu lo tienes ¿No?

–Sí, pensé que ya te lo había mandado, pero ahora mismo los mando.

–Gracias, en la tarde vendrá Dylan, voy a terminar con él.

–¿Qué? ¿Por? No pensé que anduvieran mal.

–Prometo contarte después, por ahora me iré a bañar. Tú– La abracé por los hombros para empezar a caminar– Irás por nuestro desayuno. Te amo, adiós.

–Te odio, adiós.

Salió sin más y yo me dirigí a mi habitación.

–Hola– Dylan se dirigió a mi para besarme los labios, volteé la cara haciendo que lo diera en mi mejilla– ¿Qué pasa, Line?

–Necesitamos hablar, ya te lo dije– Caminé hacia la sala de estar seguida por él, tomé asiento y el copió mi acción.

–¿De que quieres hablar?

–Te mentí, a la fiesta que fui a Nueva York no era de una amiga– Bajé la mirada– Era fiesta de Joji.

–No sabía que hablabas con él, ¿Por qué no me lo dijiste? ¿No confías en mi?

–No es eso Dylan, se perfectamente lo que piensas sobre él, sabía que te ibas a molestar, pero eso no es todo hay algo más– Me levante de mi asiento para dirigirme al sofá que estaba enfrente– Lo besé.

–¿Lo quieres no es así?

–No lo se, no lo se bien aún y es por eso que ya no podemos estar juntos, no quiero lastimarte con algo que no se que siento.

–No te voy a rogar que no lo hagas, porqué se que no quieres estar conmigo, tu actitud de los últimos días ahora tiene sentido. Te quiero mucho Adeline y siempre lo haré, lo que quiero es que seas felíz y si sientes que con él lo harás, adelante.

–Dylan, perdón.

–Me da gusto que hayas sido sincera, hubiera sido peor que lo guardaras mucho tiempo. Ven– Se levantó de su asiento para abrazarme– No tengo nada más que hacer aquí, me voy Adeline.

–Está bien. Gracias por todo Dylan, te quiero– Lo vi a los ojos para después sentir sus labios sobre los míos por última vez.

George

–¿Crees que se pueda hacer?– Rasque mi nuca ansioso.

–¿Confías en ella?– Elevó su ceja derecha.

–Sí, ella más que nadie sabe sobre confidencialidad en éste medio.

–¿Qué canción piensas mostrarle? Las únicas que están terminadas oficialmente es Pretty Boy, Run y 777.

–¿Gimme love aún no queda?– Me sorprendí cuando no la menciono– Digo, no le quería mostrar esa, pero es raro pensé que ya había quedado.

–En ésta semana queda terminada la primera propuesta para que la escuches.

–Está bien. Prepara 777 y gracias de verdad.

Tome mi sudadera y me la puse para salir del estudio.

–Cualquier cosa es tu culpa George, a mi no me metas– Me reí y salí de ahí.

sanctuary // joji  [En Edición]Kde žijí příběhy. Začni objevovat