Epílogo.

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Colinas rosas, azules, amarillas y lavandas se extendían ante mis ojos. El sonido burbujeante del arrollo cristalino que se extendía bajo las colinas llegaba calmo a mis oídos y a los lejos risas traviesas se escuchaban resonando por todo el lugar.

Mis amados hijos.

Dos cabecitas con abundante y lacio cabello negro azabache corrían por el senderillo que daba a la casa, sus redonditas mejillas coloradas por el calor y ejercicio los hacía ver adorables y sus ojitos profundos brillando de alegría hacia que mi corazón los amara cada vez más.

–Mira lo que atrape. Y yo solito. –dijo orgulloso Jung Jeno mostrando su mariposa

–Es preciosa bebé pero es más linda si la sueltas. 

–Si la soltare, vamos Woo vamos a soltarla.

Jeno tomo la mano de su mellizo Jung JungWoo y corrieron de vuelta al arrollo.

–Son preciosos.

–Lo son, lo más hermoso y preciado en mi mundo. –dije mirando a mis hijos con total amor.

Jeno le había dado la red a Woo con la mariposa y este último la soltaba con una brillante sonrisa en su rostro hacia el firmamento azul que se extendía en nuestras cabezas. Regresaron caminando con sus manitas tomadas, extendí mis brazos y se lanzaron a ellos rápidamente.

–Estamos cansados.

–¿Que tal unos roles de canela? –pregunto mi abuela.

–¡Con leche! –respondieron entusiasmados.

–Hay tan adorables mis bebés.

Abuela se perdió en el interior de la casa y yo seguí con mis bebés en brazos

–Papi. ¿Cuándo viene papá Jae?

–Pronto estará aquí, ¿Por qué? ¿No les gusta estar conmigo? 

–Claro que sí. –respondieron a coro.

–Yo amo más a papi. –dijo Jeno

–Yo también. –dijo JungWoo. –Aunque también amo mucho a papá Jae.

–Hay mis adorables bebés yo también los amo muchísimo.

–¡Lo sabemos papi! –respondieron nuevamente a coro.

Luego cada uno tomo un lado de mi rostro y comenzaron a dejar numerosos besos.

–¿Que pasa aquí? yo también quiero de eso. –dijo JaeHyun con una fingida expresión molesta.

–Papá. –gritaron mis hijos y salieron corriendo hacia los brazos que JaeHyun les tendía para besarlo incontable veces.

–A ver quién me atrapa. –grito JaeHyun para después correr hacia el arrollo con mis hijos persiguiéndolo.

La escena era encantadora, Jeno trataba de atrapar a JaeHyun pero al último momento se le escapa y JungWoo simplemente sonreía al ver los esfuerzos de su hermano. Cuando Ahn se canso JaeHyun tomo a nuestros hijos y los giro en el aire llenando el ambiente de risas y grititos alegres.

Una de las escenas más perfectas que he visto.

–Vez que tenía razón Doddie.

Sonreí y asentí a mi abuela recordando sus palabras de hace cinco años.

“¿Buscaras la felicidad o te jalo las orejas?”

Y vaya que había tenido razón, mi felicidad estaba justo enfrente de mis ojos y mejor de lo que había soñado.

Tal vez JaeHyun pensaba que lo que vivimos fue un perfecto desastre pero para mí no. Mis hijos y él era mi perfección en la vida que es un hermoso desastre, llena de subidas y bajadas, de llanto tristezas y decepciones pero dulce, llena de alegrías y amor.

Al final la vida era un perfecto desastre en la que lo más perfecto que tenemos brilla en el desastre en el que estamos.

Fin.







VIVA EL JAEDO.

Perfect Disaster ---- JAEDO Where stories live. Discover now