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Capítulo 1

-Su Majestad. No debería estar ahí, porque la Princesa sigue abriendo los ojos por curiosidad y podría mirar hacia arriba. ¿Entonces eso no lastimaría sus ojos? ¿Es bueno que Su Majestad, la Princesa pueda enfermarse? -Se escuchó la voz de una mujer extraña, parecía ser la de una anciana. El sonido era tan claro a mi lado que me desperté y abrí los ojos.

-No, absolutamente no. Vete. Adelezio, ¿por qué eres el único que la mira desde un buen sitio?

-No, yo vine primero. Solo me comí la mitad del bistec para venir aquí, así que, ¿por qué no te haces a un lado?

Giré mi cabeza hacia el sonido, preguntándome quién era. Pero, lo primero que distinguí fue el olor.

Olía adorablemente a bebé.

< ¿Qué? ¿Esto... ? ¿Dónde estoy? >

Traté de averiguar dónde estaba.

-Ah, Steana, ¿te despertaste para ver a tu hermano?

Podía escuchar una linda voz, pero no podía ver su rostro, incluso si miraba a mi alrededor. Luego, giré la cabeza y ví a un niño, que parecía tener tres años y quien estaba asomado en la cama, sacudiendo sus brazos.

Los dedos que sujetaban la barandilla eran blancos y su cara estaba presionada contra la madera de estas, mientras la empujaba para verme a través de las barandillas que estaban al costado de la cama.

En ese momento, su linda cara se volvió aún más bonita.

Pero, ¿por qué este niño está tan emocionado de verme?

< Un momento... ¿¿Hermano?? ¿Ese pequeño es mi hermano? ¿Entonces, cuán pequeña tengo que ser para que eso sea posible? >

Intenté ponerme de pie y preguntarle cuál era la situación. Sin embargo, solo unos cortos y regordetes brazos revoloteaban en el aire. Claramente, esto llamó mi atención.

Podía sentir como mis ojos cada vez se hacían más grandes. Incluso, comencé a sentir en mi rostro un sudor frío.

< Esto... ¿Qué está pasando? >

¿Por qué estos pequeños, suaves, blancos e inútiles brazos están sobre mí?

¿Qué hay de esta mano...?

¿Cómo se supone que voy a sostener una espada con esto?

¿Qué es esto?

Entonces pensé nuevamente, mientras no podía cerrar mi boca y un sudor comenzaba a recorrerme la espalda.

No estaba así hasta hace poco.

Esto debe ser solo un sueño. Obviamente lo es y debe haber sido uno de los peores.

Negué con la cabeza y cerré los ojos con fuerza.

No sé por qué cerré los ojos, pensando que tenía que despertarme, pero las cosas que me habían sucedido, volvieron a surgir como un sueño.

*************

-Este lugar es peligroso, Su Majestad el Príncipe. Si va a ir, será mejor que se desvíe aunque le tome un poco más de tiempo. Se dice que nuevos bandidos han aparecido en las casas. Son crueles, incluso dicen que comen carne humana -dije sin aliento mientras sostenía un mapa sobre la mesa.

Las heridas que había sufrido la última vez no se habían curado aún, por lo que parecía que él tendría que aceptar esta operación, pero el príncipe se había negado.

-Es raro, si Steana no está a mi lado, es como si estuviera saliendo desnudo. Siempre debería estar conmigo. Porque es mi espada y por supuesto, mi garganta extra.