Florecer

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Había pasado ya un tiempo desde que habían comentado sobre lo suyo hacia la mamá del azabache, quien resultó muy alegre por saber de la felicidad de ambos, no tuvieron complicaciones en decirlo -nervios sí- pero al final de cuentas lo habían dicho, y ya resultaba completamente normal las idas del azabache a la respectiva casa del rubio y viceversa.

Esta era una de esas ocasiones, ya que la madre del rubio -también ya enterada de la situación- como un bello regalito, envolvió unas cuantas semillas para regalárselas a la madre del azabache, quien gustosa aceptó el detalle, justo para más tarde, "plantarlas" en el respectivo jardín que tenían. Siendo que realmente la pequeña rubia junto a la parejita fueron los que terminaron haciendo esa labor para pasar el tiempo.

El rubio removía ligeramente la tierra mientras los otros dos observaban.

- Y bueno... ¿Cómo describirían lo suyo? -Tracy sacó a relucir el tema del cual habían tardado en comentarle.

- Supongo que algo muy dulce -Respondió el azabache- Algo complicado de describir en su totalidad y que entenderás en su momento -Agregó abriendo con cuidado la bolsita con semillas.

El azabache le pasó la bolsita al rubio, quien tomó un par de semillas, hizo un pequeño agujero entre la tierra que removió, para finalmente depositarlas ahí.

- Pero se podría a llegar a comparar al cuidado de una flor -Comentó Lucas.

- ¿Ah sí? -Preguntó la rubia por la inesperada comparación.

- Sí -Asintió el de ojos violáceos- Deberás esperar a que crezca -Agregó.

- Ya que todo lleva su tiempo -Dijo Lucas.

Ness con cuidado cubrió las semillas juntando la tierra de alrededor de estas.

- Además de que deberás también ayudarle a crecer -Dijo el azabache.

El rubio se levantó y fue por un regaderita ya llena de agua con anterioridad.

- Deberás moderar que tanto "afecto" le das -Comentó el rubio dejando caer lo suficiente de agua en la tierra donde se encontraban las semillas.

- No demasiado, ni muy poco -Agregó Ness.

Parecía como que si mutuamente sabían como complementar lo que decía el otro.

- Para finalmente verla crecer y florecer -Agregó Lucas entregándole la bolsita a su contrario.

- Aunque, verla florecer no te debe de impedir el seguir cuidándola -Dijo el azabache ahora él haciendo un agujero en la tierra.

- Y... ¿No les pareció algo complicado? -Comentó la rubia viendo como su hermano depositaba otro par de semillas- Ya saben... no todos saben cuidar de una plantita -Se encogió de hombros.

- Por eso debes de encontrar quien esté dispuesto a comprometerse con ese cuidado -Respondió el rubio cubriendo con tierra las otras semillas.

- Así de igual forma que te debes comprometer en su cuidado -Aseguró el azabache.

El rubio le pasó la regaderita a la rubia, quien con cuidado depositaba el agua necesaria.

-Entonces... se puede decir que... ¿Ustedes apenas están floreciendo? -Comentó Tracy evitando reírse.

- Pues sí -Respondió Lucas con leves risas.

- Y seremos unas bellas flores -Alardeó dramáticamente Ness.

A lo que los tres rieron en unísono.

- Pero para ser sinceros, Lucas ya es un hermoso y precioso girasol -Agregó el azabache observado tiernamente a su contrario, quien notoriamente se sonrojó.

La rubia al ver esa escena llegó a su mente el comprender sobre el cómo se sentía el bermejo cuando los veía a esos dos... Pero fuera de ello, realmente eran muy tiernos.

Yo solo pensaba | NesscasWhere stories live. Discover now