Motivos Para La Destrucción

El limite no existe?

Pasaron dos semanas y como siempre todos olvidaron la existencia de Ray.

Durante ese período la conmoción sobre Ashley seguía firme. Todos tenían órdenes de limpiar el resto de la áreas salvables para luego cerrarlas y así evitar que penetre el aroma mientras que los médicos hacian todo lo posible para frenar los malestares de la gran mayoría, pues era el tema candente en todos los chismes a diestra y siniestra.

Se rumoreaba que quienes fueron testigos del hecho, vieron un cadáver que yacía en el suelo en posición de suplicio con los ojos y la boca abiertos que supuraban un limo viscoso como si estuviese en etapa avanzada de descomposición. Una escena pesadillezca y grotesca que perduraría en el conciente colectivo por muchos años.

El olor era tan insoportable que en vez de limpiar el lugar, el rey emitió la orden de prenderle fuego al edificio para acabar con la peste. Pero incluso con el incendio, el olor persistía como una maldición. Les fue imposible erradicarlo a la primera.

Entonces se recurrió a una demolición total y otro incendio más grande.

Frenaron el olor después de quince agobiantes días . Para entonces se estableció la reconstrucción del edificio adyacente al palacio central lo antes posible. La reina no estaba de humor en ningún momento. Agredía a todos, les lanzaba objetos pesados, de vidrio incluso hasta cuchillos y tijeras con tal de causar el mayor daño posible y calmar su ira.

Su habitación y la del Príncipe Lucas, colindaban cerca del edificio donde estaba la habitación de Ashley. Tuvieron que ser trasladados a otra área más limpia en aire hasta terminar la reconstrucción, lo que causó que la reina Sophia presionará al rey Espin hasta no más poder para obtener lo que quería .

Emily aprovechó este hecho para tomar el lugar de su prima. La reina la acogió. Emily la apaciguaba en sus peores rabietas y le daba sus gustos tal cual lo hubiese hecho Ashley. Aprovechando su momento de gloria, no tardó en volverse una mujer hambrienta de poder. Ella pensaba que era la hora de poner a todos los sirvientes del castillo a sus pies.

**

-Esto es un mapache y esto es una ardilla. Pueden parecer lindos pero los desgraciados atacan con todo y sus mordeduras duelen como el demonio. Te servirá conocer su estructura para tomar su forma la próxima vez-

-Y esos otros qué son?-

-Este es una musaraña y este un tejón, estos son mas peligrosos que los otros que viste antes-

Hojeando un libro de zoología, Meraki iba aprendiendo del mundo mientras le explicaba el contenido.

-Ahora deja el libro e intenta transformarte sin fallar esta vez, tienes que permancer más tiempo en una forma determinada-

-Pero tengo sueño-

-Cuando termines de entrenar dormirás todo lo que quieras. Además va siendo hora que volvamos a casa y de ahí pasaremos al agujero-

Con Meraki, hemos pasado 8 meses en el mundo espejo para perfeccionar sus habilidades. En ese tiempo, el niño fue absorbiendo todo el conocimento que pudo y creció rapido hasta tener el cuerpo y la mentalidad de un niño de cinco años y un poco más, mientras que yo ya tenía alrededor de siete años y medio. Saltando entre nuestro plano existencial y el mundo espejo íbamos creciendo juntos.

* Sparkle *

-Ssssss-

-Bien...bien así se hace, ahora lanza un ataque directo a esa montaña de piedras-

En la forma de una serpiente, Meraki envió un as de luz tipo boomerang negro y derribó las rocas. Pero al momento siguiente, regresó a la forma de un niño pequeño de cabello negro y ojos azules.

-Mierda no de nuevo...ya no importa puedes manejar ataques a larga distancia cambiando tu forma. Con eso es suficiente por hoy-

Me tapé la cara con ambas manos por el cansancio. Sabía que al niño le costaba pero en los meses que llevábamos, allí avanzó tanto que no pude creerlo.

-Puedo dormir contigo hoy?- agarrándose a mi brazo, rogaba por mi atención

-Vale pero...si quieres hacerlo tendrás que cambiar de forma porque ellos podrían verte-

-Hurra! Ya se que forma tomaré, la más facil!-

-Si claro la más fácil ...-

Poniendo cara de póker y mirando a la nada, sabía lo que me esperaba.

[La ultima vez terminé con la cara rasguñada por una pesadilla. Si fuese como antes...eso si que sería más fácil ]

El recuerdo de cuando Meraki era un pequeño octópodo, me desconsolaba y me daba nostalgia. Cuando Meraki había cumplido los tres meses, la libreta me indicaba que tenía que hacer un pacto de sangre con el niño para que este me fuese fiel. Lo que no me imaginé, fue que eso repercutiría en la forma del pequeño dándole el aspecto de un niño común y corriente de unos tres años de edad. Desde entonces, Meraki no había parado de crecer a medida que avanzaba en sus estudios y entrenamiento. No dejaba de comparar ese absurdo crecimiento con el de una esponja seca lanzada a un balde con agua. Absorbería todo hasta donde le diera la capacidad y eso me empezó a dar miedo.

-Antes tomaremos un baño, estás todo sucio con tierra roja y esa mierda no se quita con facilidad-

-Y podemos comer estofado con....-

-Comeremos conejo al horno, ya esta listo en el congelador, mientras nos bañamos se cocinará -

-Mmmm....bueno-

Meraki se puso triste a lo que le respondí mientras me rascaba la nuca.

-También hay helado y tarta de avellanas de postre-

-Sí !!!!! Papi eres muy bueno! Te quiero!- el niño me abrazó con todas sus fuerzas

-Volvamos que estoy muy cansado-

-Sí!-

[Carajo, desde cuando soy tu papi? acaso terminé domesticado sin darme cuenta?]