XII.

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Estaba en un estado de depresión, en la cual Irina la llamaba estupidez. No quería creerme que Harry se haya olvidado de mí, pero lo que tenía en claro era que él traía encima varias copas. Pensé que al menos se acordaría de mi voz. Pero era absurdo e ilógico.

Y justo me encontraba en mi habitación; tirada viendo cualquier película en Netflix, cuando Will hizo su aparición.

—Joder, que te ves más mierda que nunca— sus palabras me valieron, e intenté tirarle la cuchara de helado que se mantenía dentro de mi cavidad bucal, pero era un desperdicio.

—Gracias, eh—le expresé una mirada rápida, mirando como buscaba alguna cosa en mi armario —no creo que mi ropa te quede de lo mejor—me sincere.

Se volteó, mirándome burlonamente, para luego tirarme un par de pantalones negros, y un polo simple de color blanco.

—Ni lo creas. Pero, vamos, cambiate que tienes una cita en...—miró su reloj invisible de su muñeca, para luego sonreír con inocencia — unos veinte minutos, y eso.

La duda se expandía en todo mi rostro. No tenia planes para hoy, y mucho menos se me apetecían.

—¿Tu estas de broma?— le pregunté, esperando que se echará conmigo para hacerme compañía, pero lo que obtuve fue una negación de su parte.

—La verdad es que no, y joder, apurate —no sé como le hice caso, pero mi cuerpo acotó sus ordenes. Me adentré a la ducha dándome solo un remojón. Y tras vestir en tan solo dieciocho minutos, Will me sonrió con complicidad.

—Muy eficiente, como siempre —intentó bromear.

— ¿A dónde se supone que tengo que ir?— el me calló, limitándose a echarme gloss en los labios, y coger una chaqueta de mi armario-ya desordenado,- y pateando algunas prendas antes de salir de mi habitación.

Su mano me sujetaba firmemente, llevándome a los alrededores del campo de la universidad. Me tendió la chaqueta, y tras ponérmela me llevó a las habitaciones pocas transitadas por mí.

—Aquí está un amigo mío, que creo que lo conoces — hizo una mueca, seguidamente comenzó a tocar la puerta de enfrente—, te llevarás de lo mejor con él. Tú solo limitate a ser simpática.

— C-como— esto era una puta broma, hay que ser bien mierda para que tu amigo te llevará a un habitación de un desconocido. Y lo decía más por el chico hijo de su madre que se dignaba a joderme más la noche.

Harry POV'S.

Pisé el acelerador, y tras echar un par de mirada a mi alrededor pude ver a Ed sonreirme con maldad.

No es que no fuera bueno en jugar en la pequeña máquina de juegos que me proporcionaba que mis manos sudaran, y que mi instinto por ganar fueran de todas buenas, no. Era la apuesta estúpida que hice de nuevo. Pero hay que ser como yo para caer por segunda vez en lo mismo.

—Vamos, date por vencido— sí que era muy alentador,— Harry, sabes que Ed ya te ganó.

—Cierra la boca, Luke— giré el maniobro, intentando pasar una de las vallas del camino, y tras lograrlo; suspire con alivio — ya falta poco, vamos petunia, vamos —alenté al coche rojo del juego.

— ¿Petunia?— escuché decirle Ed a Luke—, ¿Es que siempre tiene que ponerle nombre a todo que tenga ruedas?

— El departamento también tiene nombre, Ed.— éste se limitó a informarle.

—Cierren las bocas, joder— me concentré en la siguiente curva, y tras maniobrar mi intento fue fallido. — No, no, no. Esto es una mierda, Petunia no estaba de mi parte.

radio; au. ▶harry stylesWhere stories live. Discover now