ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOS

CAPÍTULO II

Despierto gracias al horrible sonido de mi despertador, resignada lo apago con ganas de seguir durmiendo, sin embargo, no lo hago.

Durante todo este mes no he podido dormir como se debe, debido a la publicación de mi primer libro, arreglar asuntos en la editorial donde lo publicaron, mi trabajo como traductora independiente, los viajes a diferentes países para las firmas de autógrafos, atender los asuntos para que mi propia editorial esté lista lo antes posible, y para terminar unos sueños absurdos. Son absurdos porque simplemente aparecen un par de ojos marrones, que extrañamente cambian de color al verme, se vuelven de un color gris azulado.

Decido que es hora de levantarme, hoy me iré de vacaciones a las magníficas islas griegas, nada más y nada menos que con mi mejor amiga, la gran diseñadora de modas Rossella Marino Ricci; una castaña clara casi rubia de ojos azules, más alta que yo y con un corazón enorme.

Literalmente la conozco desde que tengo uso de razón, y el solo pensar que de niñas nos odiábamos a muerte por un niño, me dan ganas de reírme, sobre todo porque no nos hizo caso a ninguna, dijo que ambas éramos sus amigas y solo eso. Pero gracias a ese rechazo conocí al que sería mi mejor amigo, Carlo Bonnet Conti; de descendencia francesa por parte de su padre e italiana de su madre, un hombre demasiado atractivo, alto pelinegro con ojos verdes, además de ser todo un caballero, mas no puedo verlo como algo más, es como mi hermano, además de ser mi representante legal en todos mis asuntos, es uno de los mejores abogados del país, tiene su propio bufete.

Él nos alcanzaría después en Grecia.

Me dirijo hacia el baño, tengo que darme prisa, no quiero perder el vuelo, pero más que nada no quiero reproches por parte de Ross acerca de mi rapidez al hacer las cosas.

Termino de arreglarme, tomo mis maletas y toda la documentación necesaria. Antes de salir de mi departamento me aseguro de que todo se encuentre en orden, cuando veo que así es, me apresuro a salir en dirección al aeropuerto. Decido tomar un taxi, lo tomo y emprendo mi camino.

Al llegar al aeropuerto me encuentro con mi amada mejor amiga, esperándome con una radiante sonrisa. Ella está demasiado emocionada con este viaje, más por el hecho de que sabe que tendrá más probabilidad de encontrarse a lord Alexander, el mejor amigo del príncipe Zarek. Yo por mi parte siempre he tenido un crush con el heredero al trono desde que lo vi por primera vez en la televisión.

Siempre que veo algo de él me imagino como sería mi vida si Zarek fuera mi novio, digo se vale soñar. Sobre todo, porque estoy enterada del hechizo que esta sobre la familia real, él ya tiene a su pareja destinada, y el próximo monarca siempre ha dicho que la esperará el tiempo que sea necesario. Todo esto lo sé, porque siempre he estado muy interesada en la mitología griega, la familia real y todo eso.

Llego hasta mi amiga y nos abrazamos efusivamente, como si no nos hubiéramos visto en años, aunque nos vimos ayer igual lo hacemos.

—¡Shey! Por fin después de tanto esperar nos vamos a Grecia, estoy tan emocionada por este viaje. Más porque me puedo topar con el amor de mi vida Alexander —dice mi amiga con gran alegría y al mismo tiempo ilusionada.

—Lo sé, Ross, a mí también me hace muchísima ilusión este viaje. Además, aunque sé perfectamente que no tengo oportunidad, no quita el hecho de que pueda ver a Zarek en persona por primera vez —agrego con tono de ensoñación.

—Venga, cariño, quien dice que esa elegida no eres tú. El hechizo jamás especifica que la elegida es griega, ¿O sí? —Cuestiona Ross. Inmediatamente niego —. Lo ves cariño. Encima, no me dijiste que la princesa Catrina te mandó un mensaje donde expresaba su inmensa admiración por ti y tu libro. Tienes un punto a tu favor, puedes pedirle que se vean, cabe a posibilidad de que Zarek la acompañé, y tal vez el hermoso de Alexander también —alega mi amiga dándome ánimos.

—Sí, la princesa me mandó un mensaje, pero no creo que quiera o que pueda ir a vernos. Recuerda que es una princesa, debe tener muchos asuntos por atender. Ahora peor, Zarek, es el próximo rey de Grecia, y según tengo entendido su coronación será pronto, por supuesto tu amado Alexander estará siempre apoyándolo, por algo es su mano derecha —respondo un tanto resignada.

—Yo digo que lo intentes, no tienes nada que perder —concluye Ross y comienza a avanzar hacia donde tenemos que documentar. La sigo, pero por mi mente divaga lo que propuso Ross, tiene razón, no tengo nada que perder. Tal vez si lo haga.

Ya cuando hemos documentado y esperado el tiempo necesario, estamos dentro del avión, el viaje no será largo, pero la falta de tiempo para dormir hace efecto, y decido dejarme llevar por el cansancio.

Despierto agitada, de nuevo otro sueño, pero esta vez escuche una voz, está era bastante varonil, gruesa, esa voz imponía, pero al mismo tiempo trasmitía paz, y tranquilidad. Por suerte Ross venía dormida, así que no se percató de mi fatiga, si no tendría que dar muchas explicaciones. Me mantengo despierta por lo que resta del viaje, que fue aproximadamente media hora. Luego de este tiempo transcurrido escucho en el portavoz al piloto, anunciando que debemos abrocharnos el cinturón porque estamos a punto de aterrizar.

Cuando ya estamos en tierra despierto a mi amiga, tan dormida venía que no sintió ni el aterrizaje. Esperamos a que todos bajen. Llegado nuestro turno salimos tranquilamente. Al salir del avión, una ola de viento golpea mi rostro, y no sé porque presiento que este viaje cambiará mucho el rumbo de mi vida. Tal vez de manera positiva. 

Les comparto mis redes sociales por si gustan seguirme, para platicar sobre la novela o de cualquier cosa. Los espero encantada.

Les mando puras vibras bonitas ✨

Evelin C.