CAPÍTULO XXIII

776 109 19
                                    

Casi tres semanas sin ver a Shey, ha sido verdaderamente difícil

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Casi tres semanas sin ver a Shey, ha sido verdaderamente difícil. No creí que me fuera a afectar tanto. Pero hay algo que me desconcierta, es la opresión que sentimos mi pequeña y yo en el pecho. He estado buscando información en los libros de leyendas, sin embargo, no encuentro nada.

He estado muy ocupado con el tema de mi coronación, falta muy poco para ella y todo tiene que estar listo. Mi hermana también está ocupada con sus labores y Alexander esta igual o peor que yo.

Estoy en el despacho arreglando unos asuntos, pero mi padre entra por la puerta atrayendo mi atención.

—Hola, hijo, ¿Cómo va todo? —Cuestiona mientras se sienta frente al escritorio.

—Hola, padre, dentro de toda van bien —respondo mirándolo.

—Oye, Zarek, ¿Por qué ya no has ido a ver Sheyda? ¿Acaso pelearon? —Pregunta mi padre, yo lo miro extrañado.

—Pero si yo te comenté que regresaba a Italia. No sabe cuándo va a regresar, dijo que haría todo lo posible por asistir a la coronación. Por eso mismo te pedí los dijes. —Contesto.

—Eso no es bueno, Zarek, ¡Tiene que regresar cuanto antes! —Expresa mi padre con preocupación.

—¿Por qué debería hacerlo? No entiendo. —Me muestro desconcertado.

—Hijo, parece que no sabes la otra parte del hechizo que hay sobre esos dijes.

—¿A qué te refieres con la otra parte? —Pregunto.

—Bueno como sabes los dijes tienen un hechizo que lanzó nuestra diosa Afrodita en dado caso que las parejas destinadas tuvieran que separarse. Según ella lo hizo a escondidas de Hefesto para que este no hiciera algo que perjudicara a los involucrados. Pero él si se enteró y también tienen una maldición —explica mi progenitor. No puedo creerlo.

—¿Cuál es esa maldición que lazó Hefesto sobre esos dijes? —Cuestiono desesperado.

—Dice que las parejas destinadas no pueden estar tanto tiempo lejos. Puesto que entonces la desgracia caería sobre uno de ellos.

Al momento en el que mi papá termina de decir, miles de escenarios vienen a mi mente. Y para colmo ninguno es bueno.

—¿Qué tipo de desgracia? —Mi mirada se encuentra en punto fijo, no sé qué haría si a mí elegida le sucede algo.

—La leyenda dice que puede ser desde un pequeño accidente o incluso, que la otra persona muera. —Y esto acaba de terminar con mi tranquilidad.

Mi desesperación se desborda, ahora solo necesito saber que Sheyda está completamente bien.

Alcanzo mi teléfono el cual se encuentra sobre el escritorio. Marco rápidamente el número de Shey. Tres, cuatro tonos, pero no contesta. Esto no me gusta.

Le marcaré a Ross, ella debe saber dónde está mi elegida en estos momentos. Contesta de inmediato.

~LLAMADA~

—Hola, Zarek. —Responden del otro lado de la línea.

—Hola, Ross, una pregunta ¿Sabes dónde está Shey en estos momentos? —Trato de sonar calmado, no quiero preocuparla.

—Debe estar en Francia, ¿Por qué la pregunta? —Contesta algo inquieta.

—No por nada, es que no me contesta el teléfono. Y creí que estaba ocupada— Vagamente respondo.

—Entiendo. Zarek, te dejo estoy algo ocupada. —Se despide.

—Claro disculpa mi interrupción. Nos vemos. —Cuelgo sin esperar respuesta.

~FIN DE LA LLAMDA~

Me dejo caer en uno de los sillones, mi padre se acerca.

—Tranquilo, a lo mejor está dormida y por eso no te contestó —iba a contestar, pero una llamada entrante me interrumpió. Contesté de inmediato sin revisar quien llamaba.

~LLAMADA~

—Diga. —Hablo con los nervios a flor de piel.

—Hola, Zarek, soy Ross de nuevo. Lo siento me confundí, estoy tan ocupada con mi desfile que se me olvido por completo que tanto Shey como Carlo deben estar abordando el avión que los llevará a Londres, tal vez por eso no te contesta. Tiene una firma de autógrafos mañana, por ende, sus teléfonos deben estar apagados —expone Ross algo apresurada.

—Claro entiendo. Muchas gracias por recordármelo, Shey me lo comentó ayer. Una disculpa. —Recuerdo mi conversación con mi pequeña.

—Vale no hay problema. Ahora si te dejo. —Cuelga sin darme tiempo para despedirme.

~FIN DE LA LLAMADA~

Observo mi teléfono, tengo un mensaje de Shey. El cual dice:

"Hola cariño. Ya voy a tomar el avión a Londres. Tengo que apagar el teléfono, pero no olvides cuanto te amo, mi ojos bonitos".

No sé porque siento una sensación en el pecho. Presiento que Sheyda no está del todo bien y eso sin duda alguna me preocupa. Espero que solo sean sensaciones causadas por la preocupación de lo que dijo mi padre. Espero que mi elegida esté a salvo.

 Espero que mi elegida esté a salvo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOSWhere stories live. Discover now