16| Diccionario.

1.5K 86 25
                                        

✼✼✼✼

Capítulo 16: Diccionario.

Entré a casa, o bueno, a mi apartamento que solo me recordaba una y otra vez lo infiel que le fuí a Chase en ese mismo sofá.

Me volvía a sentir tan mal y decepcionada de mí misma. Esa carta y esa pequeña caja que cargaba conmigo en este mismo momento hacían que me sintiera así.

Junto a un suspiro me tumbe en el sofá, abrí la caja rosa, era un hermoso collar de oro. Abrí la carta y comencé a leerla.

Sidney.

Ay, Sidney, no sabes cuánto te extraño. Yo sé que te parecerá extraño que no te envié algún texto con mi sermón romántico, pero es que en el viaje me robaron el móvil, y en eso la tarjeta SIM. Y bueno, para colmo, a tu padre le quitaron el maletín que cargaba con bastante dinero y su móvil. Ambos nos encontramos con móviles, pero sin los números de nadie.

Eso explica el que no me haya llamado y no me hayan llovido mensajes suyos.

Seguí con la lectura.

En fin, te extraño tanto que no puedo esperar a verte. He visto una pareja de ancianos muy enamorados, luego a una pequeña joven familia, confirmada por -obviamente- sus padres, una niña y dos barones, y algo dentro mío gritó que esos seríamos tú y yo en el futuro. ¿Tú qué crees?
Puedes pensar lo que quieras, pero ¿te gustaría tener un niño o niña? La idea hasta me emociona. No lo sé, podríamos ir practicando.

Te amo tanto, mi Sidney.

Ah, y espero te guste el regalo. Te amo.

Chase. H.

Es todo, tanto como llegué al final de la carta de que dejar esa conciencia limpia. ¡Estoy engañando al hombre que hasta quiere tener hijos conmigo y se imagina una vida de viejos! Me siento totalmente terrible.

Pero si lo pienso mejor, ¡¿niños?! ¡Todavía tengo diecinueve años, soy apenas un crío! Bueno, bueno, bien que me mantengo sola y estoy estable económicamente, porque psicológicamente estoy extremadamente mal. ¿Pero tener hijos? ¡Eso es demasiado! No, no, no, no, ¡no pu...!

Mis pensamientos son cortados por el sonido de mi móvil anunciando una nueva notificación. Lo abro y es de un número desconocido..

Ay, nena. Te pienso y necesito tanto que la idea de manosearme me carcome. ¡Mi polla necesita estar dentro de ti, AHORA!

Mis ojos casi se salen de sus órbitas porque no tengo ni idea de quién coños puede ser, tampoco es como que tenga foto de perfil. Entonces, tratando de calmarme le contesto:

¿Quién carajos eres?

Veo que escribe y a los segundos me llega la respuesta.

Josh, Sidney, ¿quién más?

Suspiro en grande y queriendo darme una bofetada. ¡Claro! ¿Cómo no se me había ocurrido?

¿Estás ocupada?

Vuelve a enviar otro mensaje.

Mi sabía conciencia me dice con calma que lo rechase y comience a ser una buena chica, ¡pero mis temperamentales hormonas me gritan a todo pulmón que le dé la bienvenida nuevamente al entremedio de mis piernas! No obstante pues no hacer caso a las hormonas hace mal. Muy mal.

Ven antes de que me arrepienta.

Es lo que le envió y al instante recibo otra respuesta de su parte.

Hoy lo haremos en la cocina ;)

Y es todo, salió de línea e inmediatamente sentí mis mejillas calentarse. Jamás lo había hecho en la cocina, de hecho, jamás lo había hecho en otro lugar que no sea la cama. Y la idea me encendía.

Fui hasta la respectiva cocina y me bebi -literalmente- un litro de agua.

¿En serio seguiría con esto? Pues...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre y los golpes repentinamente fuertes y seguidos de la puerta. Voy casi corriendo a esta e inmediatamente Josh me besa, tomandome por sorpresa. Cierra la puerta sin despegarse y la traba con la llave.

-Te extrañé, Sid -admitió entre besos. Pues sí, no nos veíamos desde hace una semana, y tampoco es que ahora trabaje en la empresa ni en las citas para quitarnos las payasadas de tatuajes, ya que quedamos en que él trabajaría cuando Chase llegue, y las citas las haríamos en distintos horarios.

-Yo también -jadeó sin pensarlo.

-¿De verdad? -me sostiene del trasero elevandome en el aire para que enredara mis piernas en sus sexys caderas- Dime cuánto.

-Demasiado, Josh, demasiado.

-¿Me lo quieres demostrar? -negué.

-No. ¿Por qué tú no me demuestras lo mucho que me extrañaste, Richards?

-Está bien -sonríe sobre mis labios, lo siento sentarme sobre la mesada de la cocina y comenzar a besar mi cuello y bajar hacia mis pechos. Me quita la blusa para botarla a vayas tú a saber.

Comencé a acariciar sus rubios y risados cabellos mientras me quitaba el sostén. Se apartó levemente de mí y sostuvo mi brasier en el aire.

-Pero mira que lindo sostén -admitió, ocultando una sirita.

-¿De qué te ríes, idiota? -traté de sonar firme, pero es que su rostro se veía tan tierno con esa sonrisa de boca cerrada.

-¿Me lo puedo llevar?

-¿Para qué lo quieres? -frunci las cejas, sin quitar esa reciente sonrisa.

-Para cuando el imbécil de mi hermanastro vuelva de Cuba y no tenga demasiado tiempo para follarte -confesó como si nada.

¿Hermanastro? Luego lo asimilo, ahora lo disfruto a lo lindo.

-¿Te piensas masturbar, no es así? -asintió.

-Obviamente -me besó- Y será imaginando tu linda carita y tu hermoso culo, Sidney.

-Está bien, puedes llevartelo -lo tomé del cuello- Pero entonces debes de dejarme algo a cambio.

-¿Harás lo mismo que yo? -me vió a los ojos.

-Obviamente -lo imite.

-Eres toda una niña mala -me volvió a besar y morder mi labio inferior- ok, entonces te daré el bóxer que tengo puesto.

-Trato hecho, Richards.

-Trato hecho, Brown. Ahora... -besó uno de mis pechos- pasemos a la follación.

-¿Qué? -solté una carcajada- ¿siquiera es una palabra existente?

-Sí. En mi diccionario, y en mi diccionario dice que sumisa significas tú.

-Entonces, démosle vida a lo que tu diccionario dice.

______________________________________

Nota: sigueee, hay doble actualización!


______________________________________

tocarte. » j.r [✔]Where stories live. Discover now