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18| Perdida.

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Capítulo 18: Perdida.

Entré a la empresa, despechada. Caminé hasta mi oficina con los lentes puestos. Cansada me senté en mi silla quitandome los lentes de sol, puesto que antes de venir esta tarde había ido a una nueva cita con Jaden para hacer que este maldito tatuaje desapareciera.

—¡Hola, hola! —rápidamente guíe mi vista hasta la puerta, donde Avani se encontraba completamente sonriente y radiante.

Quisiera estar igual de feliz que ella.

—Hola, Avani —saludé sin muchos ánimos.

—Iremos de compras, Sid —se sentó frente a mí.

—No, no puedo Avani.

—¿Cómo que no puedes? ¡Claro que puedes! Iremos porque estamos celebrando algo muy importante —eleve una ceja y frunci el ceño.

—¿Qué cosa?

Me vio por unos segundos, como a punto de explotar de felicidad.

—¡Celebraremos el amor, Sidney!

—¿Y el amor por qué?

—Ay, qué atrasada estás, Sidney —hizp un ademán con las manos— ¡Estoy saliendo con Anthony! —chilló.

Abrí mis ojos de par en par. ¿Cuándo sucedió?

—¿Hace cuánto tiempo?

—Hace tres semanas —sonrió, pero luego hizo que desapareciera de su rostro repentinamente—  Anthony me dijo sobre Josh. Sidney, he intentado contactarte por todos los medios, e incluso he venido en varías ocasiones aquí, a tu apartamento y la casa de tus padres —hizo una mueca de tristeza— Andas muy perdida de todo y todos, bueno, a excepción de Josh.

—¿Y qué quieres que haga? ¡El maldito me atrae! —sentía las lágrimas acercarse. Últimamente llorar se me daba muy fácil. Me encontraba demasiado sensible. Esta era una situación sensible.

—¿Sabes? Estoy indignada de que a Anthony sí le hayas dicho y a tu mejor amiga no —se cruzó de brazos— ¿acaso alguién más lo sabe? ¿Chase, Jaden, tus padres?

Vire los ojos.

—No seas exagerada, y... disculpame por no decírtelo, es que me sentía, corrección, me sigo sintiendo tan abrumada que necesitaba tomarme mi tiempo en todo esto, y...

—Tenías miedo a admitir que yo tenía razón —terminó por mí, con cierta fanfarria.

—No eras la única que tenía razón —frunció el ceño de inmediato.

—¿Ah, sí? ¿Quién más? —juntó ambas cejas.

—Emma, mi prima —suspire, cansada— Ella había dicho que en realidad no amo a Chase como creo, y lo peor de todo es que... ya poco me importa él.

Avani me vio expectante, como queriendo descifrar algo en mí.

—No puedo creerlo. En verdad, tú sí que te la pasas de las mil maravillas.