Capitulo 16

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Armando había llegado al restaurante acordado; Cristina lo esperaba en una mesa al aire libre cuando vió a éste llegar y le sonrió.

-¿Llevas mucho esperando? -preguntó acercándose a la silla.

-No mucho, tranquilo -respondió ella.
Al poco tiempo se acercó un mesero a entregarles la carta de los platillos; ambos optaron por algo ligero debido a que se disponían a hablar antes que nada.

-Asi que bien, estamos aquí y tal vez tendría que decir cómo estás; pero por lo que hablamos no parece ser de esa manera -comentó Cristina analizando la situación

-Y créeme que me encantaría decirte lo contrario, pero tuve una noche pesadísima -le contestó recordando el sueño- hacía mucho que no tenía pesadillas

-¿Estás así por una pesadilla? ¿Y tu pesadilla tiene que ver con ella? -cuestionó incrédula

-Si, pero esta fue muy distinta -dijo negando con la cabeza antes de comenzar a divagar contándole a Cristina de su sueño- Betty estaba vestida de novia y ¡Dios mío se veía divina! Ella se acercó a mí y me miraba como si estuviera enamorada, tan real que lo podía sentir, pero en un segundo se apartó de mí yéndose con ese hombre. Jugueateaban juntos, reían y se miraban melosamente; yo estaba ahí sin poder hacer nada -relató dejando salir un suspiro al final

-¿Te afectó mucho no? -le dijo recordando viejos dolores

Armando asintió -más de lo que creí, sin embargo ésta mañana ella me veía de una manera particular, como si quisiera decirme algo -entrecerró los ojos haciéndose una imágen mental de Betty.

-Y se puso celosa -añadió ella

-O eso parecía, a veces es muy difícil descifrarla. Cuando la veo, muchas veces me pregunto qué será lo que pasa por su mente -rió por lo bajo, sin ganas y esbozando una sonrisa triste al final.

Cristina reaccionó de manera enternecedora. En el transcurso de lo que contaba Mendoza captó un pensamiento que no se le había pasado por la cabeza hasta el momento del comentario de Armando -Lo más seguro es que ambos tienen muchos temas por aclarar, mucho que perdonar

-Si ya todo está dicho, yo le pedí perdón y ella me lo dió -comentó Armando

-¿Y tú Armando, ya te perdonaste por todo el daño que le hiciste a ella, a tu ex o a ti? -inquirió en un tono suave y cálido que hacía captar la atención del hombre frente a ella- yo veo que tanto ella como tú necesitan hablar de eso que sienten y solucionar sus sentimientos de una vez.

-No están fácil

-No lo es porque aún no te animas a hablarle, me acabas de decir que sientes que ella quiere decirte algo. Y ese algo, no es más que asuntos sin resolver

-¿Por qué estás tan segura? -le preguntó confundido

-Dime, ¿De qué otra cosa le daría problema hablar contigo? Trabajan juntos y se ven todo el tiempo, así que no creo que se le dificulte hablar contigo acerca de trabajo -le respondió

Armando pensó bien en las palabras de Cristina, en tan poco de conocerlo ya había logrado descubrir muchas cosas más allá de su relación con Beatriz. Ahí se dió cuenta lo importante que era ver su problema desde otra perspectiva más alejada de sus sentimientos.

-Creo que tienes razón -dijo Armando, y en el acto, un mesero llegó con los platillos.
Después de aquella plática, comenzaron a comer y platicar sobre cosas más vanales. Cristina le contaba a Armando sobre sus estudios y cómo le generaba un gran interés interactuar con las demás personas. Ahora era el turno de Armando para escuchar a Cristina.

Yo soy Betty, la fea: cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora